jueves, 6 de septiembre de 2018

La Chica linda del modulo...un caso de éxito.




Mi vida cambio por un problema de sindicato, cumplía los 18 años, pero parecía de 16, mi madre no pudo  mantener su trabajo en la ciudad debido al divorcio y la crisis inmobiliaria, así que regresamos a su pueblo natal a vivir en la casa de mi severa Tía Carol.

Yo había acabado  la secundaría con buenas calificaciones en matemáticas y tecnología, pero no tenia posibilidades para seguir estudiando, mi madre consiguió empleo en la empresa de mi tía, en el área de empaques, mi tía Carol siempre había trabajado en atención al cliente, ahora como jefa de área y por todos los años que tenia trabajando pronto se jubilaría, así que tenia que dejar a alguien su lugar, por políticas del sindicato debía ser un familiar cercano, el único que tenia era yo, pero no cumplía los requisitos generales por ser hombre, pero aun así pudo intervenir para que pudiera entrar a laborar a la misma área que ella en atención a clientes, solo que 5 niveles más bajo,  debí estudiar por 3 meses unos cursos técnicos que manejo de oficina y programas básicos de computadora, salí más alto en mi desempeño general del curso que otras chicas que estuvieron en el mismo curso, la Sra. Rechel, mi nueva jefa estaba contenta por lograr ser el mejor de esa camada de nuevas empleadas.

Después 4 meses de llegar al pueblo estaba trabajando como asistente de asistencia general, o sea hacia de todo, pero aprendía de todas la empleadas, pronto me volví indispensable para sacar copias, engargolar, imprimir en computadora, hacer un buen café y a contestar teléfonos, además la Sra. Rechel me asigno encender la computadora con el sistema todas la mañanas, era un puesto de mucha responsabilidad, quizás no era un tipo alto y fornido pero al menos podía aportar a la casa un salario decente y sobrevivir solo, esa era mi intención desde que acepte la ayuda de mi tía, pero mi madre y ella no estaba de acuerdo de que viviera solo.


En fin en poco tiempo aprendí a recibir clientes inconformes y darles un trato preferencial  para evitar más conflicto, aprendí ha hacer devoluciones, pero también a lograr clientes satisfechos, mi jefa de grupo estaba contenta con mi desempeño, siempre alaba que era mejor que mi tia Carol, ellas eran amigas y por esa amistad mi jefa acepto que yo trabajara a la par de las demás empleadas, alguna vez escuche que lo hacia mejor que algunas compañeras.

Pero cuando cumplí el año en la empresa, todo cambio, hubo supervisiones continuas por el cambio de administración, decidieron que todo el personal administrativo debía usar uniformes, mi jefa se mostraba molesta conmigo por no poder usar el mismo uniforme que las demás compañeras, pero pensaba que el sinditaco pudiera hacer algo para que las nuevas situaciones de trabajo y la presión por cumplir las nuevas normas de trabajo, pudieran saltase en mi caso por ser un buen empleado.

De un día para el otro, a mi tía le dieron  la jubilación anticipada, mi tía estaba preocupada por mi permanencia en la empresa, ya no podía cubrirme las espaldas, una noche después del trabajo servia la cena a mi tía y a mi madre cuando tocaron la puerta, fui abrir para darme cuenta que era la Sra. Rechel mi jefa, me pido pasar para hablar con mi tía, sabiendo que ella era una mujer muy enérgica y no aceptaba no, la deje pasar, o alcancé a decirle a mi tía que estaba la Sra. Rechel, paso por un lado de mi y le dijo a mi tía que era importante hablar en la sala a solas con mi madre y mi tía.
 Las tres mujeres se fueron a la sala, mientras yo recogía la mesa y lavaba los platos de la cena, como todas las noches desde que llegue a esa casa.


Para evitar que mi tía se enojara por escuchar cosas que no debía, decidí prepara galletas para llevar al trabajo, todos los viernes les preparaban  galletitas a las compañeras, como gesto de buena voluntad.

Estaba acabando de meter las galletas al horno, cuando mi madre me pidió ir a la sala, me limpie las manos y caminé a la sala, las dos mujeres que dirigían mi vida, estaban sentadas con un rostro severo, mi madre estaba a un lado de mí como para evitar que me fuera corriendo, quien hablo primero fue mi tía, ella dijo con voz áspera y sería: ya acepte la propuesta de Rechel, no hay vuelta atrás, mi jubilación depende de ti y el ingreso de esta casa,  no podemos equivocarnos, el sindicato se ha vendido!, ya no puede defendernos, tu madre va a perder su trabajo por la edad, a mi me están reteniendo mi pago de jubilación y debo mantenerme firme para que gane el juicio por despidio injustificado, por un año al menos no tendremos ingreso, así que él único ingreso seguro es el tuyo—me estaba dando cuenta de que mi responsabilidad hacia mi madre  y mi tía había crecido, me estaba convirtiendo en adulto—Rechel es una buena amiga y nos va ayudar, solo que debemos esconderte o ella va estar en un gran problema, mañana se va hacer un despido masivo, tu madre esta en la lista, tu también, pero podemos evitarlo si en tu  expediente de empleado en vez de poner Alberth se cambia por Bertha!—por un momento pensé que solo sería el nombre en un expediente,pero mi tía continuó diciendo: por eso para esconderte debes ir con el mismo uniforme que las demás de tus compañeras, debes verte completamente pulcro y sin que se note nada que eres Alberth, debe desaparecer todo rastro de Alberth nadie debe saber fuera del equipo de trabajo que nacistes con pene, has entendido?—su voz era enérgica y sabía que tenia que hacer lo que ella me decía.

Mi jefa aun con una mano en su barbilla dijo: no creo que resulte!, su voz es gruesa y le falta modales!—mi madre intervino para que aceptara que debía seguir trabajando para ella: podemos darle una infusión caliente de Flor de Mandragora, por aquí crece 
mucho—mi tía agrego otra cosa para que las dudas de Rechel se disiparan: en cuanto los modales, tu sabes que eso depende de ti y lo estricta disciplina que uses seas con él, recuerda que de esa manera yo te entrené, no veo porque no puedas hacerlo con él, podemos ayudarlo un poco, porque considero que el tiene lo necesario, es pequeño y regordete, apenas no pasa el 1:73, su cabello es largo y lacio como el de una chica, tu sabes que el es una persona sumisa, callada, cumplida y leal, no siempre estas albando esa cualidad en él,  déjame deicrte que muchas de tus empleadas realmente no lo son y ni tienen los modales como tu lo estas pidiendo en él, no seas tan exigente, el solo necesita un poco de ayuda, y veraz que se desempeña como una verdadera la empleada sumisa que tu requieres, solo déjamelo en mis manos y vete tranquila, yo me encargo que mañana se presente de la manera que tu necesitas, gracias por los uniformes que me trajiste, considero que son una talla menor, pero estarán bien para él--Mi jefa la Sra. Rechel, se fue convencida, mi tia y la SRa. Rechel, se dieron un gran y fraternal abrazo como la firma del contrato que habían acodado, donde ninguna de las dos me preguntaron si quería hacerlo, pero realmente dentro de mi no pensaba jamás en ser rebelde y reaccionario, sin lo contrario como ellas dijeron en carácter era sumiso, callado  y leal, mi deber era con mi familia y no sabía hacer otra cosa que trabajar atendiendo clientes.

Mi madre esa noche depilo todo mi cuerpo  y escarmeno mi cabello hasta dejarlo terso y manejable, debí dejarme jalar el cabello sin quejarme,  no traía ropa y mi tía podía ver la rayita rectangular de vello publico que me había dejado mi madre después de hacerme depilación con cera, de la misma manera que ella se lo hacia.




Vi en la cara de mi tía una pequeña expresión de molestia cuando fijo su mirada en mi pequeño pene, mi madre entendió que había sido un error tener a un varón que a una niña, pero  le contestó que eso se podía resolver fácilmente,  me llevó hasta el baño,   sin esperarlo me metió a la regadera y con agua fría me lavó mi cabello usando bastante champú de flores, me dejó salir para ponerme bastante loción corporal, olía a niña, pero eso no bastaba mi madre me hizo sentar un banco de metal, sentía bastante frio y se me comenzaba a entumir mis piernas, en  ese momento me hizo sentar el taza del baño, me pidió hacerme hacia atrás, no pude ver pero si sentir como con dos dedos para no lastimarme subia mis testículos a mi hueso sacro y con su dedo meñique introducía mi pene dentro de sí, en ese movimiento sentí dolor pero me aguante, con el escroto que colgaba y bastante pegamento logro hacerme una vagina bastante realista, mis labios vaginales podia estirarse sin perder la forma,  parecía que jamás hubiera tenido pene, ahora mi vientre estaba liso,  pero era más liso mi pecho,  aun se podia decir que era un niño con dos pequeños pezones, mi madre me roció un liquido en areosol rodado, escuche que dijo que era para dilatar mi piel, luego me puso una sustancia grasienta morada y comenzó a darme masaje, sentí agrado
en la forma en lo que lo  hacía, pero mi pene no podía reaccionar por que estaba completamente atrapado, solo sentía un poco de dolor en mi ano, pero nada que no pudiera aguantar, mi madre dejó de darme masaje y esperamos un rato a que se dieran los resultados, ella me dijo que después de eso mi tía debía ver pechos de una mujer joven y no de los de una niña adolescente, agregó un poco de más la sustancia grasienta y me pidió que yo siguiera con el masaje, conforme le daba masaje y aprendía a darme un poco de satisfacción, mis bubís comenzaron a llenarse de líquido y masa, fueron creciendo en cada masajeo, le pregunte que era lo queme había puesto, ella dijo que pomada de raíz de mandrágora hecha a base de grasa de cerdo, quera era inofensivo, me explico que era su secreto para tener sus bubis grandes para las fiestas, de esa manera había atraído a mi padre.


Al crecer mis pechos crecieron también mis rosadas áureas y mis niples cafés,  mi mamá dijo que el efecto al menos duraría 24 horas, me advirtió que debia hacerlo cada noche durante 7 días para que luego por si mismas podría crecer al tamaño que tenia ella, pero mi madre no estaba satisfecha con el tamaño de mis bubis que iba a crecer más durante los siguientes minutos, me dijo que debía usar unos anexos dentro del brasier para que se vieran más atractivos,  mi madre me enseño como a una niña como colocarme correctamente un braseare,  pensé que las pantaletas debía se fácil colocarlas, pero como toda esa noche nada fue fácil, aprendí que por ser regordete se me hacían dobles nalgas y debía tener cuidado en no mostrarlas debia acomodarme bien las bragas hacia afuera  para evitar una pena mayor.

Mi madre me había dado la ropa interior de mi tía cuando eran adolescentes, aprendí que un neglille se debe colocar por la cabeza y dajarlo caer, fue una sensación extraña pero emocionante, mi madre notó como mis niples racionaban al ligero rose de la tela nylon del neglille pero no le dio importancia, me ordenó abrir un paquete de medias de tubo, me indico que el usar ese tipo de medias  era más cómodo para estar en una oficina,  porque si iba usar pantimedias lo mejor era no usar pantaletas y pensaba que aun no estaba preparado para eso, lo mejor para mi y mi preparación de una perfecta chica, debía saber como ponerme medias y usar liguero, no solo debia colocarme las medias, debia aprender a hacerlo correctamente las  medias de tubo y cuidarlas para evitar desgarres, además al usarlas no sufriría de calor incómodo, solo debía tener más cuidado en no mostrar mis pantaletas en un descuido al sentarme incorrectamente ante un cliente, pero eso no sucedería si mantenía el vientre apretado, esa fue la  mi primera lección de madre a hijo,
además de saber como aumentar la talla de pechos y esconder mi pene,  descubrí como las buenas chicas mantienen una postura correcta,  si en todo momento apretan el vientre, al hacerlo ví como mi columna se alineaba y mis nalgas se acomodaban hacia atrás, mi monte de venus se mostraba agradable y los pechos se levantaban, los brazos se me pegaban al cuerpo.



Para que no lo olvidara esa postura correcta, sin moverme me dio tres fuertes golpes con el cepillo de escarmenar en el vientre, la espalda, en las nalgas y los hombros (pechos), me pidio juntar las rodillas aun más, acomode mi cuerpo como ella me decía, pero no le bastó y me dio otros 6 golpes en el vientre de esa manera jamás olvidaría apretar el vientre y las nalgas.

Mientras preparaba el uniforme que usaría al siguiente día de trabajo, me ordenó nuevamente escarmenarme el cabello para secarlo frente a su tocador, debía hacerlo como ella me decía, de arriba a bajo y sentado de lado,  debía acostumbrarme a esa posición y solo así mi memoria corporal lo lograría hacerlo bien, debía hacerlo 200 veces.

Cuando acabe entonces regreso para darme la primera lección de arreglo de cabello, me enseño a usar los pasadores para cabello, ellos sería los mejores amigos míos para tener una buena apariencia, me enseño hacerme un chongo alto, medio atrás y escondido como le gustaba usar a mi tía Carol, también me enseño a usar pinzas para el cabello y pasadores grandes, cuando por fin terminamos esa lección, comenzó la de pintura de uñas, aprendí lo básico y me dijo que sola la experiencia me enseñaría hacerlo bien, que si quería una buena apariencia siempre debía tener correctamente pintadas las uñas y usar aretes.


Entonces me dio las indicaciones generales antes de maquillarme la cara, si iba a usar vestido debía ponérmelo antes y debía ponérmelo por encima, si era de botones frontales o de cierre al lado era mejor ponerlo al último, en caso de blusa era mejor al final de maquillarse,  pensaba que estaba bajo las manos de una experta, pero ella me hizo entender que si quería saber como hacerlo correctamente debia hacerlo por mi mismo o  debíamos pagar un curso de automaquillaje, solo me enseñaría lo básico que toda chica debe saber,  cubrir imperfecciones, sombras de ojos, pintura de labios y rubor, para mis cejas aprendí con dolor a depilarlas para dejarlas finas y agradables, a terminar de pintar mi cara conforme sus estrictas reglas, me dejo ver mi obra, mi madre no podía creer lo bonita que era mi cara con maquillaje, corrió a buscar a mi tía, yo pensaba que un no estaba listo, ya que no traía la blusa del uniforme, solo la falda
y el niglille negro, no me dio tiempo para ponerme la blusa, mi tía entro para checar el avance de mi madre,  vi la expresión de asombro de mi Tia, escuche que dijo: es hermosa, donde escondías a esta chica?, no estábamos equivocadas,  se acercó a mi para checar detalles, me hizo darme vueltas sobre mis talones sin zapatos, se quito sus zapatos cerrados de tacón alto, también sus aretes y collar, me los hizo ponérmelos, nuevamente me hizo darme otra vulta, luego me hizo caminar por la habitación de mi madre,   mi madre me indico apretar el vientre como lo había aprendido, no quería otros 6 golpes, así que sin chistar hice lo que me pedía, mi tía se sorprendió más al ver que caminaba correctamente y mejor que muchas de las chicas de la oficina, solo me dio un tip personal,  en cada paso los talones alineados y las puntas en un
angulo de 45 grados, de esa manera la cadera se vanvoleaba de un lado al otro, corregí mi paso como me decía, vi que de esa manera era más cómodo caminar si mantenía el vientre apretado,  mis manos seguía el giro de mi ancha cadera,  vi que era todo un ritmo natural si lo hacia de esa manera, los tacones ayudaba a mantener mi equilibrio además de hacer más delgas mis pantorrillas y  ver mi cadera más femenina, mi tía que dijo que tenia los mismos huesos anchos que mi madre y la misma cara de ella cuando eran jóvenes.


Mi tía acepto que estaba bien el trabajo de mi madre, me ordenó bajar para tomar mi poción de flor de mandrágora y me enseñaría a prepararla conforme la abuela lo hacia, le ordenó a mi madre que me diera su vieja bata de dormir, así que me desvestí y bajamos para tomar un café y platicar sobre la forma de comportarme con las compañeras de trabajo.

Durante una hora más mientras tomaba mi poción escuche fascinado historias de oficina y de como debía tratar con mujeres difíciles, las bromas de doble sentido entre mujeres y la forma que debía usar el baño de la oficina, anote mentamente varias recomendaciones para desenvolverme ante mi jefa y sus malos tratos, porque sabía que iba a ser así o más estricta conmigo, como empleado era una cosa pero como empleada era otra, la expectativa de ser mejor que  mi jefa crecía y debía estar a la altura.

El sueño me ganaba y trataba de prestar atención, pero mi tía vio mi cansancio y me ordenó irme a dormir con la bata y la ropa de dormir que me había regalado, me dijo que ami me quedaba mejor que a ella a la misma edad por tener más cadera que ella.

**
Por la mañana descubrí que los pechos me había crecido lo suficiente para no usar anexo debajo del braseare y la falda no me cerraba, mi madre me hizo usar un viejo body con ligueros, de esa manera mi cintura se redujo dos tallas y mi cadera una, mis pechos se veían muy agradables y llenaban completamente al brasaere por no decir que eran grandes como los de cualquier chica de oficina, ese día tocaba usar el uniforme en color rosa, con chaleco y corbatín, la falda me llegaba por encima de las rodillas, mi madre decidió que debía usar las medias de tubo obscuras, el niglille y ropa interior negra con encaje, me sentía cómodo usando esa ropa. 
Mi tía me regaló los zapatos altos que iban con el uniforme,  claro que eran de tacón cuadrado y cerrados.

Me maquille bajo la vigilancia de mi madre y me pidió poner más lápiz labial por que con el tiempo iba a desaparecer ya que sabia que mordía mis labios cuando estaba nervioso, me ordeno que evitara hacerlo, me ayudo a hacerme el chongo escondido que tanto le gustaba a mi tía, pensaba que todo estaba listo para bajar, pero me faltaba ponerme perfume y mis lentes, pensé que con todo el desodorante de flores que me había puesto bastaba, pero mi madre me dijo que siempre debía traer un frasco de perfume en mi bolso para siempre oler bien, que lo más desagrable en una mujer es oler a sangre (no entendí muy bien eso, pero o acepte como un hecho) me enseño que debía ponerme perfume en las muñecas, en el cuello, atrás de la nuca, por detrás de las rodillas y por debajo de la falda.
Por fin baje para que mi tía pudiera verme y decirme si estaba bien para irme a trabajar,  después de prepara el café y  de desayunar, solo me hizo limpiar los zapatos y arreglar un arete, pensaba que con eso estaba bien, pero mi tía no estaba satisfecha quería que todo fuera correcto y perfecto, se colocó frente a mi y con un conocimiento exacto de donde se suponía que tenia el clítoris puso su dedo haciendo presión, yo no tenia clitorix, pero senti un dolor igual, era una zona muy delicda, tenía mi pene atrapado y expuesto para hacer pipí sentado, así que sentí un intenso dolor y solté un pequeño gritito de dolor moderado, mi tía estaba contenta por la forma que había reaccionado tan natural al de una niña.


Hice el café y desayunados juntas, mi madre estaba orgullosa de como me veía y también le llamó la atención la forma tan graciosa en que había gritado como una chica, también me hizo notar que mi voz era pequeña y femenina, la poción de mandrágora si funcionaba, era fenomenal.

**


Mi madre y mi tía me llevaron a la parada de autobús, ahora como chica debía acostumbrarme a eso, más si aun no amanecía y las calles estaban solas,  mi madre me dio su bendición, mi tía solo me dijo que me mantuviera en mi lugar y ni un paso atrás, pero me dio permiso que si pasaba algo le podría hablar.

Me subí a un autobús semi vacío y me sente en la primer asiento frio junto al chofer como me recomendó mi tía Carol, recorde que una chica no se sienta el fondo; el viejo autobús, se fue llenando conforme avanzaba hacia el centro del pueblo, vi como la campiña se convertía en casas y luego edificios de dos pisos, cuando llegue al momento de bajarme descubrí la mejor manera de bajar con falda corta era viendo a otras mujeres bajarse, cuando llegó mi turno lo hice correctamente.
El autobus se fue, el sol me dio de frente, me deslumbre puse una mano frente a mi para distinguír hacia donde tenia que avanzar, entonces comencé a caminar al mismo ritmo que las demás mujeres trabajadoras.

Mis pasos eran rápidos y firmes, me alegraba que podía hacerlo sin problemas como las demás mujeres que iban a mi lado, llegué hasta la entrada del pequeño centro comercial, no vi que estuvieran esperando a algunas de mis compañeras, era la primera empleada que llegaba, el vigilante que abrió la puerta para dar acceso a los empleados de las tiendas, cuando pase frente a el me mostro una agradable sonrisa y me dio un buenos días, que jamás lo habia visto hacer, le regrese el buenos días y pase cuidando de no caerme al pasar por la puerta.
Escuchando el eco de mis pasos por todo el centro comercial llegue hasta el modulo de atención al cliente como todos los días del último año,  pase del otro lado del modulo esta vez pasando por debajo de la puerta, porque regularmente lo hacia por encima, pero ahora no podía hacerlo de esa manera, alguien podría sospechar que no era mujer, lo más discreto y femenino era hacerlo por debajo, dando pequeños pasitos hasta poder pasar al otro lado, 
mi trabajo era encender la computadora, e ingresar al sistema de la empresa pero algo falló debí reiniciar la computadora,  puse la clave de acceso y esta vez pidió actualización, así que debía esperar a que terminara el proceso.



La primera que llegaba después de mi siempre era Rosa, pero tardaba en llegar, ella era la segunda al mando del modulo, guarde el viejo bolso que mi tía me habia regalado en mi cajón, me revise el maquillaje como mi tía me había recomendado, todo estaba en orden, la computadora daba señales de racionar, en ese momento vi a los lejos que mis 5 compañeras llegaban juntas atras de la Sra. Rechel,  pensé que ya sabían de mi nueva condición y abría burlas o caras de desagrado, pero me sorprendí como todas me saludaron diciendo Buenos días Bethy!!, era el diminutivo que me habian puesto por Alberth.

Cuando por fin la Sra. Rechel ingreso al modulo, la computadora ingreso al sistema, pero esta vez el sistema entro a un modo de videoconferencia, pedía que se hicieran unos arreglos de sonido y los hice, la Sra. Rechel parecía que sabia que habria esa videoconferencia, vimos que aparecía la cara angulosa de la Gerente general con una sonrisa fingida, saludando a todo el personal administrativo, explicó que ese día era una nueva etapa para la empresa, que en la próxima semana se abririan 20 sucursales más en la zona sur y norte, que en esos momentos se estaba dirigiendo a la zona sur para supervisar personalmente la instalación de las nuevas sucursales y supervisar al personal asignado, así nos enteramos que vendría a visitarnos, la SRa.Rechel después de las palabras ridiculas de motivación de la nueva gerente general, nos pidió reunirnos para organizarnos y asignar tareas generales; nos dijo que ese día esperaba que ninguna de "nosotras" se fuera de la empresa, que se concentraran en hacer  su trabajo lo mejor posible y nos dio luz verde para comenzar a trabajar, me sorprendió darme cuenta que no me presentara ante  todas y que ninguna de las compañeras no le importara de que ahora su Compañero Alberth viniera con el mismo uniforme que ellas, creo que ellas pensaban que si con eso mantenía su puesto de trabajo, estaba bien, solo Rosa desde atras de mi me dijo discretamente y en voz baja que me "veía bien", mientras comenzaba la 
videoconferencia,   pero la jefa me puso el nombre con que me iba hablar para pedirme algún apoyo cuando dijo: "Señorita Beth" por favor tome esta hoja con los roles de comida y chequeo de uniforme, se va hacer cargo de eso, puede hacerlo?—le dije que si podía, las demás no les importo quien lo hacia, mientras ellas no fueran las candidatas al despido.

Comenzamos nuestro trabajo, el centro comercial abrió sus puertas, los clientes llegaron hasta nuestro modulo y se comenzaron a formar para ser atendidos.



Trabaje a la par de mis compañeras  atendiendo clientes y continué durante la mañana hasta la hora de la comida donde iba diciendo quien salía y quien se quedaba, cuando les decía ellas me agredecían agregando mi diminutivo: Gracias, Beth!.

Salí al final del periodo de comida, mientras comía  reflexioné que era más fácil trabajar como mujer que como hombre en el área de atención a clientes, los clientes recibían mejor las indicaciones o aclaraciones, también así era para conseguir un lugar en el restaurante y pasar primero las puertas.
el cajero del restaurante me hizo un pequeño descuento y se justifico que me lo hacia por estar usando ese uniforme, era una broma y jamás lo había hecho.

Cuando regrese al modulo, la Gerente general ya estaba con si séquito de subgerentes mujeres, todas ellas  perfectamente uniformadas y maquilladas, además de la Sra. Keys gerente de recursos humanos estaban hablando sobre la nueva sucursal que abrirían en Sthephor City a una hora de donde estaba el modulo, me integre al grupo en silencio y discreción, mantuve mis manos frente a mi y las piernas juntas, como mi madre me había enseñado para verme más femenino, escuche que la Gerente general estaba felicitando a nuestro grupo de trabajo por las metas alcanzadas, había sido el único en alcanzar las metas en la zona y cumplir con las reglas de uniforme esa mañana, una de las señoras más bonitas y estaba atrás de ella,  tenia un gafete con el nombre Sra. Keys
Gerente sucursal le pasó un hoja con un recado para que no olvidara lo que tenia que decir, leyó el papel y entonces dijo: ha, gracias, la Señorita Beth Swan, quien es?—mi apellido era Swan así que la única mujer entre el grupo de mujeres con ese nombre era yo, levante la mano , toda la atención de las mujeres se centró en mi,  Rosa se hizo a un lado para que pudiera avanzar un poco para que la gerente me reconociera, me ofreció su mano y se la dí, entonces sin soltarme me dijo que me felicitaba por mi desempeño y que mi jefa me había recomendado ampliamente para contrato definitivo por cumplir con los valores de la empresa de lealtad  y responsabilidad, por lo cual para seguir el crecimiento en la empresa me había asignado a la nueva sucursal que recién se habría en unas semanas y estaba a dos horas de mi casa, eso significaba un aumento significativo ya que subiría como sub-jefa de grupo en entrenamiento.

Todas aplaudieron y me abrazaron por mi nueva asignació, Rechel al hacerlo escuche que me decía que le agradeciera a mi tía Carol. 

Por fin viviría solo en una nueva ciudad.
**



 



      

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