Con Una sola letra mí vida cambio.
Los pedidos comenzaron a llegar,
contrate costureras compre más máquinas de coser, renté un local más
grande, también contrate a una diseñadora de modas recién salida de la escuela.
Ella era quien movían el negocio con
sus fabulosos diseños, pero la oportunidad llegó cuando por recomendación de un
gerente que era amigo de mí vecina, una agencia importante del gobierno nos
hizo un gran pedido de uniformes corporativos para su personal de la zona donde
tenía mí negocio, por teléfono me habían dado la información para entregar
nuestra documentación que avalaba nuestro negocio ante las instancias
federales, nos pidieron acta constitutiva, estados
financieros, contrato notariado, fianza, avales reconocidos, para ese requisito le hable al amigo de mí vecina y con gusto firmo como aval, el otro aval fue mí Tía Beth ella era me había dado el resto del dinero que había necesitado para comenzar el negocio, le debía mucho dinero y debía regresárselo, ella sufría de una enfermedad y necesitaba dinero para sus tratamientos, el negocio estaba dando para ayudarla.
financieros, contrato notariado, fianza, avales reconocidos, para ese requisito le hable al amigo de mí vecina y con gusto firmo como aval, el otro aval fue mí Tía Beth ella era me había dado el resto del dinero que había necesitado para comenzar el negocio, le debía mucho dinero y debía regresárselo, ella sufría de una enfermedad y necesitaba dinero para sus tratamientos, el negocio estaba dando para ayudarla.
Todo el tramite había sido por correo
y teléfono, recibí un correo donde me autorizaban la entrega de 100 uniformes
corporativos en los próximos 3 meses, durante esos tres meses trabajamos tiempos
completos para entregar la cantidad semanal, el dinero comenzó a escasear y
tuve que hipotecar la casa para tener fondos para la entrega de uniformes, pero
sabia que en tres meses podría finiquitar la hipoteca, tener para el
tratamiento definitivo para curar a mí tía, pagar a todos los empleados y
seguir el negocio.
En el tercer mes Todo estaba por
terminar, recibí una llamada del gobierno que no podrían pagar el monto total
por el director no se encontraba para firmar el cheque, hasta una semana
después de la entrega de los 1000 uniformes, acepte la circunstancia sabia que
sería seguro el pago, solo era cuestión de aguantar un poco, pero al siguiente
día me volvieron hablar, para informarme que habían localizado el director y
había firmado el cheque, pero no podrían pagarlo hasta que no se revisara toda
la documentación nuevamente y nos pedían otra semana más, acepte nuevamente e
contratiempo, no me volvieron hablar hasta dos semanas después, estaba urgido
por el dinero, esta vez la mujer que me hablaba me informó que el cheque la
revisión estaba todo en orden y necesitaba que Rosa Lizeth Swan debía ir a
recoger el cheque a una dirección de unas oficinas del gobierno que jamás había
oído su nombre, anote la dirección y aclare el punto sobre si mí nombre no
estaba equivocado, la mujer volvió a decirme el nombre y agregó que solo ella
podría ingresar a las oficinas presentando una identificación oficial de
ciudadanía, entonces recordé que en el acta constitutiva no había sido
modificada y el nombre de mí vecina seguía en ella, le pregunte si el nombre de
Robert Loyal Smithin no estaba como dueño del negocio, la mujer me aclaro que
la verificación había sido realizada y si quería hacer otra verificación serían
otras dos semanas, no tenía dos semanas, le pedí a la mujer que me aclarara si
ese nombre no tenía todos los poderes para representar a la empresa, la mujer
reviso su hoja de datos para responderme que no lo tenía, el nombre de Rosa
Lizeth Swan era quien tenía todos los poderes para representar y firmar
contratos, le pedí a la mujer que por favor verificara por su cuenta la
documentación, le explique que mí socia ya no trabajaba en el negocio y no
tenía manera de contactarla, le dije que yo era el verdadero dueño del negocio,
la mujer se apiado y me explico que realmente no existía mi nombre en el acta
constitutiva, no se tomaba el nombre del acta sino la cedula de
identificación y la verificación había concordado con el nombre de Rosa Lizeth
Swan, le pregunte cual era el número de cedula, ella dijo: RLSN684141, esa era
mí cedula y se lo explique a la mujer, ella tratando de ayudarme entro al
sistema de identificación nacional digito el número y apareció el nombre de
Rosa Lizeth Swan, le dije que buscara a Robert Loyal Smith, la mujer con sumo
enojo lo busco, no apareció nada, yo no existía, me pregunto si tenía otra
circunstancia para que la socia principal no pudiera venir a recoger el
cheque?, me informó que solo tenía una semana para recogerlo o sino de
destruiría y tendría que hacer nuevamente el tramite, me aconsejo buscar a Rosa
Lizeht.
La conversación regreso al tono
habitual de atención y al protocolo que tenía hecho la mujer, antes de colgar
me informó que el director había quedado muy a gusto con nuestros uniformes y
quería un nuevo pedido, como ya estaba registrada y verificada la empresa solo
era cuestión de firmar una hoja trabajo el día que viniera por el cheque, me
pregunto si no tenía otra duda, le dije que realmente no tenía una duda, solo
un gran problema.
Toda la noche de ese día estuve
pensando en la solución, pero no la encontré.
Al día siguiente reuní a mí equipo de
trabajo en la bodega donde estaba el negocio, para darles las noticias
sobre la situación, en la pequeña sala de juntas se habían reunido Bárbara la
fabulosa diseñadora, Carolina la jefa de costureras, Ana la encargada de
entregas, Cinthia la encargada de contabilidad y algunas de las empleadas de
costura que necesitaban su dinero por el trabajo realizado.
Tome aire para hablar pero no me dejaron hablar, la
primera que hablo fue Cinthia me dio el estado financiero: estamos en cero, Ana
dijo que los choferes vendrían a recoger su dinero o ya no trabajarían, también
Carolina que tenía más fuerza que todas las demás se quejó por la falta de
pago, Bárbara se abstuvo de hablar.
Pedí calma y les explique a detalle
la situación y lo que había pasado con la mujer del gobierno, veia las caras de
molestia ante cada cosa que decía y me excusaba de no tener el dinero, entonces
Bárbara que había estado tranquila en su silla, se levantó y tomo la iniciativa
en la solución dijo: ya no hables más es obvia la solución, o no compañeras,
tenemos enfrente a Rosa Lizeth Swan o no?
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