Tu puedes ser mejor esposa que ella?—esa fue la pregunta de
mí jefe, no sabia que contestar, solo escuche que decía: pues demuéstralo y
deja de faltar al trabajo, por mí no hay problema, eres un magnifico empleado y
no no tengo duda de que dentro de poco vas ascender, solo demuestras que puedes
con los retos que tienes enfrente.
No puedes faltar ni un día por que eso me dejaría sin armas
para defenderte ante la directora general, solo haz bien tu trabajo eso pido,
si tu esposa no crees que puedes obtener un mejor puesto ese es su problema, el
tuyo es no faltar y cumplir con los proyectos, además estoy pensando que para
apoyarte con un poco de dinero, podrías suplir el puesto administrativo que
esta vació, por tu culpa, no creo que te quite tanto tiempo para cumplir tus
proyectos y además solo será un mes, que dices, quizás para ese tiempo ya todo
este en calma, que dices? Aceptas?—mí jefe inmediato me extendió su mano para
firmar el acuerdo, lo pensé un poco, el me dio el último empujón diciendo:
quema tu nave y se lo que tienes que ser, no importa lo que dijan otras
personas—eso me hizo darle mí mano y aceptar todas sus condiciones, me abrazó y
me hizo salir de su oficina para irnos a nuestras casas,
El sabía bien que me veía bien en vestido, mí imagen era
natural y alegre, eso quedo demostrado en la última semana antes del hallowen,
ahora bajo su autorización podría seguir viniendo en vestido y tacones, cumpliendo
con el código de vestir de la empresa para una mujer, maquillada sin exagerar y
usar ropa formal, de preferencia con falda y medias, el día viernes teníamos
permiso de venir informal, pero sin ser indescentes, usando blusas escotadas y
minifaldas o mostrar piernas usando shorts
Pude cumplir con el código de vestir por que mí pareja ya no
usaba la ropa que algunas vez le quedo, ahora ella pesaba el doble de lo que yo
pesaba, ella simpre fue más alta que yo, eso le permitió entrar a trabajar como
personal de transportes de la empresa, poco a poco fue subieno en los puestos
del área y ahora ella era jefa de transportistas y debía supervisar las
entregas y todo lo administración del almacen, ella ganaba el doble que yo y
pidimos comprar una casa, aunque la casa era de ella yo puse para el encache y
aportaba para la hipoteca, pero no alcanzaba con todo lso gastos de nuestra
hija pequeña, el auto que choque y el mantenimiento de la casa y aparatos
electrónicos que se descompusieron por una falla eléctrica que yo pude evitar y
no lo hice por no checar los fusibles,
Mí jefe entendía mí situación y me ayudaba con lo que estaba
en sus manos, el sabía como me maltrataba físicamente y verbalmente, el último
año había aumentado de peso considerablemente, y comencé hacer ejercicio y
disminuí un poco en la cintura, pero l agrasa acumulada en los caderas y el
pecho era eviente, pero eso me ayudo para verme tan natural como cualquiera
compañera de oficina, quizás hasta más atractivo que algunas de ellas.
Ella salía primero y yo me quedaba para llevar a mí hija a
la escuela, la semana que fui con vestido, la maetra me confundió con su madre
y no tuve problema en presentarme a la junta de padres, tendría en tres días un
festival de fin de curso, y debía llevar un platillo de cocina.
Ese día me subí a mí pequeño auto blanco y conduje hasta la
escuela de mí hija y luego a la casa, aun no llegaba mí pareja, comencé hacer
la cena, cuando llegó le serví para evitar algún enojo de su parte, pero algo
no estuvo bien, me reclamo que cuando ella cocinaba jamás se le había quemado
la comida, yo no sabía que decir, sin esperarlo, me torcio el brazo y me llevó
hasta la sala y como un niño pequeño me dio bastantes nalgadas hasta que sentí
muy calientes mí nalgas, ella se reia de mí, por ser tan débil y mediocre, que
me hacia eso para aprender que si volvía quemar la comida, lo haría de nuevo,
eso era humillante, pero no podía faltar al acuerdo que hice con ella de hacer
las cosas mejor que ella.
Era un juego y se estaba tornando muy exagerado y molesto,
pero debía sobrellevarlo, si quería que las cosas funcionaran, por el bien de
mí hija.
A la mañana siguiente preparaba el desayuno cuando sentí un
nuevo golpe en mis nalgas y piernas, traía un cinturón en la mano y me
intentaba dar otro, pero le dije que ya había entendido la lección, ella sonrio
y se burlo de mí expresión de niña.
Se sentó para desayunar, me pregunto como me había ido en el
trabajo le dije que tendría un nuevo puesto por que mí jefe quería ayudarme con
la hipoteca, ella sonrió y dijo que esta bien de esa manero podría dar mí parte
de la hipoteca y pagar el mantenimiento, sin necesidad de pedirle.
Me informó que debía supervisar la planta del norte y se
iría por unos días y regresaría hasta el lunes, de esa manera podría estar
tranquilo mientras me organizaba con mí nuevo puesto y podría llegar un poco
tarde, se despidió de mí con un nalgada
que me dolió mucho.
Yo prepare a la niña para la escuela y mientras yo comenzaba
mí rutina de Alexandra Cummins, como me hizo llamar mí jefe para sustituir ante
la directora a mí: Alejandro Carson.
Decidí usar un vestido negro con un sacao bolero, y zapatos
altos negros de tacón de ahuja, con el anexo de cabello me podría hacer un
chongo alto, mis nuevo lentes hacían mí cara más femenina, además el maquillaje
era de excelente calidad y sabia usarlo correctamente, el curso que tome hacía dos
semanas y la experiencia de la última semana, me daba la confianza para hacerlo
bien.
La depilación aun estaba vigente, pero decidí pasar la
maquinita de afeitar, para quitar el vello que estaba por salir, me puse mis
nuevas medias de tubo y ajuste los tirantes, el fondo negro evitaba que se
vieran las hebillas, baje el bolso que escondía en lo alto del closet, aun estaba todo lo que use la semana anterior;
me revise por última vez: mí vientre estaba lindo y liso, mis pantorrillas era
agradables, los tacones estaba perfectos, mis pechos llenaban perfectamente el
bra, mí cabello estba en su lugar, mis pechos eran pequeños pero lindos, mis
orejas tenía unos pequeños aretes de perla, junto con el collar resaltaban el
vestido, mis labios rojos estaban perfectos.
Camine sin miedo hasta recamara de la niña, la baje a la
cocina para darle de desayunar, desayunamos y salimos a la guardería, y luego
al trabajo, todo era normal como la vida de una empleada ejecutiva, entre al
edificio y pase mí tarjeta de identificación de Alexandra cummins, el
torniquete puso luz verde y pase hasta el elevador, entre con todas la mujeres,
era una mas de ella, salude algunas que ya conocía, me daba gusto que no
supieran que no era mujer, pera ellas era la jefa administrativa del piso 41.
Comencé mí día con tomar llamadas y hacer un memorándum para
reunión dentro de dos días, tuve que sacar copías para mí jefe y hacerle su
café, también debía hacer el análisis financiero de mí proyecto, comencé
hacerlo, entre llamadas y pedimentos de las demás compañeras.
Para todas ellas yo era una mujer más de la oficina, pero
era su jefa de oficina y ahora apoyaba con los teléfonos, mientras contrataban
alguien más.
Pasaron cuatro días donde
me fui ajustando a mí nueva forma de trabajar y desempeñarme en la sociedad, me
sentía cada vez más confiado y cómodo, eso se reflejaba en mí trabajo y con mis
compañeras, las únicas compañeras que sabían el secreto eran Bety, Joan, que
eran mis empleadas directas y la otra jefa de oficina Helen, ella fue quien
aposto con la asistente de mí jefe a que yo podía desempeñarme mejor como mujer que ella,
por 8 días pude hacerlo sin problemas, pero ahora mí jefe quería que siguiera
vigente Alexandra Cummins, por una semana más lo había logrado, pero las cosas
entre mí pareja y yo, se ponía difíciles.
Para el fin del día se me había olvidado que me dolían mis
nalgas, pero también había entendido el como sentarme para que no me dolieran
era al sentarme, debí hacerlo correctamente con la espalda recta y con calma
para no lastimarme más.
El día vierne había ido de compras con mis tres amigas
cercanas, le pedí permiso para salir más temprano, el acepto y me hizo recordar
que el día lunes tendríamos la reunión general de áreas y nos tocaba
organizarla, así debía llegar más temprano para pedir la sala de juntas del
piso 42, acomodar sillones y limpiar la sala, preparar café para todos y tener
lista la agenda y minuta anterior, mí jefe sabía bien que si podía cumplir con
mis tareas, me recordó que debía venir con el uniforme administrativo, ahora no
tenía excusa para no venir en falda, en los últimos tres días había venido en
pantalón ejecutivo sin bolsas y cierre atrás, yo me sentía cómodo de esa forma
y nadie dudaba que no tuviera vagina o se diera cuenta que tenía pene, el ir de
esa manera quizás puse un poco nervioso a mí jefe, pero estuvo bien para
demostrar quien tenía más pantalones y poner mí postura como empleada eficiente
y haciendo las cosos bajo el protocolo, el poner nervioso a mí jefe era parte
del juego, ese día había decidido ir con una falda plisada en A, que me llegaba
arriba de las rodillas, era viernes y podíamos venir como quisiéramos, también
traía una blusa con un escote redondo pero con una pequeña avertura en V,
dejaba ver mis pechos lo más naturalmente posible, estaba parado frente a su
oficina esperando la autorización para irnos, tenía las piernas curzadas y
mostraba mí cara de niña regañada, el levantó la mirada y me vio con una
sonrisa, eso significaba que nos autorizaba irnos temprano, me di vuelta sobre
mis tacones, cuando me detuvo diciendo mí diminutivo, volví a girar sobre mis
tacones: Alex….solo quiero decirte que esta semana me haz sorprendido lo
también que haz venido vestida, hoy también te ves muy bien, solo eso quería
decirte—se detuvo en lo que iba a decirme y agrego:…te quiero pedir un favor,
la maestra de mí hijo me invito al
convivio de padres, no quiero ir solo, se que tienes cosas que hacer, pero se
que tu tienes una hija me entiendes, podría acompañarme?—sonreí y me quede
pensando, que el me había dado permiso para ir a la junta de mí hija y también
había cubierto algunos errores mios, así que acepte y quede con él de que iria
a mí casa a las 10am, debía estar antes listo con la niña para salir al
convivio.
Esa tarde pedí consejo en como ir al convivio, todas me
aconsejaron ir con pantalones de mezcilla, así que compre un par de ellos, unas
blusas polo de diferentes colores, también compre a sugerencia de ellas, un par
de suit de trabajo y varias faldas, compramos ropa interior y fajas, me
llevaron al salón de belleza para arreglar mí cabello, depilar mis piernas y
axilas nuevamente, me hicieron manicure y pedicure, luego fuimos a comprar
zapatos y después a comer algo ligero, yo escuchaba la conversación de ambas
sobre sus esposos y nuestro jefe, me hicieron ver que era un machista y falto
de atención, yo no estaba de acuerdo con sus opiniones, pero era mejore callar,
solo escuchaba.
Después fui por mí hija y regrese a la casa para probarme y
guardar mis cosas en el closet, mientras lo hacia, me hablo mí pareja para
avisarme que no había vuelos para el día domingo y regresaría para el día
lunes, eso era buena noticia para Alex.
Al siguiente día decidí usar mezclilla como me sugirieron
mis compañeras, pero en lugar de usar pantalón decidí usar una vieja falda de
mezclilla que me llegaba arriba de las rodillas y se ajustaba a mí cadera sin
apretar mí cintura, use una camisa polo nueva en color blanco y mis tenis
blancos con unos tines de mí pareja, también decidí usar pantaletas rojas para
la buena surte y un bra en color azul
claro, para combinarlo con los detalles de los tenis, pinte mis labios lo mejor
posible y estire mis pestañas lo más que podía, sombre los parpados en color
rosa y agrege rubor del mismo color, mí cabello rubio lucia bonito con el nuevo
corte que me hice, unas pequñas arrecadas y un anillo, me puse de joyería.
Me puse una chaqueta deportiva, tome el mismo bolso de la
semana, después de verificar los detalles de mí atuendo: perfueme, crema en las
piernas, ajustar las pantaletas para que se notaran menos, quitar el exceso de
lápiz labial.
Sentía que debía verme bien para salir por primera vez con
mí jefe, no debía dar ningún detalle fuera de lo normal, debía verme como una
verdadera mujer madre de una pequeña niña, por eso decidí usar falda, para que
me tratara como una dama y yo cuidara
mis maneras al moverme.
Arregle a mí hija con un short y una blusa de rayas que le
había comprado para la ocasión, sus pequeños tenis, le dí de desayunar y espere
a que llegara mí jefe, estaba lavando los platos cuando llego, tome mí bolso a
la niña y salí de la casa, me esperaba dentro de su camioneta, subí a la niña
en la parte de atrás con el hijo de él y luego me subí al asiento del copiloto,
sentí que estaba un poco alto para subirme y debí levantar un poco más las
piernas, pero nada fuera de lo normal, el me ofreció su mejilla para saludarlo,
puse mí bolso en las piernas y espere a que avanzara, mientras contestaba a su
pregunto de como estaba?: bien, se que
va hacer un gran día—el tambié acepto que iba hacer un gran día.
Al final de ese día me dí cuenta de que mí jefe amaba a
Alexendra, no pude detenerlo para que me diera un profundo beso, también acepto
que le gustaron mis pantaletas rojas de la buena suerte, a mí también, mí tía
tenía razón las pantaletas rojas son para atraer al hombre de tu vida.
..continuara?