miércoles, 16 de noviembre de 2016

Coincidencias: Cambios para una nueva vida como madre trabajadora, en el autobus rumbo a recibir mi finiquito debí tomar una decisión importante...





Por un pequeño desmaño en el trabajo mis jefa y todas mis compañeras se enteraron que mis pechos, mí cadera habían crecido considerablemente, desde hacia un año que comenzaron a crecer, ahora ya no podía esconderlo, yo era un asistente de diseño de 24 años, mí jefa me había llevado al doctor después de que los paramédicos abrieron mí camisa para descubrir mis pechos como los de cualquier compañera de la oficina, tenía un año que mí hija había nacido y tenía muchas deudas por los gastos del nacimiento, su primera enfermedad, la renta y la compra de un auto para que mí pareja pudiera llegar a su trabajo, ella era técnica en contrucción y trabajaba en un despacho en el centro de la ciudad, yo me hice cargo de nuestra hija ya que trabajaba más cerca de la casa  que rentábamos y de la guardería.

No teníamos para pagar un doctor particular, así que debí acudir a un pequeño hospital de asistencia pública, me hicieron exámenes y los resultados mostraban que todo estaba normal, solo había sido una baja de azúcar por el stress del trabajo y hacer las tareas de la casa para cuidar mí hija y pareja, solo las hormonas femeninas estaba muy altas para ser un hombre pero eran normales para una adolescente que esta pasando la maduración de su cuerpo.


La doctora me tuvo 3 días para tratar de investigar la causa de mis cambios, me dio un tratamiento de testosterona y me dio de alta para ir a trabajar, realmente la siguiente semana fue muy dura para mí, todas mis compañeras se burlaban y me hicieron la vida imposible, dándome más trabajo del que tenía al rechazar mis propuestas de diseños, o poniendo café en mí escritorio, chicles en la impresora, cuando me agachaba para arreglar el papel de la impresora o limpiar mí escritorio, todas chiflaban y decían cosas molestas para mí, también en el baño de hombres pusieron un papel con un dibujo de mitad hombre y mitad mujer, me dejaban recados colocando el nombre de señora de trasero Gordo en lugar de Gordon o pequeña niña gorda de trasero grande o señora bubis gordas.



 


Mí jefa se mantenía al margen y hasta alguna bromas las aplaudió, a los 3 días regrese al hospital por mis resultados, tuve que ir solo por que mí pareja tenía mucho trabajo proyectando un nuevo edificio en el centro, tendría mucho trabajo por los próximos 5 años, la doctora me dijo que el centro de mí cerebro tenía un pequeño quiste,  sobre el piso de la hipófisis me había salido una protuberancia y estaba provocando la secreción de aumento de las hormonas femeninas, no era un tumor, pero debían seguir investigando, durante la semana que estuve tomando un tratamiento de hormonal, para estabilizar los cambios que estaban ocurriendo,  mí cuerpo se había vuelto más sensible al frio y al rozamiento, mí piel tenía escoriaciones entre los muslos, en las nalgas, en las axilas, en el vientre y los pies,  me daba ganas de llorar sin causa aparente, aunque no le decía a mí pareja para, ella lo sabía, la doctora me recetó  una pomada para las escoriaciones, me recomendó descanso para no estresarme y usar ropa holgada que no me apretara, de preferencia que no fuera de licra; la mayoría de mí ropa interior era de licra y mis ya pantalones me quedaban apretados y eran la causa de mí irritación de mis mulos, la doctora no sugirió nada, solo que usara ropa holgada y suave.


Cuando le conte a mí pareja sobre la indicación de ropa holgada, ella inmediatamente entendió la indicación de la doctora y me autorizo que podía usar su ropa “holgada y suave”, lo consideré una broma de su parte, tuve mis días de descanso y tendría que volver el día lunes, le hable a mí jefa para decirle que ya no iria a trabajar hasta estar completamente recuperado, ella con una risa me dijo que no debía exagerar las bromas, que realmente parecía una pequeña niña que se siente de todo, que las bromas de mis compañeras no eran para tanto, lo único exagerado que tenía eran mis pechos, no me hacía gracia sus bromas, le dije que dejara de burlarse de mí, la situación se salió de control,  me advirtió que sino iba a trabajar el lunes entonces pediría mí finiquito, con todo lo que me dijo había tomado mí decisión de no ir a trabajar, le llame vieja bruja y le dije definitivamente no iria a trabajar, sin decir nada más mí jefa solo me pidió ir por mí finiquito el día lunes, el fin de semana me la pase viendo televisión y organizando la casa, mí pareja estuvo trabajando en sus proyectos, no le dije a mí pareja hasta el día sábado.


 


Ese fin de semana mí pareja me obligo a usar sus pantaletas para que me diera cuenta de lo suave que era y lo bien que me iba a sentir, también me forzó a usar un brasiere para levantar mis pechos para evitar lastimarme más mis rozaduras, mí pareja tomó una de mis camisetas de algodón y la cortó del cuello para hacerla más holgada, aunque mis pechos podían verse perfectamente me sentía más cómodo, también cortó mis pantalones de mezclilla para ayudar a ventilar mis piernas y  que no me lastimara más mis muslos, pero se le ocurrió que mejor usara en la casa sus faldas de mezclilla, accedí a usar su ropa en la casa, pero le dije que el día lunes para ir por mí finiquito tendría que usar mí camisa y pantalón de trabajo, ella solo se rió de mí y me dijo que me iba a lastimar más si iba como yo quería ir, lo mejor era si quería verme  formal para evitar más burlas en la calle y en el trabjao sería que usara su ropa  de trabajo para sentirme más cómodo y verme formal como yo quería, yo le dije en forma terminante que no lo haría, ella solo se rió y se fue a seguir haciendo su trabajo, pero antes de bajar me dijo que si quería probarme sus zapatos para evitar que se infectaran mis heridas, yo le avente una almoada para correrla de nuestra habitación.





 


Me quede un rato en la cama pensando en lo que haría si dejaba de trabajar, no podría pagarle a la doctora, tendría que buscar un trabajo y no sería fácil por un tiempo, entonces escuche que nuestra hija se movía en su cama y esa era la señal para darle de comer, me levanté y fui a recoger la almohada, mientras lo hacia ví las sandalias de plataforma colgadas atrás de la puerta, junto con sus demás zapatos, espere para escuchar a mí hija me hablaba para darle de comer, pero mí hija no se había vuelto a dormir, solo era falsa alarma, en ese momento se me ocurrió para evitar hacer más ruido y se despertara mí hija probarme los zapatos en la recamara que tenía alfombra, aun a pesar de que mí pareja era más alta y gorda que yo, me quedaban perfectamente sus zapatos, me quede con las sandalias de plataforma para probarlas y evitar que se infectaran mis rozamientos, eran perfectas para usarlas con una falda de mezclilla y la camiseta rota del cuello, mí cabello estaba creciendo y se me ocurrió escarmenarlo hacia dentro, entonces escuche a mí hija que definitivamente se despertaba, mí pareja grito que la atendiera, salí como estaba para atender a la niña, la saque de su cama y la lleve a la cocina, ella no se dio cuenta de que no era su madre, estuve una hora cuidándola sin problemas, yo me sentía más tranquilo sin tener que lastimarme cada vez que daba un paso o me movía.


Escuche que mí pareja hablaba con alguien, en varias veces mí pareja paso por la cocina y solo me daba una pequeña sonrisa de complicidad y se volvía para su estudio para seguir trabajando o hablar por teléfono con las personas de su trabajo, solo tomaba un poco de agua y se volvía a subir, solo cuando estábamos cenando volvió a decirme que era un necio sino usaba su ropa, que debería hacerlo no perdía nada, solo va hacer una vez como yo decía, entonces que iba a perder nada, yo no acepte nada, ni dije nada, solo me fui a lavar los platos, al levantarme, ella me dio una buena nalgada, me pareció gracioso a pesar de que sentí dolor, la deje que lo hiciera sin decirle nada o quejarme.


Nos fuimos a dormir ella se tenía que parar temprano, solo me hizo dormir con su suave panti de algodón y su holgada camiseta de lana, al sentir la suavidad acepte dormir con ellas, también para evitar que el resorte de las pantaletas se jalaran al máximo y me volvieran a rozar, me enseño como subir mis testículos y acomodar mí pene para evitar que la pantaleta cargara más peso de mis testículos y el pene, realmente me sentí muy cómodo con lo que hizo y me dormí rápidamente, pero mientras dormíamos me abrazó y comenzó a jugar con uno de mis pezones.


Al día siguiente con la decisión tomada de dejar de trabajar me levante, mí pareja se había ido después de bañarse, arreglarse y salir para su junta de trabajo, yo debía preparar a nuestra hija para dejarla en la guardería para que pudiera ir por mí finiquito,


 


Debía bañarme antes de que despertara mí hija, entre al baño me quite la ropa de dormir de mí pareja y comencé a bañarme, mis escoraciones estaba mejorando, pero aun me dolían, mis pechos tenían mucha sensibilidad y el simple rose de la espoja hacían que reacionaran, mis caderas seguían acumulando grasa, aunque no como mí pareja que realmente estaba pasada de peso, quizás mí cintura fuera más pequeña que la de ella, cada vez que me bañaba comparaba mí cuerpo con el de mí pareja y concluía que ella estaba muy gorda.


Salí de la bañera y mientras tomaba la toalla para secarme, se callerón unas pantaletas y un bra negro que había dejado mí pareja arriba de la toalla,  cuando las levante y las tuve en mis manos, sabía que debía usarlas, aunque fuera por dentro de mí pantalón y camisa, pensé que debería usar doble camiseta para evitar que el brasiere se me notara, recordando la recomendación de mí pareja que pusiera mí pene hacia atrás para evitar que jalara las pantaletas y me lastimara más, lo hice y me agrado como se me veían las pantaletas iguales a mí pareja, recordé que me había sugerido que quizás con un poco de pegamento que tenía en el botiquín podría usar mí escroto para evitar que el pene se bajara, lo hice y quedo mejor acomodado, en el tiro de las pantaletas se notaban dos bultitos como los de mí pareja, fue divertido hacerlo, mis pechos se acomodarón perfectamente en el bra sin necesidad de ajustarlo, los tirantes, el material eran muy suaves  y delgados que no tocaban mis escoriaciones, caminé a la recamara, pase frente a la habitación de mí hija aun dormía, pronto la despertaría, busque en mí closet mis camisetas para colocármelas, lo hice, sentí mucho dolor al acomodar mis pezones hacia abajo y hacia atrás, con el dolor me puse los pantalones el solo jalarlos por mis piernas sentí mucho dolor, moví mis piernas para acomodarlos y sentí que mis escoriaciones se iban a volver abrir, me puse los calcetines y los zapatos, mí cuerpo se estremecia del dolor, vi el reloj debía comenzar hacer el desayuno, con mucha dificultad camine rumbo a la  escalera, me detuve frente a la recamara de mí hija para comenzar a despertarla, la niña estaba muy dormida y la trate de mover para comenzar a despertarla, escuche en su sueño que preguntaba por su mamá, yo le dije que se había ido a su trabajo y que necesitaba despertarse. La niña se volvió a acurrucar con su cobija.


Debía comenzar a hacer el desayuno, entonces con mucha calma baje la escalera camine hacia la cocina, el dolor me vencía debía tranquilizarme un momento para comenzar mí desayuno, prepare con mucho dolor el desayuno, cuando terminé regrese para subir la escalera, en cada escalón era un sufrimiento, cuando por fin pude llegar al último escalón mí hija se había despertado, camine lo más aprisa que el dolor me dejaba, la niña estaba llorando preguntando por su mamá, me recosté con ella y la tranquilice, se volvió a dormir, no quería moverme por el dolor, en ese momento tomé la decisión de hacer lo que mí pareja me sugería, usar su ropa para ir por mí finiquito, recosté nuevamente a la niña y regrese a nuestra recamara para quitarme toda la ropa que traía, fue un alivió al estar solo con la ropa interior, abrí el closet de mí pareja en el prime gancho estaba un delgado y suave vestido cruzado en color negro, era ideal para un día de oficina, un saco blanco estaba en el mismo gancho, en el suelo estaban unos zapatos cerrados de plataforma en color blanco, el tacón era de unos 5 cm, eran la mita de las plataformas de corcho, antes de volverme a vestir me tome mí pastilla para el dolor, después me puse el vestido, lo cruce y le puse el delgado listón con un pequeño nudo de lado, el vestido me llegaba ligeramente debajo de las rodilla, a mí pareja le llagaba arriba, a mí sobre las rodillas, eso era aceptable para un trabajo formal, el saco me cerraba perfectamente y se ajustaba a la cintura, tenía sobre hombros y de esa manera desde atrás la imagen de reloj era más clara, el discreto escote en V dejaba ver mis pechos, pero sin exagerar, se veian muy naturales y se podían ver un pequeño bultito de los pezones, pero el saco los tapaba, me puse los zapatos, el borde quedaba ligeramente por debajo de mí escoriación y no me lastimaban, quizás solo si me ponía un poco de cinta médica podía evitar que me rozara un poco, caminé por la habitación, los muslos se rozaban sin forzarse, ni lastimarse con la tela, quizás el usar medias con ese vestido sería más formal, pero en ese momento no quería sufrir más, ya era mucho con aceptar ir de esa manera, los zapatos eran cómodos y caminaba perfectamente con ellos, hacían que mis pantorrillas se vieran más delgadas y femeninas, mí pareja tenía piernas de boxador; el vestido hacia que mis caderas se vieran más delgadas, el ir sin medias estaba de moda, nadie notaria la diferencia de mis piernas  y de alguna compañera, lo importante era que no sufriera dolor,  solo faltaba escarmenar mí cabello para darle forma femenina y arreglar un poco mí cara como lo hacia mí pareja, muchas veces había visto como lo hacia, ella no era una especialista o perfeccionista en  maquillarse, solo se ponía un poco de rubor, lápiz labial y un poco de sobra en los ojos, realmente no ponía mucho interés en su maquillaje, era una mujer cómodina, pero recordé que ella compro una revista cuando fuimos al supermercado a comprar alimentos que traía un reportaje sobre maquillaje para la oficina, pensé que si ya estaba en esto, sería una buena experiencia haciendo mí propio maquillaje, también eso me ayudaría para que el sol no lastimara mí piel de la cara, durante una hora hice cada paso que decía la revista, al final había conseguido un buen y agradable maquillaje como cualquier mujer de oficina, quizás hasta un poco mejor que cualquiera de mis compañeras, disfrute hacerlo y sentí que era fácil hacerlo, solo se necesitaba los productos de buena calidad y paciencia.


Mis labios lucían muy agradables en color carmesí, sombras en rosa en los parpados, mis cejas las había delineado de acuerdo a mí cara redonda, lucían lizas y  pintadas, tenía rubor discreto, mis ojos estaban delineados, las pestañas estaban estiradas al máximo y alineadas hacia fuera, al ponerme mis lentes para leer, mis ojos lucían más lindos que los de mí pareja, agregué a mis orejas y cuello un juego de aretes y collar en metal dorado que le había regalado en navidad, solo la ví que la había usado ese día.


 


Estaba listo para irme, pero faltaba un bolso que hiciera juego, con lo que vestía, busque arriba del closet de mí pareja donde guardaba sus bolsos, encontré uno en color negro con detalles en dorado, era el que necesitaba, para mí suerte aun traía las cosas que había usado la última vez que llevó el bolso, solo guarde mí cartera con todas mis identificaciones y un poco de efectivo para comprar gasolina o pagar algo que llegara a necesitar, en el bolso traía una mascada para el frio mañanero, me la pondría para evitar que se fijaran en mí cuello y mí manzana de adán, aunque mí manzana no era más grande que la de mí pareja, también sus manos eran más grandes que las mias, así que eso me daba confianza, en el bolso vi un frasco de esmalte para uñas, era lo único que faltaba, pero pensé en ponérmelo durante el trayecto a la guardería.


Me di la última revisión para darme cuenta que era la imagen clonada de mí pareja. Mí hija ya estaba despierta y al verme entrar se alegró de ver a su madre, para ella no había diferencia, la cargue y la apapache para que se calmara, le lave su cara, la arregle para peine, le dí de desayunar, nunca se había portado tan tranquila, tome mis llaves y guarde mis llaves en el bolso, después de cerrar la puerta de la casa, fui al garaje para sacar el viejo auto, puse a mí hija en el asiento de atrás y me subí al auto, pensé que el conducir con tacones no sería difícil y en 20 minutos estaría dejándola en la guardería, pero no iba ser tan fácil, el auto no encedió, la batería estaba muerta, no podía perder tiempo por que sino mí hija no podría quedarse y entonces tendría que ir al trabajo con ella, pero recordé lo que dijo mí pareja cuando le dije que había renunciado a mí trabajo: “si ya lo decidistes entonces tendrás que pasar etapa difícil a acostumbrarte a las cosas que no queras hacer y serán  difíciles para ti si tu lo quieres….vas a tener que cambiar en una palabra”


No podía perder más tiempo tome a mí hija y caminé con ella, con la maleta y el bolso al hombro, hasta la parada del autobús, para mí suerte pasó rápido, me dejaron subir primero y me cedieron el asiento, nunca me había sucedido eso, era una sensación agradable el que otras personas fueran consideradas conmigo, más si traía zapatos altos, una niña en brazos y poco tiempo para llegar a dejarla.


Todo era nuevo para mí aunque en el último año debí hacer esa actividad varias veces, un tipo se se tomó del tubo y se colocó aun lado de mí, durante un rato no me fije que el trataba de ver mis pechos, cuando me dí cuenta con calma y con discreción me cerré el saco para evitar que siguiera viendo mís pechos, quizás si hubiera sabido que no era mujer le hubiera dado un infarto, pero sin embargo mis pechos no eran diferentes de los de una mujer, mis aureolas eran grandes y rosadas, como las de mí pareja; también para evitar rozarme debía mantener las piernas bien juntas o bien separadas, lo segundo era inviable, así que debía mantener equilibrada a mí hija sobre mis piernas, además de la mochila y el bolso.


Cuando llegó el momento de bajarme, un hombre me ayudo a pararme y me detuvo por un momento para que me tomara del tubo y avanzar hacia la puerta de bajada, en un segundo aprendí a bajarme del autobús con tacones y vestido, debía poner mí pierna de lado para evitar mostrar demasiado, así evitar estirar el vestido al máximo y quizás romperlo.


Debía caminar dos calles, vi la hora en el pequeño reloj de mí pareja, faltaban 5 minutos, debía correr o en mí caso caminar rápido, toda una odisea en tacones, pero  debía lograr llegar antes de que cerraran, mis muslos se rozaban pero me alegraba de que no se lastimaran más de lo debido si estaría usando pantalón, la maestra vio como llegaba con la niña, así que me esperó para recibírmela, a la maestra le dí la mochila de la niña, me agache para hablar con la niña y decirle que debía portarse bien, le dije que iba a regresar por la tarde y la llevaría a comer algo.


La maestra en ningún momento dudo de que yo era Bety, la mamá de mi hija, me comentó que se alegraba que nuevamente la trajera y me avisó de la junta de fin de cursos antes de las navidades, donde debía pagar el último mes, le agradecí, me volví a despedir de mí hija y la ví entrar a la escuela.


Respire profundo, todo había salido bien, ahora debía ir al trabajo para recoger mí finiquito, quizás también debería comprar el periódico para ver las plazas de trabajo vacantes, caminé al puesto de revistas y solicite un ejemplar, el señor me dio el periódico y me agradeció el pago con un “gracias señora,que tenga un buen día, señora”.


Volvía a tomar el autobús hasta el centro financiero, esta vez no me cedieron el asiento y debí ir parado todo el trayecto tomado de un tubo, tratando de no caerme en cada enfrenón  o arranque del autobús, me di cuenta del porque la mayoría de las mujeres se concentran al frente del camión, hay más tubos intermedios de donde tomarse, además los tubos son más bajos.


Una mujer que se tomaba del mismo tubo comenzó hacerme platica cuando un tipo venia empujando y  me aviso para que no me empujara al pasar hacia atrás, su comentario fue el llegar al trabajo bien peinada era un triunfo, yo le sonreí y le dije que dije que el triunfo era llegar a tiempo, la mujer me dijo que tenía 6 años llegando al trabajo en transporte público y nunca llegaba tarde, solo era cuestión de acostumbrarse y tener una rutina para cumplir con todas las cosas que se tenía que hacer, antes de salir, ella tenía 3 niñas  y un niño pequeño que dejaba en la guardería, yo le comente que también tenía una niña y estaba tratando de organizarme para llevarla a la guardería, ella me dio el tip de que hiciera una lista de tareas y la colocara en el refrigerador, también me dijo que hiciera un pequeño block con frases positivas y las colgara para arrancar una cada día, me pareció buena idea,  también me dio el tip que para la piel delicada debía usar la pócima de la verdadera flor de mandrágora, me escribió en un papel una dirección donde la vendían, le agradecí por el tip y le dije que ya me iba a bajar, ella también se iba a bajar en la misma parada, nos apoyamos para bajamos en el último escalón del camión, entonces me pregunto a donde iba, le dije que iba al edificio corporativo de cristal señalando, ví que no me había colocado esmalte en las uñas, ya no importaba, la señora se presento como Beatriz Mongomery ofreciendo su mano que tampoco traía esmalte en sus uñas, a mí solo se me ocurrió el nombre de mí pareja: Yo me llamo Beatriz Swan—ella se sorprendió por la coincidencia de que nos llamáramos igual e íbamos al mismo edificio y jamás nos habíamos visto, me pregunto en que piso trabajaba, en eso no podía mentir, le dije que en el piso 31 como diseñadora, pero iba por mí finiquito, ella volvió a sorprenderse, yo le pregunte por que lo hacía, mientras avanzábamos hacia el edificio entre toda la gente que iba hacia allá, ella dijo que estaba sorprendida por que su diseñadora de proyectos editoriales  había decidido renunciar la semana pasada y andaba en búsqueda de una buena diseñadora, entonces me ofreció el puesto de trabajo, me vio mí cara de sorpresa y agregó que el puesto era de base con todas las prestaciones de ley y un sueldo inicial del doble que estaba ganando, la sorpresa era mucha y no sabia que contestar, por cómo se habían dado la situación, la única opción era que aceptaba el trabajo y así se lo hice saber, me volvió a ofrecer la mano para formalizar la relación de trabajo, antes de entrar al edificio me preguntó el porque había dejado de trabajar, trate de ser lo más sincero posible al decirle que el ambiente de trabajo era muy pesado y me estaban acosando,  además tenía un problema de salud que me impedía trabajar de la misma forma que lo estaba haciendo, la Señora Beatriz comprendió mí situación y sobre entendió que tenía biomas en la matriz y no podía estar todo el tiempo sentada, además de ir a la citas médicas, me explico que ella era la editora en jefe para la principal revista para mujeres ejecutivas y yo tenía el perfil que andaba buscando,  subimos al elevador, ella me explico que ese día tendría varias reuniones de trabajo y no podría atenderme para elaborar y firmar mí contrato, pero me citó para ver mí currículo para el día siguiente a misma hora, aunque con alegría me dijo que quizás nos viéramos antes en el mismo camión, pero sino entonces me esperaba en su oficina en el piso 41, el elevador se abrió en el piso 31 para bajarme, la Señora Beatriz se despidió de mí con un beso en mí mejilla y señalándome con un dedo me advirtió que sin falta me esperaba el día de mañana, con una sonrisa le dije que allí estaría.


Caminé directo a la oficina de recursos humanos, busque a la chica que daba los finiquitos, me pidió mí nombre poniendo la palabra señora antes de preguntar por mí nombre: se lo dí y se quedó extrañada, busco en un expediente mí nombre, al encontrar mí cheque me pidió una identificación yo la saque del bolso  y se la dí, luego me pidió un momento para que su jefa autorizaba dármelo, yo con un poco de molestia le pregunte porque iba hacer eso, si yo era la persona de la identificación, solo que tenía una problema hormonal, vi como sus labios aparecía una sonrisa sarcástica, la dejé ir a ver a su jefa, mientras regresaba di unos pasos hacia el ventanal para distraerme un poco, todos mis nervios se había ido, nadie en esa oficina sabía quien era, solo veian a otra mujer esperando algo, pasaban sin notar mí presencia, la chica regresó y sin verme me entregó mí cheque después de firmar el contra-recibo, cuando lo estaba haciendo voltee de lado para ver a varias compañeras que se estaban riendo de mí, aunque la mayoría estaba sorprendida, yo tome mí chque y abandone por última vez esa oficina, sabía que era mejor que todas ellas.


 


Caminé hasta el banco para cambiar mí cheque y regresar por mí hija a la guardería, todo fluyo sin problemas, estaba contento por lo que había sucedido, me sentía liberado, pero también me sentía con un poco de temor por lo sucedido con la Sra. Beatriz, no sabía como reacionaría mí pareja, tendría que tomar una decisión.



Fui por mí hija y con el finiquito la lleve a comer hamburguesas, luego la lleve a comprar un vestido y zapatos nuevos,  la niña estaba feliz, yo también de alguna manera disfrutaba lo bien que podía pasar como mujer, cuando regrese a la casa varias vecinas me saludaron pensando que yo era Beatriz, les devolví el saludo sin sacarlos de la confusión, llegue a la casa, mí pareja aun no llegaba así que me dedique a acomodar la ropa que usaría para el día siguiente.

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