Apuesta de dos.
Comenzaba el tercer año de preparatoria, tenía quince años
con 8 meses, a penas rondaba el 1.70 mts, Jack era mí mejor amigo el media 5 cm
más que yo, el estaba en el equipo de pista, yo para pasar la materia de
deportes estaba tratando de ocupar un lugar en equipo de ciclismo, pero era muy
lento por mí exceso de grasa en mis piernas, nuestro estilo era más bien el de
estudiosos que se sentaban cerca del escritorio de la maestra, sabíamos que la
única oportunidad de salir del barrio era conseguir una beca escolar en un
colegio privado, nuestras familias estabam destrozadas y no eran las mejores, nuestros padres
trabajaban en la planta de autos pero como la planta quebro nos abandonaron y nuestras madres trabajaban en el "café tranvia", el primer
restaurante del barrio, era muy tradicional y se reunían los chicos para ver
los partidos y eventos deportivos.
Iniciaban las pruebas de las olimpiadas y el café comenzaba a llenarse
para la primera prueba de pista, Jack y yo estábamos sentados en la barra
viendo la televisión, mí tía Rechel también trabajaba en el café, ella no había
entrado al colegio y esperaba una oportunidad para ir a la estatal, mientras
trabajaba con mí madre y la madre de Jack.
En un rato de tranquilidad Rechel se puso del otro lado del
barra para ver la televisión ella era una chica llenita, rubia y sin mucha
gracia para maquillarse, aunque muchos de los clientes quería que los
atendieran, quizás era por que sus pechos habían crecido mucho y eran gordos.
Jack dijo mientras se espantaba una mosca: Rechel te apuesto
que el corredor núm.41 va a ganar la prueba—Rechel no sabia de carreras de
campo, ni sabia que ese corredor era el favorito, para Jack era apuesta ganada,
faltaba pocos minutos para que comenzara, ella se recargo en la barra de vasos,
cruzo los brazos para dejar ver sus grandes pechos y dijo: ok acepto tu
apuesta, pero que gano yo si tu pierdes?—jack que estaba recostado en la barra
dijo: si gano, tu me das la mitad de tu sueldo y él ayuda con los platos—dijo
señalándome con su barbilla, el me había involucrado en la apuesta, Rechel no
le pareció aceptable y agrego: no, si yo gano ustedes dos cubren mí turno por
la tarde para que yo pueda ir a tomar un curso propedéutico para entrar al
colegio—la carrera esta lista de comenzar los corredores se estaban alineando y
preparando para la arrancada, Jack acepto sin pensarlo y le dio la mano a
Rechel, la carrera comenzó en 9 segs. Se
batió el record mundía y el corredor num. 41 había perdido.
Jack no podía creerlo, se tapaba la cara de vergüenza,
intentó irse del café para que Rechel no cobrara su apuesta y en una semana se
olvidaría, pero la madre de Jack estaba regresando de dejar un pedido y se
interpuso entre la puerta, Rechel vio su intento de huir, mí madre también se
acercó para discutir la apuesta, estabamos atrapados, Rechel con sus brazos
cruzados mostrando en todo su esplendor sus pechos dijo: Jack no discutimos los
términos de la apuesta, pero según tu lo que apostamos era a que si perdía tu
corredor, tú ibas a cubrirme por las tardes durante un me—mí mamá intervino y le recordó que
necesitaba tomar otro curso de matemáticas, entonces corrigió y dijo: si es
cierto Heather, gracias, dos meses es suficiente, pero déjenme decirles que el
sr. Rock, solo acepta que trabajen chicas, así que durante dos meses tendrán
que atender a los clientes con el uniforme del café y tampoco acepta que usemos
zapato deportivo, así que deberán usar zapatillas—la mamá de Jack intervino y
agrego que el uniforme debía se completo y las zapatillas de 3 cm, el cabello
agarrado y maquillaje correcto, no entendimos lo que decían.
Mí madre también intervino y dijo: Rechel creo que si llegan
tarde, la apuesta podría aumentar un día más por cada minuto que llegen tarde,
no te parece, de esa manera se hacen responsables por sus acciones y no andan
perdiendo el tiempo, de la escuela al trabajo y hacer sus tareas, creo que esa
es la apuesta de Rechel, no?—dijo señalando a Rechel y tomando la bandeja del pedido, REchel tenía
a Jack en sus manos y yo entre ellos, mí madre estaba del lado de Rechel,
Rechel solo agregó algo a la apuesta que
no había considerado Jack en su apresurada aceptación, no tendríamos tiempo
para cambiarnos por que sin no podríamos entrar al turno a tiempo y entonces
sería una apuesta por indefinido, así
que deberíamos hablar con nuestros maestros para decirle de nuestra apuesta, pero
cuando Rechel nos explico nuestro predicamento, una voz de una de las mesas del
fondo del café se escucho: yo fui un testigo de la apuesta, no se preocupen por
los maestros, yo me encargo de eso—era la subdirectora de nuestra escuela,
estaba comiendo allí antes de llegar a su casa, entonces intervino y dijo: creo
que es una buena lección para ustedes como dice la Sra. Heather, el trabajar
ennoblece al hombre y según creo ustedes dos quieren entrar al colegio y pesar
de que sus calificaciones son buenas, no son tan buenas, el concentrarse solo
en sus estudios sin pensar en otra cosa en bueno para ustedes, muchos de las
chicas quisieran un trabajo como el de ustedes, también veo que tendrían un
poco de dinero para sus gastos.
No habíamos dicho nada para defendernos, yo menos la mirada
de mí madre me había paralizado, sabia que sus palizas eran legendarias
Rechel hablo en voz alta para
preguntar al Sr. Rock dueño del restaurante, si necesitaba dos chicas más para
cubrir la pantillas de meseras?, el señor Rock desde la caja dijo: claro que
si, tu sabes necesito chicas meseras, solo que sean mayores o sus madres
acepten que trabajan—Rechel desde su lugar le pregunto si tenía dos contratos
para firmar, el Sr. Rock le dijo los tenía en el cajón cerca de la cafetera,
Rechel los saco, llenó los datos generales y luego llamo a la mamá de Jack y a
mí madre para firmar, ellas firmaron , Rechel entonces les pregunto como
debíamos llamarnos para firmar con ese nombre, la mamá de Jack no dudo ni un
minuto se iba llamar Jackie Marry Carson, en mí caso mí madre lo pensó un
momento y dijo: creo que siempre me gusto que se llamara como yo, por eso le
puse Harry, creo que Heather Marry Dorson es bueno, en presencia de la
subdirectora y nuestras madres firmamos con esos nombres, se necesitaba una
carta de recomendación y nuestra subdirectora firmo nuestras cartas para
cumplir con el requisito por ser menores de edad, Rechel reviso las firmas y
solo agrego un gran corazón a cada firma, con eso eramos las nuevas meseras del
café del tranvía.
La subdirectora nos llevó hasta nuestras casas a pedido de
nuestras madres, mientras caminamos hacia allí, ella nos dio una explicación convincente
de por que debíamos hacer esa apuesta, de esa manera nos volveríamos mejores
hombres al pasar por lo que pasa una chica, nos volvería más perceptivos a los
sentimientos de una chica y más confiados para invitar a una chica una cita.
Bajo los términos de la subdirectora sonaba atractiva la
idea y aceptamos que nos regalara la ropa de su hermana menor, además de entrar
al curso sabatino de administración del hogar para conseguir algunos puntos
extras para nuestra beca, también nos explico que si escogíamos carreras no tan
saturadas tendríamos mejor oportunidad para entrar, solo debíamos al final de
ese periodo decidir que curso universitario queríamos ingresar, me recomendó
que mí carrera sería administración del tiempo, no sabia por que lo decía pensé
que era una broma.
Casí me dormía Viendo la televisión cuando llegó mí madre y
me pregunto si ya estaba la cena, yo extrañado
me levanté para ir a la cocina, mí madre sin escucharme comenzó a darme
ordenes y explciarme que mis nuevas responsabilidades era hacer la cena y
limpieza de la casa, además cuando llegara ella debía haber terminado mis
tareas o mostrarle lo que había hecho, ella me dijo que todo eso era parte de
lo que había acordado, el hecho de ser una chica no se basa solo en usar
zapatos y vestidos, los zapatos deben usarse y servir para hacer mejor nuestras
tareas, le dije que la Srta. Rose subdirectora nos había invitado al curso
sábatino y no podría ir a trabajar los fines de semana, entonces agregó que
entonces tendría tiempo para lavar mí ropa y limpiar a fondo la casa.
Todo sonaba maravilloso para todas ellas, una cosa era lo
que ellas decían y otra lo que pudiera realmente parecer, en mí mente no estaba
la imagen de una chica, mientras preparaba la cena bajo la supervisión y
correcciones de mí madre, le dije lo que pensaba, ella parecia divertida y me
dijo que en eso me equivocaba y me lo iba a demostrar una vez que cenáramos.
Puse la mesa con el mayor cuidado que pude para que mí madre
no me regañara, cenamos y mí madre me pregunto si tenía más amigos que Jack, le
dije que realmente no me interesaba en tener amigos, le dije que tenía algunas
compañeras que me gustaban, pero no tenía el interés en invitarlas, le dije lo
que la subdirectora nos dijo, ella estaba de acuerdo con ella, le dio gusto
saber que nos regalaría ropa, yo le dije que no la usaría, ella se volvió a
reir y me recordó que si no lo hacia entonces la apuesta sería indefinida.
Terminamos de cenar y me iba a subir a mí recamara, cuando
mí madre me recordó que debía lavar los platos, me dejo hacieno esa tarea
y se subió a la suya, ordenándome ir con
ella cuando acabara mí tarea.
Comenzaba a fastidiarme pero fui a su recamara, en su cama estaba el uniforme rosa, con unas
pantimedias blancas y los zapatos blancos de 3 cm, a un lado estaba una falda
del uniforme de mí escuela, una blusa blanca oficial para chicas y unas
calcetas azules nuevas, junto a todo esto estaba un juego de ropa interior en
color blanco con encajes en flores, mí madre me dijo: pruébate todo esto, te lo
compre para ti, la subdirectora me dio unos vales de uniformes y me hicieron
descuento.
Yo me reí y le dije: yo no tengo tetas tan grandes y usando
esas pantaletas cualquiera se va a dar cuenta de que soy un chico—dije
señalando con mí meñique.
Mí madre con calma me sentó en la cama y dijo. Calmate,
vamos con calma ya hablamos esto, solo haz lo que yo te dija y todo va estar
bien, realmente tu pene no es tan grande como dices, ahora recuerda que eres mí
hija Heather y yo como tu madre te voy a enseñar todo lo que no sabes, esty
para cuidarte y es la hora de que te ayude, ven a mí baño y quítate tu ropa,
metete a la tina la llene de loción corporal, regalajate y disfruta tu baño—no
tenía más remedio que hacer lo que me decía mí madre, comenzaba a disfrutar mí
baño cuando, mí madre quito el tapón de la tina y el agua se fue por el
drenaje, tomo una cubeta de agua fría y me la vació completa sobre mí, ella
dijo que era para abrir mis poros y hacer mas suave mí piel, me ordenó cerrar
los ojos y relajarme en la tina, yo tiritaba de frio y mientras tenía cerrado
los ojos, me dijo que el frio no era tanto como cuando fuera temprano a la escuela en falda, debía
acostumbrarme a eso, cualquier niña de mí escuela podía hacerlo y debía
aprender de ellas, cerré los ojos y me
sonreí pensando que me vería como un payaso al llegar a la escuela, en ese momento apenas sentí como mí madre
tomaba mis testículos y los subia al hueso sacro, los tomó con tanto cuidado
que no sentí dolor y me hizo levantarme, me hizo tomar un analgésico por si las
dudas, ví que mí escroto y mí pequeño pene colgaban, mí madre tenía en su mano un
tubo grande de pegamento permanente y una cinta médica; usando eso en 10
minutos bajo mí asombro toda mí masculinidad se había ido, ahora tenía labios
vaginales iguales a los de una chica, también mí madre me dijo que ahora tenía
una pequeña abertura vaginal de 5 cm y debía cuidarme para no hacer pipí de pie
para no lastimarme, pero a pesar de eso, aún me faltaba pechos para llenar los corpiños, mí madre
tomando otro pedazo de cinta médica, me enrollo la cintura llegando hasta el
entrepecho, la grasa que me sobraba ahora la tenía en mis pechos, luego con
destresa me puso un aditamento de latex para juntar y levantar mis nuevos
pechos, con ese movimiento tenía dos pechos de chica con sus respetivas
aureolas rosas, eran como los de Rechel, mí madre me dijo que esos me harían
tener más propinas, me tomó de la mano como a una niña sin ropa y me llevó a
probarme mí ropa nueva, toda me quedo de
maravilla, mí madre sabia mí talla, pero
eso no fue todo, me dio mí primera lección para maquillarme por mí mismo, debía
aprenderlo bien para que lo pudiera hacerlo sin su ayuda,
Ella solo me indicaba como hacerlo que brocha usar y como
moverla para esparcir los polvos, como delinear con lápiz mis parpados, mis
cejas, para hacerlas más delgadas y femeninas, me enseño a usar las pinzas y
retirar el exceso de cejas, después me mostro como debía sobrear mis parpados
en tres colores, como iba ir a la escuela solo debía usar uno solo en tono
suave, también mis labios debía solo colocar una pasada de labial, cuando
termine mí miaquillaje estaba maravillado con el resultado, en conjunto ahora
era una chica, mí cara era de una chica perfectamente maquillada, pero aun
faltaba que me enseñara a peinarme y a usar las diademas, pinzas, hacerme
trenzas y chongos con mí cabello largo, pero sobre todo a cuidarlo y hacerlo
lacio usando las pinzas de calor.
Cuando use las pinzas de calor me dí cuenta de lo fácil que
era tener el cabello cuidado y lindo como una chica, cuando por fin me dejó
verme al espejo en cuerpo completo, traía el uniforme de me escuela, con la
ropa interior nueva, mí imagen era igual a las de mí compañeras, mis rodillas
rollizas eran iguales, mis pantorrillas eran lindas usando calcetas azules del
mismo modo que las usan mis compañeras, dobladas del borde, los zapatos eran
lindos y cómodos, mis blusa mostraba dos bultos y dejaba ver un poco de mis
nuevos pechos por que el último botón estaba suelto, la falda hacia que mis
caderas se vieran más grandes y mí cintura más pequeña, la falda en A con dos
pinzas y dejaba ver mí vientre del mismo modo que mis compañeras liso y femenino, admiraba mí imagen cuando mí
madre me levantó la falda para arreglar mis pantaletas jalando y tirando hacia
afuera, me dijo que por ser rolliza siempre debía cuidar de que no se me
hicieran dobles nalguitas, además siempre debía usar pantaletas limpias y que
mis calcetas siempre estuvieran en su lugar y estiradas, cuando mí madre estuvo
conforme de que mí blusa estuviera bien fajada debajo de la falda mis
pantaletas estuvieran bien subidas, me bajo la falda, creo que debía
acostumbrarme a sus supervisiones.
Pero aun faltaba otra lección desmaquillarme, a pesar de mí
alegría me ordenó hacerlo y demostrarle
que ya había aprendido a maquillarme, eso me costó una hora más, pero al final mí
madre tenía confianza en mí en poder hacerlo.
Aun faltaba que mí madre me diera mí bolso nuevo, aunque
fueron dos en realidad, un bolso grande de tela blanca con círculos rosas, otro
bolso de madre en cuero negro y detalles dorados, además me dio una cartera y
una bolsita para mí cambio, me enseño que debía poner en el bolso además de mis
útiles escolares, el principal detalle era llevar toallas femeninas de abundante
flujo y un rollo de papel higienico, nunca se podía saber si alguien metiera
sus narices en el bolso y el ver esos artículos no dudaría que fuera una chica,
mí bolsa de maquillaje, un cepillo, un peine y espejo, una cuchara para
enchinar mis pestañas, mí bote de agua, una chalina para el frio, un chocolate
para cuando se me bajara la presión, mí cartera, monedero y una pequeña libreta
rosa.
Esa noche comencé a ser la pequeña hija de mí madre, a la
mañana siguiente debí levantarme a las 6 am. Para salir a la escuela a las 8
am, traía mí uniforme nuevo, mis calcetas limpias, y estaba listo para irme a
la escuela, mí madre me llevaría en su viejo auto y como había quedado con la
subdirectora de vernos antes de que comenzaran mis clases debíamos llegar a tiempo,
jamás había visto manejera a mí madre tan rápido por llegar a mí escuela, llegamos 20 minutos antes de que comenzar las
clases, ví a una chica sentada en la banca de espera, me senté a su lado y puse
mí bolso sobre mis piernas mientras mí madre entraba a la oficina de la
subdirectora.
Estuve mirando la ventana y al persona administrativo como
llegaba, cuando ví entrar a la maestra Hunter, ella era la peor maestra de
matemáticas que tenía la escuela, escuche que la chica de a lado decir: es una
perra!!—reconocí la voz de Jack ahora Jackie, voltee a verla para darme cuenta
de que era mí amigo, lucia como una chica tomboy, con la camiseta por fuera, el
cabello arreglado con una diadema, su rostro estaba maquillado y tenía sus uñas
pintadas de rosa, traía zapatos de plataforma con correa al tobillo; le dije
que era Harry, pero me calló y me dijo que no hablara alto para que no nos
delataramos, me recordó que ahora era Heather y no debía olvidarlo, entonces me
dijo que lucia sensacional, le dije que mí madre me había ayudado, el también
me dijo que su madre le había ayudado y le había comprado su uniforme, que
realmente pensaba que no tendríamos problemas en pasar por chicas y nos tipos
no nos molestarían, solo era cuestión de tiempo para terminar de pagar la
apuesta, estaba de acuerdo con él pero estaba intrigado de como había pintados
sus uñas y se lo pregunte, el comenzó a decirme que después de 5 intentos había
aprendido a hacerlo y me dijo que podría enseñarme, acepte su oferta, todo era
como un juego, estabamos admirando como lucían nuestros cabellos y ahora
sabíamos que tenían orzuela , cuando salieron nuestras madres seguidas de la subdirectora, había
acordado algo con ella y nosotros no sabíamos nada, la subdirectora nos anunció
en voz alta para que el personal administrativo cercano se diera cuenta de que éramos nuevas
estudiantes, nos dijo que nos iba colocar en grupos con mas cantidad de chicas
que de chicos, tendríamos unas compañeras de como consejeras para que nuestra asimilación a la escuela
fuera rápida, también nos había incluido en el programa de apoyo al transporte
y una camioneta iba a pasar por nosotras por las mañanas.
Todo estaba arreglado, nuestras madres nos dejaron con la
subdirectora y fuimos a nuestros nuevos salones en el tercer piso, me despedí
de “Jackie” moviendo la mano, ví que realmente sus uñas estaban increíbles, ví
como la subdirectora la presento a la maestra y le entregó su boleta de
calificaciones, Jackie se sentó atrás de una chica morena, la subdirectora salió del salón y me llevó
hasta el último salón del piso, entre atrás de la subdirectora, dí una rápida
mirada a todos los compañeras, efectivamente ví más cabello largo que en mí
antiguo salón, la subdirectora me presento como Heather Marry Dorson que venia
de otra escuela del sur, le entregó mí boleta alcance a ver las firmas de mí
madre y tenía promedio de 9.8.
La maestra se llamaba Bety y era la más agradable de la
escuela, también era la más formal en vestir, me pidió sentarme junto a otra
chica del mismo color de cabello que el mío, la maestra volvió a su clase, me
pregunto si traía conmigo el libro de texto de la materia de literatura, le
dije que si y lo saque de mí bolso,
cuando lo hice dio la indicación de que formáramos equipos de 5 personas y discutiéramos la
lectura de la pagina 41 hicieramos un resumen, se empezaron a mover las sillas,
la chica rubia atrás de mí me llamó por mí nombre y me invito a formar un
equipo con ellas, descubrí que entre chicas no es importante la forma en que se
sientan, pude ver en forma discreta las pantaletas de 3 chicas que estaban
frente a mí, por mí parte me senté con los tobillos cruzados colocando las
rodillas de lado, como me enseño mí mamá, la chica rubia se presentó como
Bárbara mí nueva consejera, las otras tres chicas se llamaban Carol, Denise y
Ann, Bárbara me pregunto de dónde venia,
según lo que acorde decir con madre era que venia de la escuela para señoritase
Northhill del sur, de esa manera no dudarían que no era una chica, comenzamos a
leer el libro y mientras leia mí parte, Bárbara me comentó que mis aretes eran bonitos y donde me los había comprado, fui
sincero y le dije que eran de mí madre y el pequeño delfín había sido un regalo
de mí padre, me pregunto si vivía con él, le dije que no, el nos había abandonado,
terminamos de leer y me asignaron para hacer el resumen de la lectura, todas coincidieron
que yo tenía la mejor letra, mí madre siempre había estado sobre mí para
mejorar mí letra y fuera legible, cuando estaba con los chicos siempre trataba
de que fuera fea para que no se burlaran de mi, ahora con las chicas era libre
para hacer mí verdadera letra.
Debí pasar al frente del salón para leer nuestras
conclusiones, me puse un poco nervioso pero las chicas me animaron y pude
hacerlo bien, la segunda hora nos tocaba educación deportiva, debíamos ir al
gimnasio, mí madre me había dado el uniforme después de ver a la subdirectora
consistía una camiseta con el logo de la escuela y unos boxes en color azul, me
quede con mis zapatos bajos y mis calcetas azules, en la clase se reunían tres
grupos para divirse hombres y mujeres, claro que ví a Jackie y nos abrazamos,
le presente a mis nuevas compañeras y
ella también me presento con sus nuevas amigas, la clase comenzó consistía
en diversas prácticas para ver nuestras habilidades
y entrar algún equipo de la escuela, Jackie tenía mejores habilidades, su
aspecto de tomboy le facilitaba las cosas, yo no era tan bueno en los deportes,
pero me sentía cómodo sabiendo que había otras chicas que eran igual que yo,
Jackie entró al equipo de boleyball a petición de la capitana del equipo, yo no
tuve suerte en ese deporte, tampoco en basquetbol, mis tiros no alcanzaban el
aro, tampoco tenía la fuerza para el jockey de pasto, ni el futbol, la maestra
nos pidió a varias chicas que no encajaron en esos deportes nos reuniéramos para practicar unos ejercicios en los aparatos
de gimnasia, debíamos correr y caer del otro lado del caballo, cuando me toco a
mí hice mí mejor esfuerzo para pasar el caballo y lo logre a la primera, luego debíamos
caminar sobre la barra de equilibrio, también lo hice a la primera, la maestra
nos pidió hacer Split en la barra, eso me costó trabajo pero lo hice sin
problemas, el hecho de no tener pene me facilitaba las cosas, al hacer eso
nadie dudaba que no era una chica, sobre todo los chicos que nos observaban
desde la sección de basquebol, luego la maestra no pidió usar el trampolín e
intentar dar una voltereta, para mí suerte lo pude hacer en varias ocasiones, la
maestra nos reunió para ver quien podría entrar al equipo, a mí no me escogió
por ser una chica de mediana estatura, además era rolliza y tendría que
trabajar mucho para alcanzar un buen nivel, al final solo quedamos tres chicas,
pero la maestra nos dijo que no nos desanimaramos que tenía un lugar para
nosotras, nos llevó afuera del gimnasio para presentarnos con la entrenadora de
porristas, de esa manera fui parte del nuevo equipo de porristas, tendría
muchas posibilidades de conseguir una beca deportiva, me dí cuenta de que
Bárbara era la subjefa de porristas y junto con Carol, Denise y Ann, además de
Beth, Paty y Cintia formamos un buen equipo de animación, yo por ser de mediana
estatura y no tener tanta fuerza me colocaron en medio de las estructuras, lo
único que no me di cuenta para aceptar entrar al equipo fue que los
entrenamientos eran dos días a la semana por la tarde, eso significaba que el
pagar la apuesta debía aumentar 18 días más, pero no se comparaba con Jackie
que serían 32 días por que eran 3 días a la semana sus entrenamientos.
La subdirectora y nuestas madres estaban contentas de que habíamos
podido adaptarnos a nuestros nuevos roles en la escuela, la casa y el trabajo,
al principio me costo trabajo llevar de memoria los pedidos y las cuentas, pero
con el tiempo lo pude hacer sin problemas, lo que si jamás me costo trabajo es
aguantar todo el día andar en zapatos de tacones.
Al tercer mes hablando con Jackie nos dimos cuenta de que
nuestra vida anterior ya no la recodábamos, ahora debíamos decidir que estilo debíamos
mantener, si la chica porrista, deportista, la chica skater, la chica tomboy o
la chica romántica, las chicas shuffles y divertidas.
Éramos todas ellas y nos gustaba ser chicas, podríamos expresarnos
mejor nuestros sentimientos, sin que nos criticaran, pero también nos gustaba
defendernos de las otras chicas siendo lo más sinceras posibles, habíamos aprendido
varias palabras de nuestras madres, Jackie tenía pretendiente y estaba
confundida en esa parte, yo solo tenía amigos y no me interesaba otra cosa que
ser amiga, pero había un chico del equipo de futbol que decían que le gustaba y
me iba a invitar para el baile de fin de cursos, para ese evento habíamos ahorrado
para comprar nuestros vestidos a petición de Rechel y nuestras madres, para quitar días a nuestro pago de apuesta, pero eso a mi ya no me importaba, era feliz como era y me gustaba ser así, libre.
En cuanto rechel se acostumbro a nosotras a que llegaramos
tarde y prendimos a defendernos de ella,
le daba envidia de que a mí me dieran más propinas por tener las tetas mejor formadas y firmes que
ella (recientemente nuestras madres nos había llevado al doctor para
aumentarnos nuestros pechos por una oferta de dos por uno).