jueves, 22 de septiembre de 2016

Tu podrias ser una mejor madre trabajadora?



Tu puedes ser mejor esposa que ella?—esa fue la pregunta de mí jefe, no sabia que contestar, solo escuche que decía: pues demuéstralo y deja de faltar al trabajo, por mí no hay problema, eres un magnifico empleado y no no tengo duda de que dentro de poco vas ascender, solo demuestras que puedes con los retos que tienes enfrente.

No puedes faltar ni un día por que eso me dejaría sin armas para defenderte ante la directora general, solo haz bien tu trabajo eso pido, si tu esposa no crees que puedes obtener un mejor puesto ese es su problema, el tuyo es no faltar y cumplir con los proyectos, además estoy pensando que para apoyarte con un poco de dinero, podrías suplir el puesto administrativo que esta vació, por tu culpa, no creo que te quite tanto tiempo para cumplir tus proyectos y además solo será un mes, que dices, quizás para ese tiempo ya todo este en calma, que dices? Aceptas?—mí jefe inmediato me extendió su mano para firmar el acuerdo, lo pensé un poco, el me dio el último empujón diciendo: quema tu nave y se lo que tienes que ser, no importa lo que dijan otras personas—eso me hizo darle mí mano y aceptar todas sus condiciones, me abrazó y me hizo salir de su oficina para irnos a nuestras casas,

El sabía bien que me veía bien en vestido, mí imagen era natural y alegre, eso quedo demostrado en la última semana antes del hallowen, ahora bajo su autorización podría seguir viniendo en vestido y tacones, cumpliendo con el código de vestir de la empresa para una mujer, maquillada sin exagerar y usar ropa formal, de preferencia con falda y medias, el día viernes teníamos permiso de venir informal, pero sin ser indescentes, usando blusas escotadas y minifaldas o mostrar piernas usando shorts

Pude cumplir con el código de vestir por que mí pareja ya no usaba la ropa que algunas vez le quedo, ahora ella pesaba el doble de lo que yo pesaba, ella simpre fue más alta que yo, eso le permitió entrar a trabajar como personal de transportes de la empresa, poco a poco fue subieno en los puestos del área y ahora ella era jefa de transportistas y debía supervisar las entregas y todo lo administración del almacen, ella ganaba el doble que yo y pidimos comprar una casa, aunque la casa era de ella yo puse para el encache y aportaba para la hipoteca, pero no alcanzaba con todo lso gastos de nuestra hija pequeña, el auto que choque y el mantenimiento de la casa y aparatos electrónicos que se descompusieron por una falla eléctrica que yo pude evitar y no lo hice por no checar los fusibles,

Mí jefe entendía mí situación y me ayudaba con lo que estaba en sus manos, el sabía como me maltrataba físicamente y verbalmente, el último año había aumentado de peso considerablemente, y comencé hacer ejercicio y disminuí un poco en la cintura, pero l agrasa acumulada en los caderas y el pecho era eviente, pero eso me ayudo para verme tan natural como cualquiera compañera de oficina, quizás hasta más atractivo que algunas de ellas.

Ella salía primero y yo me quedaba para llevar a mí hija a la escuela, la semana que fui con vestido, la maetra me confundió con su madre y no tuve problema en presentarme a la junta de padres, tendría en tres días un festival de fin de curso, y debía llevar un platillo de cocina.

Ese día me subí a mí pequeño auto blanco y conduje hasta la escuela de mí hija y luego a la casa, aun no llegaba mí pareja, comencé hacer la cena, cuando llegó le serví para evitar algún enojo de su parte, pero algo no estuvo bien, me reclamo que cuando ella cocinaba jamás se le había quemado la comida, yo no sabía que decir, sin esperarlo, me torcio el brazo y me llevó hasta la sala y como un niño pequeño me dio bastantes nalgadas hasta que sentí muy calientes mí nalgas, ella se reia de mí, por ser tan débil y mediocre, que me hacia eso para aprender que si volvía quemar la comida, lo haría de nuevo, eso era humillante, pero no podía faltar al acuerdo que hice con ella de hacer las cosas mejor que ella.

Era un juego y se estaba tornando muy exagerado y molesto, pero debía sobrellevarlo, si quería que las cosas funcionaran, por el bien de mí hija.

A la mañana siguiente preparaba el desayuno cuando sentí un nuevo golpe en mis nalgas y piernas, traía un cinturón en la mano y me intentaba dar otro, pero le dije que ya había entendido la lección, ella sonrio y se burlo de mí expresión de niña.

Se sentó para desayunar, me pregunto como me había ido en el trabajo le dije que tendría un nuevo puesto por que mí jefe quería ayudarme con la hipoteca, ella sonrió y dijo que esta bien de esa manero podría dar mí parte de la hipoteca y pagar el mantenimiento, sin necesidad de pedirle.

Me informó que debía supervisar la planta del norte y se iría por unos días y regresaría hasta el lunes, de esa manera podría estar tranquilo mientras me organizaba con mí nuevo puesto y podría llegar un poco tarde,  se despidió de mí con un nalgada que me dolió mucho.

Yo prepare a la niña para la escuela y mientras yo comenzaba mí rutina de Alexandra Cummins, como me hizo llamar mí jefe para sustituir ante la directora a mí: Alejandro Carson.

Decidí usar un vestido negro con un sacao bolero, y zapatos altos negros de tacón de ahuja, con el anexo de cabello me podría hacer un chongo alto, mis nuevo lentes hacían mí cara más femenina, además el maquillaje era de excelente calidad y sabia usarlo correctamente, el curso que tome hacía dos semanas y la experiencia de la última semana, me daba la confianza para hacerlo bien.

La depilación aun estaba vigente, pero decidí pasar la maquinita de afeitar, para quitar el vello que estaba por salir, me puse mis nuevas medias de tubo y ajuste los tirantes, el fondo negro evitaba que se vieran las hebillas, baje el bolso que escondía en lo alto del closet,  aun estaba todo lo que use la semana anterior; me revise por última vez: mí vientre estaba lindo y liso, mis pantorrillas era agradables, los tacones estaba perfectos, mis pechos llenaban perfectamente el bra, mí cabello estba en su lugar, mis pechos eran pequeños pero lindos, mis orejas tenía unos pequeños aretes de perla, junto con el collar resaltaban el vestido, mis labios rojos estaban perfectos.

Camine sin miedo hasta recamara de la niña, la baje a la cocina para darle de desayunar, desayunamos y salimos a la guardería, y luego al trabajo, todo era normal como la vida de una empleada ejecutiva, entre al edificio y pase mí tarjeta de identificación de Alexandra cummins, el torniquete puso luz verde y pase hasta el elevador, entre con todas la mujeres, era una mas de ella, salude algunas que ya conocía, me daba gusto que no supieran que no era mujer, pera ellas era la jefa administrativa del piso 41.

Comencé mí día con tomar llamadas y hacer un memorándum para reunión dentro de dos días, tuve que sacar copías para mí jefe y hacerle su café, también debía hacer el análisis financiero de mí proyecto, comencé hacerlo, entre llamadas y pedimentos de las demás compañeras.

Para todas ellas yo era una mujer más de la oficina, pero era su jefa de oficina y ahora apoyaba con los teléfonos, mientras contrataban alguien más.

Pasaron  cuatro días donde me fui ajustando a mí nueva forma de trabajar y desempeñarme en la sociedad, me sentía cada vez más confiado y cómodo, eso se reflejaba en mí trabajo y con mis compañeras, las únicas compañeras que sabían el secreto eran Bety, Joan, que eran mis empleadas directas y la otra jefa de oficina Helen, ella fue quien aposto con la asistente de mí jefe a que yo  podía desempeñarme mejor como mujer que ella, por 8 días pude hacerlo sin problemas, pero ahora mí jefe quería que siguiera vigente Alexandra Cummins, por una semana más lo había logrado, pero las cosas entre mí pareja y yo, se ponía difíciles.

Para el fin del día se me había olvidado que me dolían mis nalgas, pero también había entendido el como sentarme para que no me dolieran era al sentarme, debí hacerlo correctamente con la espalda recta y con calma para no lastimarme más.

El día vierne había ido de compras con mis tres amigas cercanas, le pedí permiso para salir más temprano, el acepto y me hizo recordar que el día lunes tendríamos la reunión general de áreas y nos tocaba organizarla, así debía llegar más temprano para pedir la sala de juntas del piso 42, acomodar sillones y limpiar la sala, preparar café para todos y tener lista la agenda y minuta anterior, mí jefe sabía bien que si podía cumplir con mis tareas, me recordó que debía venir con el uniforme administrativo, ahora no tenía excusa para no venir en falda, en los últimos tres días había venido en pantalón ejecutivo sin bolsas y cierre atrás, yo me sentía cómodo de esa forma y nadie dudaba que no tuviera vagina o se diera cuenta que tenía pene, el ir de esa manera quizás puse un poco nervioso a mí jefe, pero estuvo bien para demostrar quien tenía más pantalones y poner mí postura como empleada eficiente y haciendo las cosos bajo el protocolo, el poner nervioso a mí jefe era parte del juego, ese día había decidido ir con una falda plisada en A, que me llegaba arriba de las rodillas, era viernes y podíamos venir como quisiéramos, también traía una blusa con un escote redondo pero con una pequeña avertura en V, dejaba ver mis pechos lo más naturalmente posible, estaba parado frente a su oficina esperando la autorización para irnos, tenía las piernas curzadas y mostraba mí cara de niña regañada, el levantó la mirada y me vio con una sonrisa, eso significaba que nos autorizaba irnos temprano, me di vuelta sobre mis tacones, cuando me detuvo diciendo mí diminutivo, volví a girar sobre mis tacones: Alex….solo quiero decirte que esta semana me haz sorprendido lo también que haz venido vestida, hoy también te ves muy bien, solo eso quería decirte—se detuvo en lo que iba a decirme y agrego:…te quiero pedir un favor, la maestra de mí hijo  me invito al convivio de padres, no quiero ir solo, se que tienes cosas que hacer, pero se que tu tienes una hija me entiendes, podría acompañarme?—sonreí y me quede pensando, que el me había dado permiso para ir a la junta de mí hija y también había cubierto algunos errores mios, así que acepte y quede con él de que iria a mí casa a las 10am, debía estar antes listo con la niña para salir al convivio.

Esa tarde pedí consejo en como ir al convivio, todas me aconsejaron ir con pantalones de mezcilla, así que compre un par de ellos, unas blusas polo de diferentes colores, también compre a sugerencia de ellas, un par de suit de trabajo y varias faldas, compramos ropa interior y fajas, me llevaron al salón de belleza para arreglar mí cabello, depilar mis piernas y axilas nuevamente, me hicieron manicure y pedicure, luego fuimos a comprar zapatos y después a comer algo ligero, yo escuchaba la conversación de ambas sobre sus esposos y nuestro jefe, me hicieron ver que era un machista y falto de atención, yo no estaba de acuerdo con sus opiniones, pero era mejore callar, solo escuchaba.

Después fui por mí hija y regrese a la casa para probarme y guardar mis cosas en el closet, mientras lo hacia, me hablo mí pareja para avisarme que no había vuelos para el día domingo y regresaría para el día lunes, eso era buena noticia para Alex.

Al siguiente día decidí usar mezclilla como me sugirieron mis compañeras, pero en lugar de usar pantalón decidí usar una vieja falda de mezclilla que me llegaba arriba de las rodillas y se ajustaba a mí cadera sin apretar mí cintura, use una camisa polo nueva en color blanco y mis tenis blancos con unos tines de mí pareja, también decidí usar pantaletas rojas para la buena surte  y un bra en color azul claro, para combinarlo con los detalles de los tenis, pinte mis labios lo mejor posible y estire mis pestañas lo más que podía, sombre los parpados en color rosa y agrege rubor del mismo color, mí cabello rubio lucia bonito con el nuevo corte que me hice, unas pequñas arrecadas y un anillo, me puse de joyería.

Me puse una chaqueta deportiva, tome el mismo bolso de la semana, después de verificar los detalles de mí atuendo: perfueme, crema en las piernas, ajustar las pantaletas para que se notaran menos, quitar el exceso de lápiz labial.

Sentía que debía verme bien para salir por primera vez con mí jefe, no debía dar ningún detalle fuera de lo normal, debía verme como una verdadera mujer madre de una pequeña niña, por eso decidí usar falda, para que me tratara como una dama y yo  cuidara mis maneras al moverme.

Arregle a mí hija con un short y una blusa de rayas que le había comprado para la ocasión, sus pequeños tenis, le dí de desayunar y espere a que llegara mí jefe, estaba lavando los platos cuando llego, tome mí bolso a la niña y salí de la casa, me esperaba dentro de su camioneta, subí a la niña en la parte de atrás con el hijo de él y luego me subí al asiento del copiloto, sentí que estaba un poco alto para subirme y debí levantar un poco más las piernas, pero nada fuera de lo normal, el me ofreció su mejilla para saludarlo, puse mí bolso en las piernas y espere a que avanzara, mientras contestaba a su pregunto de como estaba?:  bien, se que va hacer un gran día—el tambié acepto que iba hacer un gran día.

Al final de ese día me dí cuenta de que mí jefe amaba a Alexendra, no pude detenerlo para que me diera un profundo beso, también acepto que le gustaron mis pantaletas rojas de la buena suerte, a mí también, mí tía tenía razón las pantaletas rojas son para atraer al hombre de tu vida.

..continuara?

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