jueves, 22 de junio de 2017

El Reto: ella era la mejor empleada del departamento, aunque ella no lo sientiera así.





Realmente no había escarmentado cuando dije que yo podía ser mejor que ella.


Un mes usando tacones en zapatos rosas, no habían bastado para darme por vencido y aceptar que la próxima jefa de área sería Susana, a todos humillaba por que era la 2a supervisora del área, pero no podían hacer nada, por que se había ganado la confianza de la nueva gerente general, había aceptado despedir a la Sra. Tomson, ella era una persona amable y atenta, quizás era mí ideal de una jefa y empleada perfecta, pero por razones que desconocía una mañana dejo de venir a trabajar.

Ahora con el afán de hacerle la vida imposible a la Gran Susan y hacerla quedar mal ante la gerente, acepte el reto,por un mes debía trabajar sin quitarme los zapatos, para la satisfacción de todos resistí los embates de Susana al darme trabajo para subir y bajar por todo el edificio y quedarme más tiempo parado para acomodar expedientes y  atender clientes en mostrador, pero no me basto, necesitaba hacerla quedar mal y que la gerente viera que no era lo que decía.

Mientras comíamos en el comedor de edificio corporativo ella intento tirarme al empujarme mientras caminaba rumbo a mí mesa, pensó que al traer zapatos de tacón alto perdería el equilibrio, pero con mucha agilidad mantuve el equilibrio de mí bandeja de alimentos, manteniendo las rodillas juntas y dando pequeños pasos.

Si la bandeja hubiera caído entonces se iba a producir un gran ruido y todos hubieran volteado a verme, entonces se reirían de mí por usar zapatos rosas, pero no sucedió solo alcanzaron a ver la gente que estaba cerca, sin hacer más problemas fui a sentarme con Babe y Beth para comer.

Terminamos de comer y caminamos al elevador para regresar a nuestro piso, el elevador llegó rápido y nos metimos en él, pero antes de que cerrara Susana junto con otras dos compañeras de su misma calaña, entraron al elevador, de inmediato comenzó una discusión por que unos expedientes no aparecían y yo había sido quien los había guardado,  para mí desgracia en el elevador iba también la Gerente, ella había visto la oportunidad para sacarme de la empresa, la discusión se tornó aspera, cuando le dije que le había mandado a su correo una relación de los expedientes que había guardado yo tenía buena memoria y  no recordaba que hubiera ese expediente entre los que me dio, ella juraba que si me lo había dado, la discusión entro en un espiral sin salida, la gerente tuvo que intervenir, comentando que ese expediente había aparecido en su escritorio esa mañana y no recordaba haberlo solicitado, pero Susan bajo la nueva perspectiva del problema comenzó a justificarse diciendo que me había pedido ir por ese expediente, yo para defenderme le dije que no me había dicho tal cosa y mentía, ella me calló y comenzó decirme mí errores y mis retardos continuos, Beth y Babe comenzaron a defenderme, pero las detuve para decir que realmente pensaba que yo era mejor que ella!.

Hubo un silencio en el elevador, la puerta se abrió y debíamos salir, la Gerente salió primero y detrás salimos todos, caminamos atrás de la gerente hasta detenerse frente a la puerta de cristal de nuestra empresa, nos detuvimos todos.




La gerente tomo aire y dijo: realmente no me gusta que discutan entre empleados, pero realmente no pienso que tu Susana seas mejor que él—dijo señandome con su dedo—pero eres la única hasta el momento que cumples con todas las tareas que te pido, pero usted—volvió a señalarme—ha puesto un reto difícil de superar, pero acepto que demuestre lo que dijo de ser mejor que ella, yo no necesito una empleado que dirija a un departamento donde el  99% de los empleados son mujeres, pienso que crearía más problemas que soluciones, pero le voy a dar una oportunidad de demostrarlo, bajo las condiciones  laborales que son necesarias para ocupar el puesto de Susana, como no veo que ninguna de las empleadas use pantalones, entonces usted tampoco lo hará, usted deberá usar correctamente el uniforme que le proporciona la empresa, de no ser así recibirá sanciones administrativas como cualquiera de nosotras, además estará bajo mí supervisión y cualquier error que cometa, lo tendré en cuenta para su evaluación de permanecer trabajando conmigo, si usted tiene algún altercado con alguna de las compañeras o Susana, me veré en la necesidad e correrlo, pero usted Susana lo dejara en paz y no cuestionara nada de lo que el haga, estamos entendidos?—todos movimos la cabeza para aceptar su última palabra.

La gerente entro a la oficina y camino a su espaciosa oficina, Beth y Babe caminaron conmigo hasta mí cubículo para hablar de la situación en que me encontraba.

Durante los siguientes 30 minutos me di cuenta de donde estaba metido, no solo era cuestión de usar zapatos rosas, era trabajar de la misma manera que las demás compeñeras, yo sería una asistente más de la gerente, debía comportarme como una de ellas.

Beth y Babe estaban de mí lado y sabí que me ayudarían, pero realmente estaba solo en este reto.

Seguí haciendo mí trabajo hasta llegar la hora de la salida, pero antes de salir recibí una llamada de la gerente para informarme que ya había dado ordenes el departamento de recursos humanos para que me entregaran mis nuevos uniformes y firmar un nuevo contrato como asistente ejecutiva a prueba, la compañera de recursos humanos ya se quería ir y estaba de mal humor por que al último momento le habían pedido hacer un proceso de incorporación, así que sin decir nada me dio a firmar una carta de entrega de uniformes, con las recomendaciones para usar los uniformes, firme mí contrato con 10 tantos y me pidió regresar al día siguiente para tomarme una foto para hacerme mí nueva credencial, una vez que acabo, tomo sus cosas y corrió a los elevadores. Me quede con las cajas de mís nuevo uniformes.



Al siguiente día me presente perfectamente uniformado y maquillado, la falda gris me llegaba hasta la rodilla, usaba medias den 10, zapato cerrado ejecutivo, con unos pequeños aretes en mis orejas, usaba un chongo y un fleco en mí frente, usaba un perfume de rosas, mis uñas estaban solo pintadas de la punta en color blaco y esmaltadas, traía puesto mí saco y mí chaleto, con una tie en color rojo caoba, la blusa era completamente blanca, sin bolsas.

Beth y Babe me habían ayudado a lograr el cambio de mí imagen, caminaba con mis uniformes rumbo a la parada de autobús, sin saber que hacer, cuando ellas me interceptaron para llevarme a comprar lo que me hacía falta, para mí sorpresa con un poco de cambio en la ropa que traía, me hicieron pasar por una chica que necesitaba ropa, me subieron los pantalones para hacerlos tipo pescador, mí camisa le desabrocharon 3 botones y me la amarraron arriba de la cintura, Beth arreglo mí cabello, me puso sus aretes y pinto mis labios, de esa manera hicieron que no pasara pena al solicitar ayuda para conseguir la ropa interior, medias y algunas ropas más que iba a necesitar para el reto de un mes.

Nadie noto mí entrada, era una más de las mujeres que subían por el elevador, bajaban en mí piso y esperaba mí turno para tomar asistencia en el aparato de registro electrónico, camine a mí cubículo y cuando me preparaba para sentarme, sonó el teléfono, era la Gerente preguntando si ya estaba listo para ir a su oficina, el recuerdo de Dick mí compañero de departamento al verme entrar se esfumo en ese momento, era hora de trabajar.



**

Día 1.

El primer día tuve una sanción administrativa por traer sucio los zapatos y un botón suelto de la blusa, la gerente había dejado en claro que no iba haber diferencias con las demás compañeras, esa fue mí lección del día.

También ese día tuve que subir y bajar por las escaleras muchas veces, no pude salir a comer para terminar de enviar correos de la gerente, por que Susana desconecto mí computadora.

Día 15.

El fin de semana fue extenuante, Dick  mí compañero de departamento me invitó a ir a la boda de su hermano, cometí errores por tener cansancio.

Día 20.

El día domingo Dick no vino a dormir al departamento, había tomado la decisión de irme de allí, Susana estaba ganando la batalla, tuve mí 5 falta administrativa por no cuidar mí cabello.

 Día 30.

Termine de cambiarme al departamento de Beth, mí closet estaba creciendo con la ropa que me regalaron Babe y Beth.

Dick me busco para pedirme perdón.



Día 35.

La Gerente me pidió con ella a la junta directiva y tomar la minuta, el Gerente de calidad  me pidió llevarle un café y lo hice.

Día 40.

Las cosas no había salido bien, la gerente le había pedido a Susan que le entregara una evaluación de mí desempeño, pero los numerosos altercados con sus compinches no me favorecían, tampoco mis actas administrativas, mis tres retardos tampoco, las compinches decían que yo era una mala persona y me enojaba con facilidad.

Beth y Babe quisieron justificarme, pero ya estaba cansado y deseaba que terminara todo, sabía bien que me había esforzado mucho por ser la mejor empleada que podía, trataba de cuidar mí aspecto, de hablar lo más tranquilamente posible y con amabilidad, no respondía las agresiones, solo cuando ya no soporte les grite que me dejaran en paz, pero cuando lo hice la gerente estaba pasando o se daba cuenta pero no decía nada.

Siempre tenía limpio mí escritorio y hacia lo que me pedía la gerente aunque algunas veces no era como ella quería las cosas.

No había más que esperar al siguiente día la última decisión de la gerente, pero Beth estaba segura de que no me iba a despedir.

Dick me esperaba en la parada de autobús, platicamos de muchas cosas, pero el sabía bien que yo no podría darle lo que el necesitaba.

Día 41.

Había decidido regresarme con Dick. Lo que pasara debía cumplir mí palabra de venir como cual quiera empleada de la empresa, ahora sentía que el uniforme era parte de mí, no podía sentirme bien sin no usaba medias y zapatos altos.

Babe me dijo algo real: pasara lo que pasara ya no podría ser la misma persona.

Estuve sin hacer nada hasta medio día, la gerente había tenido varias reuniones personales con sus gerentes, el último en atender fue el gerente de producción al salir se despidió de mí, siempre había sido muy amable conmigo, me hacia reír diciendo que mis oyitos de la mejilla eran sexis.

Cuando salió  el gerente me pidió entrar a su oficina, cerré la puerta y me sente lo mejor que pude con las manos juntas en mis muslos y los tobillos cruzados, enfrente de ella tenía un documento y en letras rojas decía recomendación a despido, apreté mis labios para no hablar cuando me dijera su decisión, la gerente leía mí expediente echada hacia atrás de su silla,  de repente regreso a su escritorio y dijo: esta despedida!, en ese momento se escuchó que tocaban la puerta, la gerente levanto la cara para ver quien tocaba y decir que pasara, yo me mantuve en mí lugar, escuche atrás de mí la voz del Gerente de producción que decía: disculpe Miss Keys, se me olvido mí agenda puedo tomarla?—la gerente le dio permiso de tomarla, cuando lo hizo, volvió hablar: disculpe nuevamente Miss Keys, pero no pude dejar de escuchar lo que le dijo a su empleada, tengo algo que decir, no estoy de acuerdo con su decisión, déjeme decirle que yo estaba en el elevedor ese día de la discusión, desde lejos escuche la decisión que tomo ese día y realmente creo que si la despides va a cometer un error, ella es la mejor empleada administrativa  que tiene en este momento, yo la avalo por que he observado desde el primer día de que subió al mismo elevador, la he observado que como hace su trajo, como contesta el teléfono y como se dirige a sus compañeras, siempre es sonriente y servicial,  siempre llega y  viste siempre pulcra, es agradable verla todos los días en su lugar, ella es sonriente y servicial aunque sus compañeras no la saluden, nunca se queja de sus problemas, siempre viste correctamente su uniforme, nunca he escuchado alguna queja de sus compañeras, las minutas siempre las tiene a tiempo y bien hechas, sus reportes son limpios, su letra es agradable en los recados, creo que tiene lo necesario para ser la mejor empleada del departamento, si tiene que despedir a alguien es a Susana, por que si no la quiere yo si la necesito en mí departamento, una bonitas piernas siempre son bien recibidas—dijo sonriéndome.




















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