martes, 20 de junio de 2017

la esposa desempleada, la busqueda por encontrar un lugar en la casa.



Mí esposa cambio, yo cambie también.



Era un empleado en una empresa de productos químicos hacia 5 años, mí trabajo consistía en introducir las notas de los productos comprados, mi tarea era la misma desde mí primer día de trabajo, por casualidad había conseguido el trabajo después de salir del colegio, por una vecina de mí madre.
Tres años después conocí a mí esposa en un taller mecánico cuando arreglo mí auto, había sido el primero de ella, después de salir de la escuela y conseguido su primer trabajo en el taller donde fui para arreglarlo, realmente ella había sido quién me conquisto por que la volví a ver en un pequeño bar cerca del trabajo, ella jugaba billar con sus compañeros de trabajo, yo estaba en la barra tomando una cerveza, tratando de despejarme después de una semana haciendo el mismo trabajo, ella solo me veia, yo trataba de ignorarla, pero después de 3 cervezas había decidido irme, ella se acercó por detrás y me invitó otra cerveza, empezamos a platicar, esa noche nos conocimos y 9 meses después tuvimos a nuestra hija, cuando ella se recuperó nos casamos y comenzamos a vivir juntos, todo estuvo tranquilo por 3 meses más, yo debí hacerme cargo de mí hija, ya que ella había conseguido un trabajo en la planta armadora de autos y debía trabajar desde las 7 de la mañana hasta la 7 de la noche, hasta los días sábados.
Ella se levantaba más temprano y se iba a su trabajo, yo debí hacerme cargo de nuestra hija, llevarla a la guardería, ir a trabajar y luego ir por ella, para llevarla a la casa para hacerle de cenar.
Nos habíamos adaptado a nuestro tiempos, el único día que nos veíamos era el día sábado, pero ella siempre estaba cansada y lo entendía.
Pero todo comenzó a cambiar cuando comencé a sentir bochornos y doler me pechos, durante tres meses no dije nada, escondí lo que me pasaba, pero cuando el crecimiento de los pechos y las caderas fue evidente no pude negar que algo estaba pasando, mí cabello crecía a un ritmo  más rápido y en 15 días debía cortarlo, comence a llorar sin causa aparente y me sentía solo, cansado por el trabajo y por las cosas por hacer en la casa, debía ir al doctor, cuando estuve frente al doctor, el pensó en primera instancia que era una Señora por los pechos que se mostraban por debajo de la bata, después de que me pidió quitarme la bata, ví una pequeña cara de sorpresa y risilla al ver mí pequeño pene entre un abundante vello púbico color rubio, pero el doctor se portó profesional, definitivamente tenía un problema me mandó hacer análisis que soporte estoicamente, sentí dolor cuando me aplastaron mis pechos y cuando varios dedos entraron por mí ano para revisarme.

Al final el diagnóstico fue que tenía un situación de remplazo hormonal atípico,  el doctor me hizo preguntas y descubrí que el hecho de que mí cubículo estuviera sobre el respiradero de aire acondicionado, el aire condensaba los vapores de un nuevo producto que se investigaba en unos de los laboratorios por encima de mí lugar, el liquido caía dentro de mí taza de café sin darme cuenta, durante meses estuve expuesto al nuevo producto, el doctor recomendó que no podía quitarme la exposición de hormonas femeninas de forma definitiva, debía ser poco a poco, así que me recetó un pequeño cóctel de hormonas para regular mis síntomas y más adelante las hormonas masculinas aumentaran en forma natural.

Al siguiente día regrese al trabajo para enterarme con una nota frente a mí computadora que estaba despedido y que pasara por mí finiquito, fui al departamento de recursos humanos para enterarme que por la entrada del nuevo sistema contable, todo mí departamento administrativo había desaparecido, no tenía otra opción que aceptar el finiquito, a la mujer que me extendía míc cheque de finiquito trate de explicarle que había estado expuesto a químicos y la empresa era responsable de mí problema de salud, la mujer bajó sus lentes y dijo: pues haga su demanda, eso es todo tiene tres días para cobrar su cheque.
Así es como quede desempleado de un día para el otro, durante tres días no le dije a mí esposa que no tenía trabajo, hasta que nos vimos el día domingo, le mostré mis grandes pechos, ella solo se burló diciendo que era más bonitos que los de ella, realmente no se interesó en mí problema, para ella era gracioso, pero con seriedad le explique lo que el doctor me dijo y que había perdido mí trabajo, ella me veía con una sonrisa en la cara, cuando acabe de explicarle ella dijo: no hay problema no tienes porque preocuparte, yo puedo hacerme cargo de todo, por que me nombraron como jefa de área de calidad, mí sueldo aumento 3 veces más y puedo hacerme cargo de ti y de tu hija y de todos los gastos, solo tienes que pemanecer en la casa hasta que te alivies de tu supuesta exposición a hormonas femeninas!!—no pudo dejarse de reir.

Yo estaba muy molesto y durante 3 días más no le hable, aunque todo estaba dicho, ella ser haría cargo de mí y mí hija, yo debía hacerme cargo de la casa.
***
Durante el primer mes que estuve en la casa trate por todos los medios de conseguir un nuevo trabajo, pero todo fue infructoso, los medicamentos no estaban surtiendo efecto o quizás sí por que seguía teniendo bochornos y lloraba sin causa aparente, de mis pechos salía leche, la grasa comenzó acumularse más, viendo la tele comencé a hacer ejercicio por que ya no cabia en mis pantalones, ya no podía usar mis camisas y solo usaba mis camisetas, mis pechos se salían por mis camisetas, me sentía muy incomodo.



Una mañana mientras metía la ropa a la lavadora después de que había peleado con mí esposa por que no tenía su overol limpio, ni ropa para usar, levante un brasiere de ella, sentí que me podía quedar si ajustaba los tirantes, seguí guardando la ropa en la lavadora cuando sentí unas pantaletas dentro de su pantalón de trabajo, tuve la necesidad de probármelas, eran negras y muy suaves, tenían un lindo moño, sin esperar más tiempo me probé la ropa, ajuste los tirantes del bra y ajuste los resortes de las pantaletas sobre mis nalgas, jamás había sentido tanta comodidad, era lo que necesitaba usar, escuche que mí hija se despertaba y quería comer algo, así que comencé hacer mí rutina de labor de la casa con la ropa que tria puesta, pase la mitad de la jornada de esa manera, solo con la ropa interior de mí esposa, regrese al área de lavado para iniciar el primer ciclo de lavado, mientras esperaba para tener un poco de diversión me sente en la lavadora, mis pechos vibraban al mismo que mis nalgas lo hacían, cuando terminó el ciclo de lavado saque la ropa y comencé acomodarla para plancharla y guardarla en el closet, luego subí con la ropa doblada hasta su habitación, en ese momento me de cuenta de que tenía mucha ropa sin usar, pensé que algo me podría quedar, lo primero que ve en la parte más profunda de su closet fue un vestido de mezclilla de cierrer al frente, entonces me lo probe para darme cuenta de que se ajustaba
perfectamente a mí cuerpo, el vestido hacia ver mí cintura más pequeña que mis caderas  mis pechos hacían levantar el vestido y el cierre hacia que se juntaran, mis piernas se veina más gruesas de lo que eran, los medicamentos habían hecho que mí piel se hiciera más seca y necesitaba usar crema, así que brillaban mis piernas, siguiendo mis descubrimientos, me provee los zapatos de plataforma y correa al tobillo que alguna vez usando juntos a mí esposa, me percate que eran cómodos y podía caminar perfectamente con ellos, mis nalgas se movían de arriba a bajo, de la misma manera que  le pasaba a ella, cuando caminaba, mí hija me extraño y comenzó a llorar, nuevamente tuve que atenderla, me concentre en hacerle de comer, mientras la cargaba, termino dormida en mis brazos, debía terminar de cocinar para que en la noche pudiera ver mí partido de futbol, así que debía organizarme para hacerlo con ella en brazos, dos horas después mientras le ponía sal a la sopa, escuche que tocaban la puerta de la cocina, con miedo voltee a ver quien era,  para mí sorpresa era la vecina de la casa de atrás, compartíamos un patio común, cuando llegamos a vivir a la casa ella vino para presentarse como la presidenta vecinal, dijo llamarse Bárbara , era una mujer alta, rubia, su esposo era promotor de luchas.


Ella sabia que mí esposa se llamaba Heather, así que al verme como estaba vestido y cargando a mí hija supuso que era ella, estaba atrapado, debía abrir  fingir que era Heather, Babe como quiso que le dijera, me estaba pidiendo mí ayuda, abrí rápidamente, Babe entro sin dejar de hablar, no había duda de que ella pensaba de que yo era mujer y su vecina, cuando terminaba de decir una frase decía “Vecina”,  me pedía prestado un paquete de toallas femeninas y banzal para el mal olor menstrual,  pero era urgente por que su esposo iba a pasar por ella para irse a una fiesta,  como parecía apurada y necesitaba urgentemente, con la niña a cuestas, subí las escaleras hasta el baño y buscar lo que necesitaba, sabía que las toallas estaban atrás del vidrio del baño, lo abrí y encontré solo tres toallas y media botella de benzal, baje con la niña y le entregue lo que me pedia, Babe comenzó a caminar hacia la puerta de la cocina, me pedía disculpas y me decía que me iba a regresar el favor, sin pensar en la forma en que hablaba le dije que no tenía que regresarme el favor, aunque pensando después mí voz era más suave que la de ella, su voz era ronca y rasposa, pero con una forma en diminutivo de hablar,  cerré la puerta de la cocina y vi como caminaba rumbo a la puerta del patio trasero moviendo su gran trasero.
Termine de hacer la comida y luego planche la ropa antes de que llegara mí esposa me di cuenta de que todo el día había estado usando su ropa, corrí a cambiarme y espere a que llegara, ese día descubrí que me sentía cómodo vistiendo la ropa de ella.
Pasó un fin de semana donde realmente me sentí mal y pelee con mí esposa por no quererme ayudar con la casa, la siguiente semana los primeros dos días volví a usar la ropa de ella, pero debía organizar su ropa para saber cual me quedaba y cual no.

El tercer día con un poco de investigación de la red, pude hacer aparecer una vagina al esconder mí pene en mí escroto y sin quería lastimarme debía hacer pipí sentado, las pantaletas se ajustaba perfectamente a mí nuevo cuerpo, si alguien viera por debajo del vestido, veria lo mismo que ve en una mujer, en mí entusiasmo comencé a maquillarme con sus productos que ya no usaba, realmente ella ya no se maquillaba y algunos de sus productos estaban nuevos, el tercer día estuve ensayando como maquillar mí cara para diferentes situaciones y a desmaquillarme, el cuarto día comence escarmenar mí cabello y probar hacerme peinados, chongos y trenzas, con mí cabello largo, al final de día, tenía una mayor seguridad para maquillarme mejor que mí esposa, mí cara maquillada era más linda que la de ella, el cuarto día había decidido ir hacer los pagos del mes vistiendo la ropa de ella, me prepare inmediatamente que ella se fue, cuando estuve listo, tome a mí hija para llevarla a la guardería y luego iría hacer mis pagos, cuando deje a mí hija con la maestra, fue mí primera prueba de fuego que pase sin problemas, mí voz no era tan gruesa como la del a maestra, estuve hablandon con ella durante 30 minutos, sobre la alimentación y cuidado de mí hija, en ningún momento dudo que yo no fuera su madre, me invito a participar la siguiente semana en el festival de la madres.
Luego camine hasta el banco y espere a que abrieran para formarme y esperar mí turno, traía un delgado vestido floreado con listón a la cintura, debía usar las enaguas negras del mismo modo que alguna vez las uso ella, traía sus zapatos beige de punta abierta, eran cómodos y seguros, usaba una bolsa en color beige que jamás se la había visto usar y estaba abandonada en la parte de arriba del closet, la había llenado con cosas que cualquier mujer usa en un día, rollo de papel, bolsa de maquillaje, mascada para el fresco, botella de agua, cartera con una identificación antigua de mí esposa donde usaba el mismo vestido que traía, dinero  y mí tarjeta de crédito donde me deposito ella para hacer los gastos.



Tria medias y usaba una diadema blanca para detener mí cabello, usaba los pequeños pendientes de diamente de mí esposa, que le había regalado en su cumpleaños pero jamás uso.
Para medio día me sentía que volaba, caminaba dentro del centro comercial con mí carro de compras y ponía los productos de la despensa como cualquier mujer que estaba allí, en el área de ropa, no resistí comprar algunas cosas con el efectivo que traía en el bolso, compre una falda de pana, 3 juegos ropa interior, una pijama de vestido de lana y un lindo vestido negro, mí esposa no le gustaba el negro, no resistí comprarlo, también compre algunos productos de maquillaje que ella no tenía y eran importantes.


Pase a las cajas y sin problemas page lo que compre, salí del centro comercial con mis bolsas, decidí comprarme un helado y mientras comia, en un aparador ví unos zapatos que le quedaban al vestido negro  me gustarón, no resistí y los compre, pensé que le gustarían a mí esposa.
Regrese por mí hija, para ir a la casa para terminar de lavar la ropa y tender las camas.

Al día siguiente volví a salir para ir a pagar la tv de paga, esta vez mientras esperaba el turno para pagar la vecina Beth me encontró y nos pusimos hablar, para mí suerte y agradecerme me invitaba a hacer una venta de catálogo en mí casa al siguiente día, acepte con gusto y acorde que vendría a mí casa a las 10 am, debía ir a dejar a mí hija y regresar para la reunión,  lo hice así y Beth llegó a mí casa y me indico como acomodar los sillos y la mesa con los productos a mostrar, las vecinas comenzaron a llegar y debi atenderlas con emparerados y bebidas, me sentí cómodo atendiéndolas, ninguna se percato que no era mujer, platique con todas ellas sin problemas de sus maridos y problemas, de comida y limpieza de casa, era como perfeccionar mí personaje que en la secundaría tuve que presentar para pasar la materia de teatro.
Para mí sorpresa la venta fue buena y las vecinas solicitaron otra venta para traer a sus hermanas y amigas, acepte la siguiente semana volver hacerla.
El fin de semana llego y fue muy aburrido, pero estuve leyendo revistas viejas de moda en el ático.

La semana siguiente era evidente que no podría encontrar un trabajo a corto plazo, pero con la información que había obtenido al leer las revistas y con las ropas viejas de mí esposa que encontré en el ático, pude aumentar mí habilidad para coordinar y caminar con zapatos altos al hacer todas las tareas de la casa con ellos.
Pero ahora con la confianza del mundo salía todos los días, el día lunes fui al salón de belleza que me recomendó Babe, fui solo pensando muchas cosas, pero realmente fue una bonita experiencia, arreglaron mis uñas de los pies manos, arreglaron mí cabello quitándole la orzuela y me plancharon mis cejas, realmente me gustaba pasar por mujer porque mí personaje era aceptado fácilmente.
Caminaba por la calle sacando mí mejor femineidad con los pechos levantados y levantado aire con mí vestido en cada giro de mí cadera, las mujeres me veian con celo como una adversaria y los hombres les gustaba mí imagen o quizás mí trasero o piernas.
Pero lo que realmente me gustaba era cuidar a mí hija sin que me juzgaran, me sentía libre de hacer lo que yo quisiera a pesar de mis obligaciones en la casa y con mí hija.

Pasó una semana más del mes que tenía disfrutando mí papel, Bárbara me había presentado a más amigas y vecinas, ellas me invitaban a sus casas o las encontraba en el centro comercial o bancos y nos poníamos platicar, las ventas de catálogo eran buenas y tenía algunos ingresos extras, mí esposa en los pocos momentos que podíamos hablar en los fines de semana que estuvo en la casa, acepto mí situación de no tener trabajo y cuidar a mí hija, me había llevado a comprar ropa que realmente no me gusto, estaba decida a cuidar de mí y a llevar el rol de dirigir a la familia, yo había aceptado con resignación y cierta alegría mí papel de cuidar de la casa.



Pero dentro de mí había algo que no estaba bien al estarle mintiendo a mí esposa. La culpa la tenía atorada en el pecho, había ido al doctor para saber como iba mejorando, pero el entrar al consultorio me enteré que el doctor estaba de vacaciones y una joven Doctora asistente atendió mí caso, sin hacerme preguntas ni auscultarme, me extendió una receta médica con una nueva dosis de los medicamentos, lo extraño fue que cuando me la entrego me dijo: Señora aquí tiene su receta, el su expediente el doctor  recomendó aumentar la dosis por la baja de hormonas femeninas y eliminar las masculinas, en poco tiempo estará bien si sigue al pie de la letra la recta, nos veríamos dentro de un mes para una nueva consulta eso es todo,  realmente no entendí lo que me estaba diciendo, pero había perdido  mucho tiempo en la consulta y debía ir por mí hija a la guardería, así que tome la receta y salí del consultorio. 


Tres días después en el día 41 por un descuido en dejar la receta dentro una revista que deje en la mesa de centro frente al sofá, yo estaba en la cocina y alcance a ver que la leía, pero eso no fue lo que desato la crisis en la familia, no dije nada y me mantuve haciendo mis cosas de fin de semana.

Pero una hora después escuche que sonaba el teléfono, pero como limpiaba la vajilla no alcance a contestar, pero mí esposa recibía una llamada de la agencia de edecanes preguntando por Heather Tomas,  Bárbara había enviado mí currículo  desde mí computadora cuando estuvo en mí casa y le hable mí deseo de conseguir un trabajo de medio tiempo, solo jugaba con el currículo de mí esposa, pero Babe me dijo que me podía ayudar por que tenía una amiga en la agencia de modelos y algunas veces le pedía su ayuda para cubrir vacantes como demostradoras de productos en centro comerciales, pagaban bien y era de medio tiempo, entonces ella para convencerme que podía hacerlo saco su celular y me saco varias fotos mientras hacia la comida para mí hija, ese día traía unos pantalones pegados sin bolsas y una blusa de hombros descubiertos, mis pechos se veían más grandes de lo que eran, mí trasero también lucia en esos pantalones viejos de mí esposa, también traía zapatos altos, comencé a jugar con las poses de modelo.

 
Ahora me hablaban para ofrecerme un trabajo, cuando escuche que  mí esposa repetía lo que le estaban diciendo, dí media vuelta y subí a ver a mí hija como jugaba, ahora mí esposa sabia lo que había estado haciendo todo este tiempo, fingir lo que no era, fingir que era ella.
Paso un rato y escuche sus pasos que llegaban hasta mí habitación, toco y abrió la puerta yo fingí dormir, pero ella se sentó en la cama y nos pusimos hablar, no podía mentirle más debía sacar la presión de mí pecho, comence a llorar sin control, no podía detenerme, quizás los medicamentos hacían que me sintiera más sensible.
Ella acepto que fuera al siguiente día como demo-edecán en una refaccionaria de autos, solo debía repartir publicidad, el salario era la misma cantidad de una quincena de anterior trabajo, solo por trabajar un día, era bueno para mí, podríamos ahorrar algo para mí auto.
Desde ese momento la relación fue mejorando, nuestro roles ahora eran más claros, no había nada que no nos impidiera ser felices como realmente siempre debió ser las cosas, al siguiente día, no esperaba que fuera mí esposa a verme trabajar, pero llevo a mí hija al centro comercial  y paso frente a la refaccionaría en el momento que un cliente pedia una foto, me dio pena que me viera ella, traía un uniforme pegado de licra en color rojo, se podía ver perfectamente mí pie de camello y mí gran trasero, el bra se delineaba sobre el uniforme y se veian más grandes de lo que eran por que el cierre hacia que se apretaran, traía sus zapatos blancos de tacón alto, mí pelo era lacio y las extensiones de cabello lo hacían más largo, lucia mí mejor maquillaje que podía hacer.
Cuando paso frente a mí vi que sonrió con malicia o quizás burlándose de la forma que me veía y trabajaba, pero después de 5 horas de trabajo regrese a la casa con dinero en mí mano, estaba feliz por la manera en que me había superado.


Pasaron los meses y la situación se torno cada vez más normal, cada quien acepto su rol y lo ejercíamos lo mejor que podíamos, pero aun no estaba satisfecho, necesitaba regresar a trabajar en una oficina, Babe me consiguió un trabajo con otra amiga contestando teléfonos y atendiendo clientes, acepto nuevamente que trabajara con la condición de no descuidar a nuestra hija, solo eran 4 horas de trabajo, con eso podría a completar para mí camioneta, el único inconveniente era la lejanía y que debía usar uniforme de falda corta;  pero si mi esposa cambio, yo también debía acostumbrarme a eso.







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