viernes, 18 de noviembre de 2016

La perfecta asistente no existe se hace....



La perfecta asistente que no sabía que lo era.



(como me ayudo mi jefa y mi pareja a descubrirlo)
La nueva subgerente había entrado en lucha por el poder de la oficina, en poco tiempo era la nueva gerente y luchaba por ocupar el puesto de presidente divisional, yo solo era una pieza que ella manejaba, ella se había hecho mí amiga para obtener información del gerente para usarla en su contra, era un simple asistente administrativo con especialidad en finanzas que entrega reportes a los jefes, ahora que había obtenido el puesto de nuestro jefe, yo estaba en una buena posición frente a ella, yo le había ayudado a conseguirlo a cambio ella me había ofrecido aumento de sueldo, celular de la empresa, una nueva oficina y aumento de días de vacaciones, todo estuvo en tranquilidad mientras tomaba su nuevo puesto, una vez que teníamos controlado toda la división, entonces necesitaba a alguien que vigilara y le diera información del presidente divisional, pasó un mes donde había comenzado su estrategia para obtener el mayor cargo de la empresa para controlar las 5 divisiones de la empresa, lo único que impedía lograrlo era el mismo gerente divisional, pero con una astucia laboral se desechó de su asistente ejecutiva, ahora debería poner a alguien de confianza para lograrlo, antes de la fiesta de fin de año mandó llamar a 5 de sus principales operadoras, a cada una le informo que la había asignado a cada división para realizar una tarea específica y controlar la información que se enviaba al presidente divisional, todas aceptaron sin reclamar nada, el beneficio era obtener un buen puesto con mejor salario, en mí caso me dejó hasta el final, yo iba a ser la persona enviaría con el presidente divisional, varias de las compa-ñeras deseaban ese puesto y me extraño que ella pensara en mí para ese puesto, pero dio sus razones para que yo fuera su carta fuerte, en primer lugar sabía de finanzas y era el principal requisito para ocupar el puesto, el segundo tenía la experiencia de asistencia administrativa para ocupar el puesto, tercero mi personalidad era tranquila, sumisa, con sonrisa agradable, de cabello color arena, mí voz era extraña para ser hombre, por ser suave y aguda, mis movimientos eran un poco femeninos, sobre todo al sentarme para contestar el teléfono, yo no era ningún gay o algo parecido, tenía mí pareja que trabajaba como recepcionista, pero mí jefa me dio un últimatum para aceptar el cargo: o lo hacia o me iba de la empresa y solo tenía una semana antes de la fiesta, para demostrar que podía con el trabajo, la jefa explico frente a todas, que durante la próxima semana tendría que venir con el uniforme oficial de las asistentes administrativas para tomar las minutas de las reuniones, ella se encargaría de  hacerme ver bien frente al Presidente divisional, ella me daría solo el lunes para demostrarle que podía con el trabajo o sino me iba de la empresa, debía poner todo mí esfuerzo y dedicación para obtener ese puesto, no había otra salida, el crédito para el pequeño auto que compre, ella me había avalado para obtenerlo, también me había recomendado para rentar el pequeño apartamento a la mitad del camino de donde rentaba antes, los muebles también y la ropa que usaba, no tenía opción mas que ayudarla, el día viernes sería la fiesta de la empresa y la jefa haría para que pudiera hablar con él y entonces me ofreciera el puesto, solo tenía un fin de semana para lograr ser lo más fiel a la asistente que requería ella.
El día viernes al salir del trabajo le dije a mí pareja lo que tenía que hacer para ayudar a mí jefa, ella le pareció divertido y acepto ayudarme, ese día fuimos a comprar lo que necesitaría para ayudarme a que la asistente Ariel Swan pudiera aparecer, ella me prestaría sus uniformes, el día sábado mí pareja me enseño a desaparecer mí pene y lograr una vagina muy realista, al final del proceso sentía mucha comodidad, lo único que no podría hacer era pipí parado, porque si no me lastimaría, yo tenía uno pequeños pechos, pero con la ayuda de unos anexos de látex habíamos logrado alcanzar la misma talla 32c que tenía ella, solo fue cuestión de ajustar un poco sus bras para levantarlos un poco más para que se vieran más naturales y agradables.
Con una simple  pantaleta-faja mí cintura se redujo una talla y mis caderas aumentaron, se levantaron mis nalgas, de esa manera aparecieron unas dobles nalguitas cuando el resorte pasaba por en medio de ellas, a mí pareja le parecio gracioso que tuviera el mismo trasero que el de ella, yo no le creía y me hizo probarme su uniforme, me lo puse y descubrimos que yo tenía la cadera más ancha y más grasa en las nalgas, la falda de su uniforme lo probaba contundentemente, la blusa cerraba prefectamente aunque el botón se estiraba un poco más que cuando la traía ella, ella dijo que era cuestión de acostumbrarme, no tenía nada que temer, de esa manera me probé todos los uniformes, en todos cabía perfectamente, solo el día lunes se usaba pantalón y no podía evitar que se vieran mis dobles nalguitas, pero después de todo era parte del proceso de verme lo más fiel posible a una asistente de la compañía, de eso dependía la estabilidad de la relación.
Mí pareja se sorprendió de ver que podía caminar perfectamente en sus zapatos ejecutivos de 5 cm, pero me advirtió que no debía alegrarme por que debía aprender a usarlos todo el día, para eso me dio unos tips para descalcarme por momentos, todas las mujeres lo hacían de vez en cuando, pero ese día estuvo bien, pero al siguiente debía aprender a maquillarme por mí mismo, por que ella no estaría todo el tiempo para ayudarme, debía aprender a usar todas las brochas y productos para que mí cara luciera perfecta, bien maquillada y agradable, siempre me gustó  como mí pareja se maquillaba, ese día aprendí lo fácil que era y lo debía aprender para hacerlo igual que ella, ese día fue como su hermana menor; por la tarde para perder el miedo y darme confianza en mí nueva imagen, me invitó a ir al salón de belleza para que me pusieran extensiones a mí cabello, perfilaran mis cejas, arreglaran mis uñas y perforaran mis orejas, esa tarde después de 3 horas de trabajo, mí cabello lucia largo y natural, podía hacerme una cola de cabello o un chongo como lo hacia mí pareja, ella sabía hacer varios tipos de chongos y me los iba a enseñar en la semana, mis orejas lucían unos pequeños aretes de diamante de entrenamiento, mis dedos lucían femeninos con el color rosa en las uñas,  después fuimos a que mí pareja me comprara ropa interior y zapatos altos en color negro que combinaban con todos los uniformes, de esa manera mí cadera giraría más natural, el borde de  las faldas harían un péndulo perfecto.








Durante el tiempo que estuvimos en el centro comercial entrando a las tiendas, debimos subir por varias escaleras eléctricas, al principio subí sin temor, pero después de que mí pareja me hizo darme cuenta de que un tipo me había gravado con su cámara escondida en su portafolio, me asusnte un poco, pero ella me dijo que no tenía de que temer, eso era normal y debía acostumbrarme más si mis caderas eran grandes, usaba vestido corto y no usaba medias.
Ese día disfrute muchas cosas con mí pareja, me enseño a usar el baño de mujeres de la mejor forma: usándolo; también disfrute el volver a maquillar frente a un espejo, el comprar ropa interior y vestidos, el caminar por una calle llena de gente, el entrar a un bar y pedir cervezas.
Al día domingo me hizo practicar todas mis habilidades y olvidarme de como lo hacía, me dejo hacer el desayuno, lavar la ropa, limpiar el departamento, planchar y acomodar su ropa en los cajones, todo eso en tacones y falda de trabajo, también me hizo ir  a comprar la despensa y unas toallas femeninas, medias para el trabajo, mí propio maquillaje, cepillo y peine, un nuevo bolso a mí gusto, también debí ir a sacar efectivo del cajero y comprar una revista de  modas, regresarme en autobús, todo eso fue una prueba a mí mismo que podía  lograrlo y así lograr mantener mí trabajo, al principio del día mí pareja me había ordenado que ese día usaría un vestido corto de mezclilla, pero la convencí de usar pantalones, entonces me dejó usar sus pantalones sin bolsas,  al final del día me arrepentí de usarlos, lo mejor sería que por mí cadera grande usara siempre vestido, ese día había obtenido mucha confianza en mí.

El día lunes mí pareja se paró temprano y comenzó a darme ordenes de como hacer las cosas, yo bajo la promesa de que haría las cosas por mí mismo y de no contrariarla para no tener problemas con ella, hacía lo que me decía, eso era otra prueba para hacer bien mí trabajo bajo presión, sin ponerme nervioso y concentrarme en hacer varias cosas a la vez, solo tuve una hora para estar listo, aunque tenía el uniforme listo para salir, mí pareja me desarreglo e hizo uso del espejo, así que debí planchar el pantalón mientras ella se maquillaba, tenía menos tiempo para hacerlo, así que me apure lo más que pude, me concentre en maquillarme y ya no pude desayunar, solo tome el bolso nuevo, guarde las llaves, revise mí cartera y salimos rumbo al trabajo, lo único que me había ayudado fue en hacerme un chongo básico, estirando completamente mí cabello, muchas veces le vi hacerse el chongo ahora yo lo traía y no era tan agradable hacerlo si le lastiman el cuero cabelludo al estirar el cabello, aunque luciera perfecto y bien arreglado.
Mientras caminábamos a la parada de autobús, mí pareja me llamo la atención de que no había escogido correctamente la ropa íntima por que se me veían los bordes de las pantaletas, que debía ser más cuidadoso si no quería llamar la atención, pero quizás eso era lo que yo quería para impresionar a la jefa.
Trataba de caminar al mismo ritmo, pero eso hacia que mis pechos jugaran de un lado al otro y brincaran, era una nueva sensación y era parte del proceso.
Llegamos al edificio después de vivir la experiencia de viajar con mujeres que solo les importa llegar a su trabajo a tiempo y de tomarse del tubo con tacones altos.
Mí pareja inmediatamente se hizo cargo de la recepción y dejo que yo tomara el elevador para llegar a mí trabajo en el piso 41, mientras subia por el elevador la mayoría que viajaban en el eran mujeres, así que no importaba escuchar que el pene de un tipo era grueso y grande, además de que no durmió en toda la noche, eso era una exageración, pero quizás era real por terminar el comentario de que el pene era negro.
En el piso 41 debía pasar entre varias mujeres para bajar, así que con amabilidad les pedí pasar, pero ellas no se movían, solo había la opción de empujar, la respuesta que aprendí era que si lo hacia debía devolver el insulto: la estúpida eres tú por tener un trasero enorme, deja de comer camote, esa contestación la aprendí por medio de mí compañera Babe que también debía salir, yo con miedo trate de empujar lo menos posible, aunque sintiera la presión en mis mamás fingidas.
Salí atrás de Babe y escuche el insulto, había aprendido a no tener miedo a otras mujeres, todas son iguales y un insulto es bueno para defenderse, pase por un lado de ella para registrar mí asistencia en el reloj checador, Babe después de terminar de insultar levantando un dedo medio, camino atrás de mí, espero a que yo pasara mí tarjeta y descubrir que yo era Ariel Swan, Babe era la asistente que iría al departamento comercial y sabía de lo que iba hacer, se sorprendió de ver quien era, pero no dijo nada para no llamar la atención a las demás compañeras, solo me deseo buen día y me dijo que nos veríamos en la comida, yo con mí mejor voz le dije que si la veria en la comida, caminé rumbo a la oficina de la jefa para comenzar mí semana de trabajo bajo sus ordenes, se suponía que el escritorio frente a su oficina ahora sería mío y allí debía guardar mí bolso, encender la computadora y sentarme para comenzar a trabajar en los pendientes de la jefa, pero no me dejo sentarme, al verme salió de su oficina y me pidió tomar una libreta para seguirla rumbo al elevador, la alcance antes de cerrar el elevador, mientras subíamos me hizo apuntar las citas con subalternos que tenía para ese día, la reuniones directivas  y me dio una serie de reportes que debía hacer antes del día miércoles, me hizo anotar que las minutas las debía tener una hora después de la reunión, que no debía preguntar nada al menos que me hicieran una pregunta directa, mí lugar en las reuniones era una silla lo más alejada  de la mesa directiva, que si tenía alguna duda la anotara y en forma discreta se la llevara a su lugar, no debía masticar chicle, ni sentarme mal, ni cruzar las piernas, debía siempre mantener las piernas juntas y los tobillos uno detrás del otro, así sería aunque trajera pantalón, la jefa me dio una barrida con los ojos, sentí que algo estaba mal, pero no dijo nada, el elevador se abrió en el piso 50 y salió caminando rápidamente rumbo a la sala de juntas, el escritorio frente la oficina del sr. Keys, presidente divisional estaba vació, así que pasabamo directo a la sala, de inmediato la jefa abrió las ventilas, me ordenó limpiar la mesa de juntas y sillas, me ordenó limpiar la jarra de la cafetera y preparar café, lo hice y después puse tazas volteadas para que se sirvieran, solo me dio tiempo para hacer eso, cuando llegó el primer gerente divisional, luego el presidente divisional cuando estaba por servirle un café al primero, me ordenó darle también un café, después fueron llegando los demás y debía darles también su café, el azúcar se me acabo y debí buscar entre los cajones del mueble de la cafetera, serví un poco en la azucarera y continue sirviendo café, era difícil llevar la taza con tacones, pero me dio gusto  que podía hacerlo en forma discreta, mientras ellos hablaban de sus asuntos yo servía sin intervenir.
La junta comenzó yo me fui a sentar a mí lugar, miss Stone comenzó a leer la minuta anterior, aclarando el punto de que por falta de asistente, ella debió tomar la minuta, al final de los puntos a tratar, ella me presentó como su asistente que tomaría la minuta, la señorita Ariel Swan.
Estuve escribiendo los comentarios de cada gerente divisional, los conocía a todos y descubrí que la única mujer era mí jefa: Miss Stone, ella era muy enérgica con sus comentarios de   hacer algo por mejorar el proceso administrativo, en la parte financiera, ella se comprometió a entregar un análisis de la situación financiera comparada desde dos años atrás, al final de la junta me pidió que dijera los horario y días de las reuniones que tenían para esa semana con todos ellos.
La reunión terminó y espere a que mí jefa terminara de hablar con el presidente divisional, según la indicación debía esperar manteniendo mí mejor postura, con las manos al frente y las piernas juntas, una delante de la otra, así estuve hasta que con una severa mirada me indico que me fuera a esperarla afuera de la sala.

Cuando por fin terminó  tuve que caminar a su paso hacia el elevador, vi una ligera sonrisa y sin mirarme, me dijo que iba a pensar en mí para sustituir a su asistente, llegamos a nuestro piso y caminamos a la oficina, pero cuando pasábamos frente al baño entró mientras me comentaba que yo debía hacer ese reporte financiero y debía ir solicitar copias de la información al archivo en el sótano, debí entrar con ella, se suponía que debía entrar a uno cuando me ordenó hacerlo, lo hice y realmente si necesitaba hacer mí necesidad, tenía experiencia y no me dio miedo en usar el baño, cuando lo hice y salí para lavarme las manos, mí jefa observaba que su blusa estuviera bien abotonada, revisaba sus pechos, lo hacia con orgullo de tenerlos más grandes que los mios, ese día traía también pantalón en color negro y blusa rosa pálido, con saco de doble bolsa fingida, su cabello lo traía suelto, sus zapatos eran tipo nude de 10 cm, eso hacia que se viera más alta de lo que era.
Termine de lavarme las manos y comencé a revisarme el maquillaje como me había enseñado mí pareja, mí jefa sin fijarse en mí, salió del baño, la seguí a mí nuevo escritorio, sabía que debía hacer.
El día se me pasó muy rápido haciendo los trabajos de mí jefa, llevando café, no me alcanzó el tiempo para ir al archivo por la información para el reporte financiero, no había comido y estaba cansado, aun debía regresar en autobús a  nuestro departamento, mí pareja me espero y los dos caminamos para tomar el autobús, alcanzamos a varias compañeras y me presentó como su hermana, todas coincidieron que éramos muy parecidos, una chica me pregunto en que piso trabajaba, le dije que en el piso de la división cinco, ella estaba en la división tres conocía a miss Stone por que había sido su jefa, me comentó que ella había tenido una disilución amorosa y era el motivo de odiaba a los hombres.
Mientras hablábamos le gustaron mis aretes, le dije que eran de entrenamiento por que recién me había vuelto abrir mis agujeritos, ella me sonrió y me comentó que su hermana también se había hecho su agujeritos.
Nos despedimos de las compañeras cuando nos bajamos en nuestra parada de autobús, todas se despidieron de mí de beso en la mejilla, me dí cuenta de que mí pareja era una excelente amiga.
Le iba a dar la mano, pero lo mejor era que no lo hiciera, caminé a su lado mientras le decía como me había ido en el trabajo, ella me dijo que durante esa semana tendría que hacer de comer, así que pasamos a la tienda para comprar los alimento, bajo su supervisión tuve que escoger los mejores.
Mientras caminábamos por la tienda, mí pareja puso un paquete de taollas femeninas y un embase de benzal para el mal olor, pensé que ya le iba a bajar su regla, fuimos a las cajas y mientras esperábamos a pagar, mí pareja se puso a ver aretes y accesorios para cabello, puso varias piezas en el carrito, después de pagar salimos cargando las bolsas, yo llevaba las más pesadas, me dí cuenta de que cargarlas con tacones no era fácil, pero debía acostumbrase hacerlo.
Todo lo que pensé que había comprado para ella eran para mí y debía aprenderá usarlos.
Esa noche me tocó hacer la comida y prepararla las viandas para comer en el trabajo, estaba vez no quería dejar de comer, estaba totalmente comprometido con el papel que me tocaba jugar y debía mantenerme en mí trabajo, si eso significaba levantarme más temprano, viajar dos horas en autobús, trabajar 8 horas y dormir poco.
Al siguiente día tocaba llevar el uniforme en color verde, mí pareja uso el pantalón y a mí me tocaba usar la falda con medias obscuras, blusa blanca y chaleco, mí pareja agrego al atuendo una toalla femenina, todo era parte del acuerdo.
Esa mañana me desperté 20 minutos antes y pude bañarme tranquilamente, vestirme y maquillarme con tiempo de sobra, mí pareja no tuvo motivo para regañarme, pude tomar un poco de café, con un panque.
Había decidido usar mis zapatos nuevos de tacón alto para demostrar que estaba decidido a demostrar que no era difícil trabajar con esos tacones, si ella podía yo también podía, también si ella usaba toalla, yo también la usaría, si iba usar su perfume y su ropa también debía compartir sus toallas femeninas y debía cambiármela, cuando en mí celular me llegara un mensaje de ella.
Salimos de la casa debí pasa por las misma circunstancias del día anterior, el hecho de usar zapato más alto no implicaba que no pudiera viajar cómodamente.
Llegamos de la misma manera al trabajo, nos despedimos y volví a subir al elevador esta vez Babe me reconoció y me pregunto porque no había salido a comer?, le di la explicación de que tuve exceso de trabajo, ella me sonrio y me dijo que apenas me estaba acostumbrando, pero por lo que había escuchado lo había hecho bien para ser mí primer día, me alabo lo bien me veía, también me dijo que le gustaban mis aretes, me deseo un buen día y me rompiera una pierna, esta vez para salir nos quedamos cerca de la puerta, aunque nos empujaran para entrar, mientras subíamos hablamos de zapatos nuevos.
Pase asistencia y fui a mí escritorio, esta vez si me dio tiempo para guardar el bolso y la vianda de comida, como el día anterior tuve reunión matinal y debí hacer la minuta, esta vez sabía mis obligaciones y las desarrolle sin problemas, pero nuevamente mí jefa hizo que el presidente notara mí presencia cuando al final de la reunión mí jefa me pidió el favor de ir al archivo para conseguirle un expediente de un viejo proveedor, con alegría y resignación acepte la tarea, de todos modos debía ir para conseguir la información contable,  de la misma manera regresamos a la oficina pasando por el baño, esta vez el mensaje no me había llegado y solo revise que la toalla estuviera en su lugar.
Entonces bajo las ordenes de mí jefa debí hacer la minuta y después ir al archivo, solo tenía una hora antes de la comida para conseguir la información, pero no fue así nuevamente tuve que trabajar en el horario de comida, pero esta vez comí junto a los archiveros, en compañía del señor Jhon, el viejo archivador, su platica era muy amena, para el yo era una de las nuevas jovencitas que venía con muchas aspiraciones, realmente no me importa sentarme en el suelo a comer, aunque con sus precauciones debidas, traía falda y aunque me sentía cómodo, no podía dejar de cuidarme y sentarme lo más correctamente posible, sin dejar dudas de que no era mujer.
Con la ayuda del sr. Jhon pude encontrar lo que me solicitaban, aunque yo debí subirme en una escalera y bajarla, el sr.Jhon me ayudo a encontrarla.
Subí con todos los expedientes encima y comencé mí trabajo, pero mí jefa me ordenó llevarle la información al presidente divisional, pero antes me pidió otro café y un panecillo que debí ir a comprar hasta la maquina expendedora, regrese y antes de tomar el expediente, mí jefa me llamó para decirme que debía quitarme el chaleco e irme a dejar los expedientes, debía hacer lo que me pedía, con extrañeza lo hice, mí brasiere se podía ver por debajo de la delgada blusa de mí pareja.

Pero debía hacerlo tome el expediente lo puse enfrente de mí pecho y fui hacer mí tarea, era penoso, pero debía obedecer si quería mantener mí trabajo.
Llegue hasta la puerta de la oficina pero antes de entrar revise que el botón de la falda no estuviera suelto, los zapatos limpios, las medias sin corrimientos, el cabello en su lugar. Todo estaba bien, toque y espere el aviso para pasar, escuche un leve “adelante”,  respire, me acomode los lentes  y pase. El Sr. Keys, leía uno de los reportes que había entregado el día anterior a mí jefa.
Al verme parado en el puerta, me pidió pasar y sentarme para darle el expediente, hice como me lo pidió y de la forma correcta con las piernas juntas le entregue el expediente, el Sr. Keys con agrado comenzó a checar el expediente, eso era lo que necesitaba, entonces me iba a parar y el sr. Keys, me pidió quedarme para hablar conmigo para conocerme un poco, con calma espere a que el hablara, la primera pregunta que me hizo fue si tenía novio, me extraño un poco y le dije que vivía con mí hermana, el pareció agradarle mí respuesta, me interrogo sobre por que me gustaba mí trabajo, con detalle le explique realmente me gustaba ayudar a los demás y que las cosas salieran bien a la primera, le dije que desde “pequeña” siempre había tratado de cumplir con lo que me pedían, le dije una vez mí padre me castigo por no cumplir con mis responsabilidad y no ser cuidadosa con mí tarea, desde esa vez jamás me gustaba dejar nada a medias, eso parecio agradarle y me dijo que había observado cuando servía el café lo hacia con mucho cuidado y no me gustaba que la mesa estuviera tirada la azúcar, vio que antes de irme había dejado la azucarera bien llena, también observo que trataba de que mí saco estuviera bien abotonado y el pantalón sin mancha, también se fijo que me importaba mucho que mis zapatos estuvieran limpios.
Sentí pena por lo que decía, pero era verdad siempre era muy cuidados con mí apariencia.
Con una sonrisa me explico que miss Stone me estaba promoviendo para ser su asistente y que lo estaba pensando con otras dos personas que tenían experiencia, esas personas eran Babe y Carol, las otras dos compañeras que eran incondicionales a nuestra jefa, así que sabía que tendría ese trabajo que tanto deseaba y que mí jefa había logrado que tuviera las cualidades necesarias para lograrlo, le agradecí por fijarse en mí y si me escogía le dije que no iba a defraudarlo, entonces me dijo que el día viernes de la fiesta de la empresa diría quien sería su asistente. Le agradecí nuevamente y salí de la oficina después de ofrecerle mí mano con las uñas pintadas de rosa.
Cuando salí de la oficina me dí cuenta de que el primer botón de mí blusa estaba a punto de soltarse.
Me daba gusto que todo mí esfuerzo valia la pena, los siguientes días hice mí trabajo como me decía mí jefa, sin equivocaciones, cuando fui a llevarle el reporte financiero el día miércoles el sabía que yo lo había hecho,  me hizo preguntas muy técnicas sobre el reporte todas pude resolverlas, sin titubiar, ese día era de uniforme azul con saco, la falda era más corta que las demás, mí pareja me había  hecho usar pantaletas rojas con medias  transparentes y mí jefa nuevamente me quito el saco para ir solo con la blusa, además traía la toalla femenina y realmente me sentía incómodo, pero afronte el miedo y pude sobre pasar la prueba, el presidente divisional el sr. Keys me felicito por excelente trabajo y me confirmó que yo sería su asistente solo faltaba que viera la forma en que me comportaba para atender a personas importantes, en la fiesta de la empresa había invitado a un político y otras personas, yo iba atenderlas, además yo iba a coordinar el programa del evento.
 
Eso si era una verdadera prueba, sería el centro de la atención y debía hablar con el micrófono, debía usar vestido de noche y caminar con tacón alto frente a todos.
Faltaba una semana para el evento y debía ocupar el puesto el próximo lunes, tomar cargo de todos los asuntos pendientes, lo único que faltaba si quería lograr el puesto era aumentarme los pechos para lucir el vestido de noche, así que con la ayuda de mí jefa lo hice en ese fin de semana lo hice, de esa manera comencé a ser la linda asistente ejecutiva del presidente divisional.
Pero lo último que me faltaba por aprender era como satisfacer a un hombre, pero con la ayuda de ellas lo aprendí fácilmente comiendo paletas de hielo y platanos.
La noche de la fiesta la disfrute mucho y me olvide de lo que fui y me concentre en ser lo que era y cumplir fielmente con mí trabajo.






miércoles, 16 de noviembre de 2016

Coincidencias: Cambios para una nueva vida como madre trabajadora, en el autobus rumbo a recibir mi finiquito debí tomar una decisión importante...





Por un pequeño desmaño en el trabajo mis jefa y todas mis compañeras se enteraron que mis pechos, mí cadera habían crecido considerablemente, desde hacia un año que comenzaron a crecer, ahora ya no podía esconderlo, yo era un asistente de diseño de 24 años, mí jefa me había llevado al doctor después de que los paramédicos abrieron mí camisa para descubrir mis pechos como los de cualquier compañera de la oficina, tenía un año que mí hija había nacido y tenía muchas deudas por los gastos del nacimiento, su primera enfermedad, la renta y la compra de un auto para que mí pareja pudiera llegar a su trabajo, ella era técnica en contrucción y trabajaba en un despacho en el centro de la ciudad, yo me hice cargo de nuestra hija ya que trabajaba más cerca de la casa  que rentábamos y de la guardería.

No teníamos para pagar un doctor particular, así que debí acudir a un pequeño hospital de asistencia pública, me hicieron exámenes y los resultados mostraban que todo estaba normal, solo había sido una baja de azúcar por el stress del trabajo y hacer las tareas de la casa para cuidar mí hija y pareja, solo las hormonas femeninas estaba muy altas para ser un hombre pero eran normales para una adolescente que esta pasando la maduración de su cuerpo.


La doctora me tuvo 3 días para tratar de investigar la causa de mis cambios, me dio un tratamiento de testosterona y me dio de alta para ir a trabajar, realmente la siguiente semana fue muy dura para mí, todas mis compañeras se burlaban y me hicieron la vida imposible, dándome más trabajo del que tenía al rechazar mis propuestas de diseños, o poniendo café en mí escritorio, chicles en la impresora, cuando me agachaba para arreglar el papel de la impresora o limpiar mí escritorio, todas chiflaban y decían cosas molestas para mí, también en el baño de hombres pusieron un papel con un dibujo de mitad hombre y mitad mujer, me dejaban recados colocando el nombre de señora de trasero Gordo en lugar de Gordon o pequeña niña gorda de trasero grande o señora bubis gordas.



 


Mí jefa se mantenía al margen y hasta alguna bromas las aplaudió, a los 3 días regrese al hospital por mis resultados, tuve que ir solo por que mí pareja tenía mucho trabajo proyectando un nuevo edificio en el centro, tendría mucho trabajo por los próximos 5 años, la doctora me dijo que el centro de mí cerebro tenía un pequeño quiste,  sobre el piso de la hipófisis me había salido una protuberancia y estaba provocando la secreción de aumento de las hormonas femeninas, no era un tumor, pero debían seguir investigando, durante la semana que estuve tomando un tratamiento de hormonal, para estabilizar los cambios que estaban ocurriendo,  mí cuerpo se había vuelto más sensible al frio y al rozamiento, mí piel tenía escoriaciones entre los muslos, en las nalgas, en las axilas, en el vientre y los pies,  me daba ganas de llorar sin causa aparente, aunque no le decía a mí pareja para, ella lo sabía, la doctora me recetó  una pomada para las escoriaciones, me recomendó descanso para no estresarme y usar ropa holgada que no me apretara, de preferencia que no fuera de licra; la mayoría de mí ropa interior era de licra y mis ya pantalones me quedaban apretados y eran la causa de mí irritación de mis mulos, la doctora no sugirió nada, solo que usara ropa holgada y suave.


Cuando le conte a mí pareja sobre la indicación de ropa holgada, ella inmediatamente entendió la indicación de la doctora y me autorizo que podía usar su ropa “holgada y suave”, lo consideré una broma de su parte, tuve mis días de descanso y tendría que volver el día lunes, le hable a mí jefa para decirle que ya no iria a trabajar hasta estar completamente recuperado, ella con una risa me dijo que no debía exagerar las bromas, que realmente parecía una pequeña niña que se siente de todo, que las bromas de mis compañeras no eran para tanto, lo único exagerado que tenía eran mis pechos, no me hacía gracia sus bromas, le dije que dejara de burlarse de mí, la situación se salió de control,  me advirtió que sino iba a trabajar el lunes entonces pediría mí finiquito, con todo lo que me dijo había tomado mí decisión de no ir a trabajar, le llame vieja bruja y le dije definitivamente no iria a trabajar, sin decir nada más mí jefa solo me pidió ir por mí finiquito el día lunes, el fin de semana me la pase viendo televisión y organizando la casa, mí pareja estuvo trabajando en sus proyectos, no le dije a mí pareja hasta el día sábado.


 


Ese fin de semana mí pareja me obligo a usar sus pantaletas para que me diera cuenta de lo suave que era y lo bien que me iba a sentir, también me forzó a usar un brasiere para levantar mis pechos para evitar lastimarme más mis rozaduras, mí pareja tomó una de mis camisetas de algodón y la cortó del cuello para hacerla más holgada, aunque mis pechos podían verse perfectamente me sentía más cómodo, también cortó mis pantalones de mezclilla para ayudar a ventilar mis piernas y  que no me lastimara más mis muslos, pero se le ocurrió que mejor usara en la casa sus faldas de mezclilla, accedí a usar su ropa en la casa, pero le dije que el día lunes para ir por mí finiquito tendría que usar mí camisa y pantalón de trabajo, ella solo se rió de mí y me dijo que me iba a lastimar más si iba como yo quería ir, lo mejor era si quería verme  formal para evitar más burlas en la calle y en el trabjao sería que usara su ropa  de trabajo para sentirme más cómodo y verme formal como yo quería, yo le dije en forma terminante que no lo haría, ella solo se rió y se fue a seguir haciendo su trabajo, pero antes de bajar me dijo que si quería probarme sus zapatos para evitar que se infectaran mis heridas, yo le avente una almoada para correrla de nuestra habitación.





 


Me quede un rato en la cama pensando en lo que haría si dejaba de trabajar, no podría pagarle a la doctora, tendría que buscar un trabajo y no sería fácil por un tiempo, entonces escuche que nuestra hija se movía en su cama y esa era la señal para darle de comer, me levanté y fui a recoger la almohada, mientras lo hacia ví las sandalias de plataforma colgadas atrás de la puerta, junto con sus demás zapatos, espere para escuchar a mí hija me hablaba para darle de comer, pero mí hija no se había vuelto a dormir, solo era falsa alarma, en ese momento se me ocurrió para evitar hacer más ruido y se despertara mí hija probarme los zapatos en la recamara que tenía alfombra, aun a pesar de que mí pareja era más alta y gorda que yo, me quedaban perfectamente sus zapatos, me quede con las sandalias de plataforma para probarlas y evitar que se infectaran mis rozamientos, eran perfectas para usarlas con una falda de mezclilla y la camiseta rota del cuello, mí cabello estaba creciendo y se me ocurrió escarmenarlo hacia dentro, entonces escuche a mí hija que definitivamente se despertaba, mí pareja grito que la atendiera, salí como estaba para atender a la niña, la saque de su cama y la lleve a la cocina, ella no se dio cuenta de que no era su madre, estuve una hora cuidándola sin problemas, yo me sentía más tranquilo sin tener que lastimarme cada vez que daba un paso o me movía.


Escuche que mí pareja hablaba con alguien, en varias veces mí pareja paso por la cocina y solo me daba una pequeña sonrisa de complicidad y se volvía para su estudio para seguir trabajando o hablar por teléfono con las personas de su trabajo, solo tomaba un poco de agua y se volvía a subir, solo cuando estábamos cenando volvió a decirme que era un necio sino usaba su ropa, que debería hacerlo no perdía nada, solo va hacer una vez como yo decía, entonces que iba a perder nada, yo no acepte nada, ni dije nada, solo me fui a lavar los platos, al levantarme, ella me dio una buena nalgada, me pareció gracioso a pesar de que sentí dolor, la deje que lo hiciera sin decirle nada o quejarme.


Nos fuimos a dormir ella se tenía que parar temprano, solo me hizo dormir con su suave panti de algodón y su holgada camiseta de lana, al sentir la suavidad acepte dormir con ellas, también para evitar que el resorte de las pantaletas se jalaran al máximo y me volvieran a rozar, me enseño como subir mis testículos y acomodar mí pene para evitar que la pantaleta cargara más peso de mis testículos y el pene, realmente me sentí muy cómodo con lo que hizo y me dormí rápidamente, pero mientras dormíamos me abrazó y comenzó a jugar con uno de mis pezones.


Al día siguiente con la decisión tomada de dejar de trabajar me levante, mí pareja se había ido después de bañarse, arreglarse y salir para su junta de trabajo, yo debía preparar a nuestra hija para dejarla en la guardería para que pudiera ir por mí finiquito,


 


Debía bañarme antes de que despertara mí hija, entre al baño me quite la ropa de dormir de mí pareja y comencé a bañarme, mis escoraciones estaba mejorando, pero aun me dolían, mis pechos tenían mucha sensibilidad y el simple rose de la espoja hacían que reacionaran, mis caderas seguían acumulando grasa, aunque no como mí pareja que realmente estaba pasada de peso, quizás mí cintura fuera más pequeña que la de ella, cada vez que me bañaba comparaba mí cuerpo con el de mí pareja y concluía que ella estaba muy gorda.


Salí de la bañera y mientras tomaba la toalla para secarme, se callerón unas pantaletas y un bra negro que había dejado mí pareja arriba de la toalla,  cuando las levante y las tuve en mis manos, sabía que debía usarlas, aunque fuera por dentro de mí pantalón y camisa, pensé que debería usar doble camiseta para evitar que el brasiere se me notara, recordando la recomendación de mí pareja que pusiera mí pene hacia atrás para evitar que jalara las pantaletas y me lastimara más, lo hice y me agrado como se me veían las pantaletas iguales a mí pareja, recordé que me había sugerido que quizás con un poco de pegamento que tenía en el botiquín podría usar mí escroto para evitar que el pene se bajara, lo hice y quedo mejor acomodado, en el tiro de las pantaletas se notaban dos bultitos como los de mí pareja, fue divertido hacerlo, mis pechos se acomodarón perfectamente en el bra sin necesidad de ajustarlo, los tirantes, el material eran muy suaves  y delgados que no tocaban mis escoriaciones, caminé a la recamara, pase frente a la habitación de mí hija aun dormía, pronto la despertaría, busque en mí closet mis camisetas para colocármelas, lo hice, sentí mucho dolor al acomodar mis pezones hacia abajo y hacia atrás, con el dolor me puse los pantalones el solo jalarlos por mis piernas sentí mucho dolor, moví mis piernas para acomodarlos y sentí que mis escoriaciones se iban a volver abrir, me puse los calcetines y los zapatos, mí cuerpo se estremecia del dolor, vi el reloj debía comenzar hacer el desayuno, con mucha dificultad camine rumbo a la  escalera, me detuve frente a la recamara de mí hija para comenzar a despertarla, la niña estaba muy dormida y la trate de mover para comenzar a despertarla, escuche en su sueño que preguntaba por su mamá, yo le dije que se había ido a su trabajo y que necesitaba despertarse. La niña se volvió a acurrucar con su cobija.


Debía comenzar a hacer el desayuno, entonces con mucha calma baje la escalera camine hacia la cocina, el dolor me vencía debía tranquilizarme un momento para comenzar mí desayuno, prepare con mucho dolor el desayuno, cuando terminé regrese para subir la escalera, en cada escalón era un sufrimiento, cuando por fin pude llegar al último escalón mí hija se había despertado, camine lo más aprisa que el dolor me dejaba, la niña estaba llorando preguntando por su mamá, me recosté con ella y la tranquilice, se volvió a dormir, no quería moverme por el dolor, en ese momento tomé la decisión de hacer lo que mí pareja me sugería, usar su ropa para ir por mí finiquito, recosté nuevamente a la niña y regrese a nuestra recamara para quitarme toda la ropa que traía, fue un alivió al estar solo con la ropa interior, abrí el closet de mí pareja en el prime gancho estaba un delgado y suave vestido cruzado en color negro, era ideal para un día de oficina, un saco blanco estaba en el mismo gancho, en el suelo estaban unos zapatos cerrados de plataforma en color blanco, el tacón era de unos 5 cm, eran la mita de las plataformas de corcho, antes de volverme a vestir me tome mí pastilla para el dolor, después me puse el vestido, lo cruce y le puse el delgado listón con un pequeño nudo de lado, el vestido me llegaba ligeramente debajo de las rodilla, a mí pareja le llagaba arriba, a mí sobre las rodillas, eso era aceptable para un trabajo formal, el saco me cerraba perfectamente y se ajustaba a la cintura, tenía sobre hombros y de esa manera desde atrás la imagen de reloj era más clara, el discreto escote en V dejaba ver mis pechos, pero sin exagerar, se veian muy naturales y se podían ver un pequeño bultito de los pezones, pero el saco los tapaba, me puse los zapatos, el borde quedaba ligeramente por debajo de mí escoriación y no me lastimaban, quizás solo si me ponía un poco de cinta médica podía evitar que me rozara un poco, caminé por la habitación, los muslos se rozaban sin forzarse, ni lastimarse con la tela, quizás el usar medias con ese vestido sería más formal, pero en ese momento no quería sufrir más, ya era mucho con aceptar ir de esa manera, los zapatos eran cómodos y caminaba perfectamente con ellos, hacían que mis pantorrillas se vieran más delgadas y femeninas, mí pareja tenía piernas de boxador; el vestido hacia que mis caderas se vieran más delgadas, el ir sin medias estaba de moda, nadie notaria la diferencia de mis piernas  y de alguna compañera, lo importante era que no sufriera dolor,  solo faltaba escarmenar mí cabello para darle forma femenina y arreglar un poco mí cara como lo hacia mí pareja, muchas veces había visto como lo hacia, ella no era una especialista o perfeccionista en  maquillarse, solo se ponía un poco de rubor, lápiz labial y un poco de sobra en los ojos, realmente no ponía mucho interés en su maquillaje, era una mujer cómodina, pero recordé que ella compro una revista cuando fuimos al supermercado a comprar alimentos que traía un reportaje sobre maquillaje para la oficina, pensé que si ya estaba en esto, sería una buena experiencia haciendo mí propio maquillaje, también eso me ayudaría para que el sol no lastimara mí piel de la cara, durante una hora hice cada paso que decía la revista, al final había conseguido un buen y agradable maquillaje como cualquier mujer de oficina, quizás hasta un poco mejor que cualquiera de mis compañeras, disfrute hacerlo y sentí que era fácil hacerlo, solo se necesitaba los productos de buena calidad y paciencia.


Mis labios lucían muy agradables en color carmesí, sombras en rosa en los parpados, mis cejas las había delineado de acuerdo a mí cara redonda, lucían lizas y  pintadas, tenía rubor discreto, mis ojos estaban delineados, las pestañas estaban estiradas al máximo y alineadas hacia fuera, al ponerme mis lentes para leer, mis ojos lucían más lindos que los de mí pareja, agregué a mis orejas y cuello un juego de aretes y collar en metal dorado que le había regalado en navidad, solo la ví que la había usado ese día.


 


Estaba listo para irme, pero faltaba un bolso que hiciera juego, con lo que vestía, busque arriba del closet de mí pareja donde guardaba sus bolsos, encontré uno en color negro con detalles en dorado, era el que necesitaba, para mí suerte aun traía las cosas que había usado la última vez que llevó el bolso, solo guarde mí cartera con todas mis identificaciones y un poco de efectivo para comprar gasolina o pagar algo que llegara a necesitar, en el bolso traía una mascada para el frio mañanero, me la pondría para evitar que se fijaran en mí cuello y mí manzana de adán, aunque mí manzana no era más grande que la de mí pareja, también sus manos eran más grandes que las mias, así que eso me daba confianza, en el bolso vi un frasco de esmalte para uñas, era lo único que faltaba, pero pensé en ponérmelo durante el trayecto a la guardería.


Me di la última revisión para darme cuenta que era la imagen clonada de mí pareja. Mí hija ya estaba despierta y al verme entrar se alegró de ver a su madre, para ella no había diferencia, la cargue y la apapache para que se calmara, le lave su cara, la arregle para peine, le dí de desayunar, nunca se había portado tan tranquila, tome mis llaves y guarde mis llaves en el bolso, después de cerrar la puerta de la casa, fui al garaje para sacar el viejo auto, puse a mí hija en el asiento de atrás y me subí al auto, pensé que el conducir con tacones no sería difícil y en 20 minutos estaría dejándola en la guardería, pero no iba ser tan fácil, el auto no encedió, la batería estaba muerta, no podía perder tiempo por que sino mí hija no podría quedarse y entonces tendría que ir al trabajo con ella, pero recordé lo que dijo mí pareja cuando le dije que había renunciado a mí trabajo: “si ya lo decidistes entonces tendrás que pasar etapa difícil a acostumbrarte a las cosas que no queras hacer y serán  difíciles para ti si tu lo quieres….vas a tener que cambiar en una palabra”


No podía perder más tiempo tome a mí hija y caminé con ella, con la maleta y el bolso al hombro, hasta la parada del autobús, para mí suerte pasó rápido, me dejaron subir primero y me cedieron el asiento, nunca me había sucedido eso, era una sensación agradable el que otras personas fueran consideradas conmigo, más si traía zapatos altos, una niña en brazos y poco tiempo para llegar a dejarla.


Todo era nuevo para mí aunque en el último año debí hacer esa actividad varias veces, un tipo se se tomó del tubo y se colocó aun lado de mí, durante un rato no me fije que el trataba de ver mis pechos, cuando me dí cuenta con calma y con discreción me cerré el saco para evitar que siguiera viendo mís pechos, quizás si hubiera sabido que no era mujer le hubiera dado un infarto, pero sin embargo mis pechos no eran diferentes de los de una mujer, mis aureolas eran grandes y rosadas, como las de mí pareja; también para evitar rozarme debía mantener las piernas bien juntas o bien separadas, lo segundo era inviable, así que debía mantener equilibrada a mí hija sobre mis piernas, además de la mochila y el bolso.


Cuando llegó el momento de bajarme, un hombre me ayudo a pararme y me detuvo por un momento para que me tomara del tubo y avanzar hacia la puerta de bajada, en un segundo aprendí a bajarme del autobús con tacones y vestido, debía poner mí pierna de lado para evitar mostrar demasiado, así evitar estirar el vestido al máximo y quizás romperlo.


Debía caminar dos calles, vi la hora en el pequeño reloj de mí pareja, faltaban 5 minutos, debía correr o en mí caso caminar rápido, toda una odisea en tacones, pero  debía lograr llegar antes de que cerraran, mis muslos se rozaban pero me alegraba de que no se lastimaran más de lo debido si estaría usando pantalón, la maestra vio como llegaba con la niña, así que me esperó para recibírmela, a la maestra le dí la mochila de la niña, me agache para hablar con la niña y decirle que debía portarse bien, le dije que iba a regresar por la tarde y la llevaría a comer algo.


La maestra en ningún momento dudo de que yo era Bety, la mamá de mi hija, me comentó que se alegraba que nuevamente la trajera y me avisó de la junta de fin de cursos antes de las navidades, donde debía pagar el último mes, le agradecí, me volví a despedir de mí hija y la ví entrar a la escuela.


Respire profundo, todo había salido bien, ahora debía ir al trabajo para recoger mí finiquito, quizás también debería comprar el periódico para ver las plazas de trabajo vacantes, caminé al puesto de revistas y solicite un ejemplar, el señor me dio el periódico y me agradeció el pago con un “gracias señora,que tenga un buen día, señora”.


Volvía a tomar el autobús hasta el centro financiero, esta vez no me cedieron el asiento y debí ir parado todo el trayecto tomado de un tubo, tratando de no caerme en cada enfrenón  o arranque del autobús, me di cuenta del porque la mayoría de las mujeres se concentran al frente del camión, hay más tubos intermedios de donde tomarse, además los tubos son más bajos.


Una mujer que se tomaba del mismo tubo comenzó hacerme platica cuando un tipo venia empujando y  me aviso para que no me empujara al pasar hacia atrás, su comentario fue el llegar al trabajo bien peinada era un triunfo, yo le sonreí y le dije que dije que el triunfo era llegar a tiempo, la mujer me dijo que tenía 6 años llegando al trabajo en transporte público y nunca llegaba tarde, solo era cuestión de acostumbrarse y tener una rutina para cumplir con todas las cosas que se tenía que hacer, antes de salir, ella tenía 3 niñas  y un niño pequeño que dejaba en la guardería, yo le comente que también tenía una niña y estaba tratando de organizarme para llevarla a la guardería, ella me dio el tip de que hiciera una lista de tareas y la colocara en el refrigerador, también me dijo que hiciera un pequeño block con frases positivas y las colgara para arrancar una cada día, me pareció buena idea,  también me dio el tip que para la piel delicada debía usar la pócima de la verdadera flor de mandrágora, me escribió en un papel una dirección donde la vendían, le agradecí por el tip y le dije que ya me iba a bajar, ella también se iba a bajar en la misma parada, nos apoyamos para bajamos en el último escalón del camión, entonces me pregunto a donde iba, le dije que iba al edificio corporativo de cristal señalando, ví que no me había colocado esmalte en las uñas, ya no importaba, la señora se presento como Beatriz Mongomery ofreciendo su mano que tampoco traía esmalte en sus uñas, a mí solo se me ocurrió el nombre de mí pareja: Yo me llamo Beatriz Swan—ella se sorprendió por la coincidencia de que nos llamáramos igual e íbamos al mismo edificio y jamás nos habíamos visto, me pregunto en que piso trabajaba, en eso no podía mentir, le dije que en el piso 31 como diseñadora, pero iba por mí finiquito, ella volvió a sorprenderse, yo le pregunte por que lo hacía, mientras avanzábamos hacia el edificio entre toda la gente que iba hacia allá, ella dijo que estaba sorprendida por que su diseñadora de proyectos editoriales  había decidido renunciar la semana pasada y andaba en búsqueda de una buena diseñadora, entonces me ofreció el puesto de trabajo, me vio mí cara de sorpresa y agregó que el puesto era de base con todas las prestaciones de ley y un sueldo inicial del doble que estaba ganando, la sorpresa era mucha y no sabia que contestar, por cómo se habían dado la situación, la única opción era que aceptaba el trabajo y así se lo hice saber, me volvió a ofrecer la mano para formalizar la relación de trabajo, antes de entrar al edificio me preguntó el porque había dejado de trabajar, trate de ser lo más sincero posible al decirle que el ambiente de trabajo era muy pesado y me estaban acosando,  además tenía un problema de salud que me impedía trabajar de la misma forma que lo estaba haciendo, la Señora Beatriz comprendió mí situación y sobre entendió que tenía biomas en la matriz y no podía estar todo el tiempo sentada, además de ir a la citas médicas, me explico que ella era la editora en jefe para la principal revista para mujeres ejecutivas y yo tenía el perfil que andaba buscando,  subimos al elevador, ella me explico que ese día tendría varias reuniones de trabajo y no podría atenderme para elaborar y firmar mí contrato, pero me citó para ver mí currículo para el día siguiente a misma hora, aunque con alegría me dijo que quizás nos viéramos antes en el mismo camión, pero sino entonces me esperaba en su oficina en el piso 41, el elevador se abrió en el piso 31 para bajarme, la Señora Beatriz se despidió de mí con un beso en mí mejilla y señalándome con un dedo me advirtió que sin falta me esperaba el día de mañana, con una sonrisa le dije que allí estaría.


Caminé directo a la oficina de recursos humanos, busque a la chica que daba los finiquitos, me pidió mí nombre poniendo la palabra señora antes de preguntar por mí nombre: se lo dí y se quedó extrañada, busco en un expediente mí nombre, al encontrar mí cheque me pidió una identificación yo la saque del bolso  y se la dí, luego me pidió un momento para que su jefa autorizaba dármelo, yo con un poco de molestia le pregunte porque iba hacer eso, si yo era la persona de la identificación, solo que tenía una problema hormonal, vi como sus labios aparecía una sonrisa sarcástica, la dejé ir a ver a su jefa, mientras regresaba di unos pasos hacia el ventanal para distraerme un poco, todos mis nervios se había ido, nadie en esa oficina sabía quien era, solo veian a otra mujer esperando algo, pasaban sin notar mí presencia, la chica regresó y sin verme me entregó mí cheque después de firmar el contra-recibo, cuando lo estaba haciendo voltee de lado para ver a varias compañeras que se estaban riendo de mí, aunque la mayoría estaba sorprendida, yo tome mí chque y abandone por última vez esa oficina, sabía que era mejor que todas ellas.


 


Caminé hasta el banco para cambiar mí cheque y regresar por mí hija a la guardería, todo fluyo sin problemas, estaba contento por lo que había sucedido, me sentía liberado, pero también me sentía con un poco de temor por lo sucedido con la Sra. Beatriz, no sabía como reacionaría mí pareja, tendría que tomar una decisión.



Fui por mí hija y con el finiquito la lleve a comer hamburguesas, luego la lleve a comprar un vestido y zapatos nuevos,  la niña estaba feliz, yo también de alguna manera disfrutaba lo bien que podía pasar como mujer, cuando regrese a la casa varias vecinas me saludaron pensando que yo era Beatriz, les devolví el saludo sin sacarlos de la confusión, llegue a la casa, mí pareja aun no llegaba así que me dedique a acomodar la ropa que usaría para el día siguiente.

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