Mí esposa cambio, yo cambie también.
Era un empleado en una empresa de productos químicos hacia 5
años, mí trabajo consistía en introducir las notas de los productos comprados,
mi tarea era la misma desde mí primer día de trabajo, por casualidad había
conseguido el trabajo después de salir del colegio, por una vecina de mí madre.
Tres años después conocí a mí esposa en un taller mecánico
cuando arreglo mí auto, había sido el primero de ella, después de salir de la
escuela y conseguido su primer trabajo en el taller donde fui para arreglarlo,
realmente ella había sido quién me conquisto por que la volví a ver en un
pequeño bar cerca del trabajo, ella jugaba billar con sus compañeros de
trabajo, yo estaba en la barra tomando una cerveza, tratando de despejarme después
de una semana haciendo el mismo trabajo, ella solo me veia, yo trataba de
ignorarla, pero después de 3 cervezas había decidido irme, ella se acercó por
detrás y me invitó otra cerveza, empezamos a platicar, esa noche nos conocimos
y 9 meses después tuvimos a nuestra hija, cuando ella se recuperó nos casamos y
comenzamos a vivir juntos, todo estuvo tranquilo por 3 meses más, yo debí
hacerme cargo de mí hija, ya que ella había conseguido un trabajo en la planta
armadora de autos y debía trabajar desde las 7 de la mañana hasta la 7 de la
noche, hasta los días sábados.
Ella se levantaba más temprano y se iba a su trabajo, yo
debí hacerme cargo de nuestra hija, llevarla a la guardería, ir a trabajar y
luego ir por ella, para llevarla a la casa para hacerle de cenar.
Nos habíamos adaptado a nuestro tiempos, el único día que
nos veíamos era el día sábado, pero ella siempre estaba cansada y lo entendía.
Pero todo comenzó a cambiar cuando comencé a sentir
bochornos y doler me pechos, durante tres meses no dije nada, escondí lo que me
pasaba, pero cuando el crecimiento de los pechos y las caderas fue evidente no
pude negar que algo estaba pasando, mí cabello crecía a un ritmo más rápido y en 15 días debía cortarlo,
comence a llorar sin causa aparente y me sentía solo, cansado por el trabajo y
por las cosas por hacer en la casa, debía ir al doctor, cuando estuve frente al
doctor, el pensó en primera instancia que era una Señora por los pechos que se
mostraban por debajo de la bata, después de que me pidió quitarme la bata, ví
una pequeña cara de sorpresa y risilla al ver mí pequeño pene entre un
abundante vello púbico color rubio, pero el doctor se portó profesional,
definitivamente tenía un problema me mandó hacer análisis que soporte
estoicamente, sentí dolor cuando me aplastaron mis pechos y cuando varios dedos
entraron por mí ano para revisarme.
Al final el diagnóstico fue que tenía un situación de
remplazo hormonal atípico, el doctor me
hizo preguntas y descubrí que el hecho de que mí cubículo estuviera sobre el respiradero
de aire acondicionado, el aire condensaba los vapores de un nuevo producto que
se investigaba en unos de los laboratorios por encima de mí lugar, el liquido
caía dentro de mí taza de café sin darme cuenta, durante meses estuve expuesto
al nuevo producto, el doctor recomendó que no podía quitarme la exposición de
hormonas femeninas de forma definitiva, debía ser poco a poco, así que me
recetó un pequeño cóctel de hormonas para regular mis síntomas y más adelante
las hormonas masculinas aumentaran en forma natural.
Al siguiente día regrese al trabajo para enterarme con una
nota frente a mí computadora que estaba despedido y que pasara por mí
finiquito, fui al departamento de recursos humanos para enterarme que por la
entrada del nuevo sistema contable, todo mí departamento administrativo había
desaparecido, no tenía otra opción que aceptar el finiquito, a la mujer que me
extendía míc cheque de finiquito trate de explicarle que había estado expuesto
a químicos y la empresa era responsable de mí problema de salud, la mujer bajó
sus lentes y dijo: pues haga su demanda, eso es todo tiene tres días para
cobrar su cheque.
Así es como quede desempleado de un día para el otro, durante
tres días no le dije a mí esposa que no tenía trabajo, hasta que nos vimos el
día domingo, le mostré mis grandes pechos, ella solo se burló diciendo que era
más bonitos que los de ella, realmente no se interesó en mí problema, para ella
era gracioso, pero con seriedad le explique lo que el doctor me dijo y que
había perdido mí trabajo, ella me veía con una sonrisa en la cara, cuando acabe
de explicarle ella dijo: no hay problema no tienes porque preocuparte, yo puedo
hacerme cargo de todo, por que me nombraron como jefa de área de calidad, mí
sueldo aumento 3 veces más y puedo hacerme cargo de ti y de tu hija y de todos
los gastos, solo tienes que pemanecer en la casa hasta que te alivies de tu
supuesta exposición a hormonas femeninas!!—no pudo dejarse de reir.
Yo estaba muy molesto y durante 3 días más no le hable,
aunque todo estaba dicho, ella ser haría cargo de mí y mí hija, yo debía
hacerme cargo de la casa.
***
Durante el primer mes que estuve en la casa trate por todos
los medios de conseguir un nuevo trabajo, pero todo fue infructoso, los
medicamentos no estaban surtiendo efecto o quizás sí por que seguía teniendo
bochornos y lloraba sin causa aparente, de mis pechos salía leche, la grasa
comenzó acumularse más, viendo la tele comencé a hacer ejercicio por que ya no
cabia en mis pantalones, ya no podía usar mis camisas y solo usaba mis
camisetas, mis pechos se salían por mis camisetas, me sentía muy incomodo.
Una mañana mientras metía la ropa a la lavadora después de
que había peleado con mí esposa por que no tenía su overol limpio, ni ropa para
usar, levante un brasiere de ella, sentí que me podía quedar si ajustaba los
tirantes, seguí guardando la ropa en la lavadora cuando sentí unas pantaletas
dentro de su pantalón de trabajo, tuve la necesidad de probármelas, eran negras
y muy suaves, tenían un lindo moño, sin esperar más tiempo me probé la ropa,
ajuste los tirantes del bra y ajuste los resortes de las pantaletas sobre mis
nalgas, jamás había sentido tanta comodidad, era lo que necesitaba usar,
escuche que mí hija se despertaba y quería comer algo, así que comencé hacer mí
rutina de labor de la casa con la ropa que tria puesta, pase la mitad de la
jornada de esa manera, solo con la ropa interior de mí esposa, regrese al área
de lavado para iniciar el primer ciclo de lavado, mientras esperaba para tener
un poco de diversión me sente en la lavadora, mis pechos vibraban al mismo que
mis nalgas lo hacían, cuando terminó el ciclo de lavado saque la ropa y comencé
acomodarla para plancharla y guardarla en el closet, luego subí con la ropa
doblada hasta su habitación, en ese momento me de cuenta de que tenía mucha
ropa sin usar, pensé que algo me podría quedar, lo primero que ve en la parte
más profunda de su closet fue un vestido de mezclilla de cierrer al frente,
entonces me lo probe para darme cuenta de que se ajustaba
perfectamente a mí
cuerpo, el vestido hacia ver mí cintura más pequeña que mis caderas mis pechos hacían levantar el vestido y el
cierre hacia que se juntaran, mis piernas se veina más gruesas de lo que eran,
los medicamentos habían hecho que mí piel se hiciera más seca y necesitaba usar
crema, así que brillaban mis piernas, siguiendo mis descubrimientos, me provee
los zapatos de plataforma y correa al tobillo que alguna vez usando juntos a mí
esposa, me percate que eran cómodos y podía caminar perfectamente con ellos,
mis nalgas se movían de arriba a bajo, de la misma manera que le pasaba a ella, cuando caminaba, mí hija me
extraño y comenzó a llorar, nuevamente tuve que atenderla, me concentre en
hacerle de comer, mientras la cargaba, termino dormida en mis brazos, debía
terminar de cocinar para que en la noche pudiera ver mí partido de futbol, así
que debía organizarme para hacerlo con ella en brazos, dos horas después
mientras le ponía sal a la sopa, escuche que tocaban la puerta de la cocina,
con miedo voltee a ver quien era, para
mí sorpresa era la vecina de la casa de atrás, compartíamos un patio común,
cuando llegamos a vivir a la casa ella vino para presentarse como la presidenta
vecinal, dijo llamarse Bárbara , era una mujer alta, rubia, su esposo era promotor
de luchas.
Ella sabia que mí esposa se llamaba Heather, así que al
verme como estaba vestido y cargando a mí hija supuso que era ella, estaba
atrapado, debía abrir fingir que era
Heather, Babe como quiso que le dijera, me estaba pidiendo mí ayuda, abrí
rápidamente, Babe entro sin dejar de hablar, no había duda de que ella pensaba
de que yo era mujer y su vecina, cuando terminaba de decir una frase decía
“Vecina”, me pedía prestado un paquete
de toallas femeninas y banzal para el mal olor menstrual, pero era urgente por que su esposo iba a
pasar por ella para irse a una fiesta,
como parecía apurada y necesitaba urgentemente, con la niña a cuestas,
subí las escaleras hasta el baño y buscar lo que necesitaba, sabía que las
toallas estaban atrás del vidrio del baño, lo abrí y encontré solo tres toallas
y media botella de benzal, baje con la niña y le entregue lo que me pedia, Babe
comenzó a caminar hacia la puerta de la cocina, me pedía disculpas y me decía
que me iba a regresar el favor, sin pensar en la forma en que hablaba le dije
que no tenía que regresarme el favor, aunque pensando después mí voz era más
suave que la de ella, su voz era ronca y rasposa, pero con una forma en
diminutivo de hablar, cerré la puerta de
la cocina y vi como caminaba rumbo a la puerta del patio trasero moviendo su
gran trasero.
Termine de hacer la comida y luego planche la ropa antes de
que llegara mí esposa me di cuenta de que todo el día había estado usando su
ropa, corrí a cambiarme y espere a que llegara, ese día descubrí que me sentía
cómodo vistiendo la ropa de ella.
Pasó un fin de semana donde realmente me sentí mal y pelee
con mí esposa por no quererme ayudar con la casa, la siguiente semana los
primeros dos días volví a usar la ropa de ella, pero debía organizar su ropa
para saber cual me quedaba y cual no.
El tercer día con un poco de investigación de la red, pude
hacer aparecer una vagina al esconder mí pene en mí escroto y sin quería
lastimarme debía hacer pipí sentado, las pantaletas se ajustaba perfectamente a
mí nuevo cuerpo, si alguien viera por debajo del vestido, veria lo mismo que ve
en una mujer, en mí entusiasmo comencé a maquillarme con sus productos que ya
no usaba, realmente ella ya no se maquillaba y algunos de sus productos estaban
nuevos, el tercer día estuve ensayando como maquillar mí cara para diferentes
situaciones y a desmaquillarme, el cuarto día comence escarmenar mí cabello y
probar hacerme peinados, chongos y trenzas, con mí cabello largo, al final de
día, tenía una mayor seguridad para maquillarme mejor que mí esposa, mí cara
maquillada era más linda que la de ella, el cuarto día había decidido ir hacer
los pagos del mes vistiendo la ropa de ella, me prepare inmediatamente que ella
se fue, cuando estuve listo, tome a mí hija para llevarla a la guardería y
luego iría hacer mis pagos, cuando deje a mí hija con la maestra, fue mí
primera prueba de fuego que pase sin problemas, mí voz no era tan gruesa como
la del a maestra, estuve hablandon con ella durante 30 minutos, sobre la
alimentación y cuidado de mí hija, en ningún momento dudo que yo no fuera su
madre, me invito a participar la siguiente semana en el festival de la madres.
Luego camine hasta el banco y espere a que abrieran para
formarme y esperar mí turno, traía un delgado vestido floreado con listón a la
cintura, debía usar las enaguas negras del mismo modo que alguna vez las uso
ella, traía sus zapatos beige de punta abierta, eran cómodos y seguros, usaba
una bolsa en color beige que jamás se la había visto usar y estaba abandonada
en la parte de arriba del closet, la había llenado con cosas que cualquier
mujer usa en un día, rollo de papel, bolsa de maquillaje, mascada para el
fresco, botella de agua, cartera con una identificación antigua de mí esposa
donde usaba el mismo vestido que traía, dinero
y mí tarjeta de crédito donde me deposito ella para hacer los gastos.
Tria medias y usaba una diadema blanca para detener mí
cabello, usaba los pequeños pendientes de diamente de mí esposa, que le había
regalado en su cumpleaños pero jamás uso.
Para medio día me sentía que volaba, caminaba dentro del
centro comercial con mí carro de compras y ponía los productos de la despensa
como cualquier mujer que estaba allí, en el área de ropa, no resistí comprar
algunas cosas con el efectivo que traía en el bolso, compre una falda de pana,
3 juegos ropa interior, una pijama de vestido de lana y un lindo vestido negro,
mí esposa no le gustaba el negro, no resistí comprarlo, también compre algunos
productos de maquillaje que ella no tenía y eran importantes.
Pase a las cajas y sin problemas page lo que compre, salí
del centro comercial con mis bolsas, decidí comprarme un helado y mientras
comia, en un aparador ví unos zapatos que le quedaban al vestido negro me gustarón, no resistí y los compre, pensé
que le gustarían a mí esposa.
Al día siguiente volví a salir para ir a pagar la tv de
paga, esta vez mientras esperaba el turno para pagar la vecina Beth me encontró
y nos pusimos hablar, para mí suerte y agradecerme me invitaba a hacer una
venta de catálogo en mí casa al siguiente día, acepte con gusto y acorde que
vendría a mí casa a las 10 am, debía ir a dejar a mí hija y regresar para la
reunión, lo hice así y Beth llegó a mí
casa y me indico como acomodar los sillos y la mesa con los productos a
mostrar, las vecinas comenzaron a llegar y debi atenderlas con emparerados y
bebidas, me sentí cómodo atendiéndolas, ninguna se percato que no era mujer,
platique con todas ellas sin problemas de sus maridos y problemas, de comida y
limpieza de casa, era como perfeccionar mí personaje que en la secundaría tuve
que presentar para pasar la materia de teatro.
Para mí sorpresa la venta fue buena y las vecinas
solicitaron otra venta para traer a sus hermanas y amigas, acepte la siguiente
semana volver hacerla.
El fin de semana llego y fue muy
aburrido, pero estuve leyendo revistas viejas de moda en el ático.
La semana siguiente era evidente que no podría encontrar un
trabajo a corto plazo, pero con la información que había obtenido al leer las
revistas y con las ropas viejas de mí esposa que encontré en el ático, pude aumentar
mí habilidad para coordinar y caminar con zapatos altos al hacer todas las
tareas de la casa con ellos.
Pero ahora con la confianza del mundo salía todos los días,
el día lunes fui al salón de belleza que me recomendó Babe, fui solo pensando
muchas cosas, pero realmente fue una bonita experiencia, arreglaron mis uñas de
los pies manos, arreglaron mí cabello quitándole la orzuela y me plancharon mis
cejas, realmente me gustaba pasar por mujer porque mí personaje era aceptado fácilmente.
Caminaba por la calle sacando mí mejor femineidad con los
pechos levantados y levantado aire con mí vestido en cada giro de mí cadera,
las mujeres me veian con celo como una adversaria y los hombres les gustaba mí imagen
o quizás mí trasero o piernas.
Pero lo que realmente me gustaba era cuidar a mí hija sin
que me juzgaran, me sentía libre de hacer lo que yo quisiera a pesar de mis
obligaciones en la casa y con mí hija.
Pasó una semana más del mes que tenía disfrutando mí papel,
Bárbara me había presentado a más amigas y vecinas, ellas me invitaban a sus
casas o las encontraba en el centro comercial o bancos y nos poníamos platicar,
las ventas de catálogo eran buenas y tenía algunos ingresos extras, mí esposa
en los pocos momentos que podíamos hablar en los fines de semana que estuvo en
la casa, acepto mí situación de no tener trabajo y cuidar a mí hija, me había llevado
a comprar ropa que realmente no me gusto, estaba decida a cuidar de mí y a
llevar el rol de dirigir a la familia, yo había aceptado con resignación y
cierta alegría mí papel de cuidar de la casa.
Pero dentro de mí había algo que no estaba bien al estarle
mintiendo a mí esposa. La culpa la tenía atorada en el pecho, había ido al
doctor para saber como iba mejorando, pero el entrar al consultorio me enteré
que el doctor estaba de vacaciones y una joven Doctora asistente atendió mí caso,
sin hacerme preguntas ni auscultarme, me extendió una receta médica con una
nueva dosis de los medicamentos, lo extraño fue que cuando me la entrego me
dijo: Señora aquí tiene su receta, el su expediente el doctor recomendó aumentar la dosis por la baja de
hormonas femeninas y eliminar las masculinas, en poco tiempo estará bien si sigue
al pie de la letra la recta, nos veríamos dentro de un mes para una nueva
consulta eso es todo, realmente no entendí
lo que me estaba diciendo, pero había perdido mucho tiempo en la consulta y debía
ir por mí hija a la guardería, así que tome la receta y salí del consultorio.
Tres días después en el día 41 por un descuido en dejar la
receta dentro una revista que deje en la mesa de centro frente al sofá, yo
estaba en la cocina y alcance a ver que la leía, pero eso no fue lo que desato
la crisis en la familia, no dije nada y me mantuve haciendo mis cosas de fin de
semana.
Pero una hora después escuche que sonaba el teléfono, pero
como limpiaba la vajilla no alcance a contestar, pero mí esposa recibía una
llamada de la agencia de edecanes preguntando por Heather Tomas, Bárbara había enviado mí currículo desde mí computadora cuando estuvo en mí casa
y le hable mí deseo de conseguir un trabajo de medio tiempo, solo jugaba con el
currículo de mí esposa, pero Babe me dijo que me podía ayudar por que tenía una
amiga en la agencia de modelos y algunas veces le pedía su ayuda para cubrir
vacantes como demostradoras de productos en centro comerciales, pagaban bien y
era de medio tiempo, entonces ella para convencerme que podía hacerlo saco su
celular y me saco varias fotos mientras hacia la comida para mí hija, ese día traía
unos pantalones pegados sin bolsas y una blusa de hombros descubiertos, mis
pechos se veían más grandes de lo que eran, mí trasero también lucia en esos
pantalones viejos de mí esposa, también traía zapatos altos, comencé a jugar
con las poses de modelo.
Ahora me hablaban para ofrecerme un trabajo, cuando escuche
que mí esposa repetía lo que le estaban
diciendo, dí media vuelta y subí a ver a mí hija como jugaba, ahora mí esposa
sabia lo que había estado haciendo todo este tiempo, fingir lo que no era,
fingir que era ella.
Paso un rato y escuche sus pasos que llegaban hasta mí habitación,
toco y abrió la puerta yo fingí dormir, pero ella se sentó en la cama y nos
pusimos hablar, no podía mentirle más debía sacar la presión de mí pecho,
comence a llorar sin control, no podía detenerme, quizás los medicamentos
hacían que me sintiera más sensible.
Ella acepto que fuera al siguiente día como demo-edecán en
una refaccionaria de autos, solo debía repartir publicidad, el salario era la
misma cantidad de una quincena de anterior trabajo, solo por trabajar un día,
era bueno para mí, podríamos ahorrar algo para mí auto.
Desde ese momento la relación fue mejorando, nuestro roles
ahora eran más claros, no había nada que no nos impidiera ser felices como
realmente siempre debió ser las cosas, al siguiente día, no esperaba que fuera mí
esposa a verme trabajar, pero llevo a mí hija al centro comercial y paso frente a la refaccionaría en el
momento que un cliente pedia una foto, me dio pena que me viera ella, traía un uniforme
pegado de licra en color rojo, se podía ver perfectamente mí pie de camello y mí
gran trasero, el bra se delineaba sobre el uniforme y se veian más grandes de
lo que eran por que el cierre hacia que se apretaran, traía sus zapatos blancos
de tacón alto, mí pelo era lacio y las extensiones de cabello lo hacían más largo,
lucia mí mejor maquillaje que podía hacer.
Cuando paso frente a mí vi que sonrió con malicia o quizás burlándose
de la forma que me veía y trabajaba, pero después de 5 horas de trabajo regrese
a la casa con dinero en mí mano, estaba feliz por la manera en que me había superado.
Pasaron los meses y la situación se torno cada vez más
normal, cada quien acepto su rol y lo ejercíamos lo mejor que podíamos, pero
aun no estaba satisfecho, necesitaba regresar a trabajar en una oficina, Babe
me consiguió un trabajo con otra amiga contestando teléfonos y atendiendo
clientes, acepto nuevamente que trabajara con la condición de no descuidar a
nuestra hija, solo eran 4 horas de trabajo, con eso podría a completar para mí camioneta,
el único inconveniente era la lejanía y que debía usar uniforme de falda corta;
pero si mi esposa cambio, yo también
debía acostumbrarme a eso.